Juan 14:23-24 Mostrar el Capítulo y las notas   23 Respondió Jesús y le dijo: --Si un hombre me ama, obedecerá mis palabras habladas; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él.5 [Ellos hacen su hogar en tu corazón; y ellos viven en un reino, al cual usted es trasladado. Cuando usted es trasladado al reino, (mientras todavía está vivo en la tierra), usted también le ve a Él. Jesús aparece en su corazón. Jesús es revelado. Oí una gran voz que procedía del trono diciendo: "He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios." Apoc 21:3. De la Palabra del Señor en el interior: "Si tú haces caso de mis palabras, yo habitaré en ti y caminaré en ti".] 24 El que no me ama, no obedecerá mis palabras habladas; y las palabras que oyen no son mías, sino del Padre que me envió. | Juan 8:51 Mostrar el Capítulo y las notas   51 De cierto, de cierto os digo que si alguno guarda [recuerda y obedece] mi palabra [y mandatos], nunca verá la muerte para siempre. | Proverbios 7:1 Mostrar el Capítulo y las notas   1 Hijo mío, guarda mis palabras y atesora mis mandatos dentro de ti. | Apocalipsis 3:3 Mostrar el Capítulo y las notas   3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído. Guárdalo y arrepiéntete.2 Si no despiertas y velas, vendré como ladrón; nunca sabrás a qué hora vendré a ti. [De la Palabra del Señor en el interior: "Sigue arrepintiéndote del mal que Él te muestre en tu corazón. Continúa conmigo; continúa en obediencia".] | 1 Juan 3:22 Mostrar el Capítulo y las notas   22 y cualquier cosa que pidamos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandatos y hacemos las cosas que son agradables delante de él. | Juan 12:47-48 Mostrar el Capítulo y las notas   47 Si alguien oye mis palabras y no las guarda [practica, obedece], yo no le juzgo; porque yo no vine para juzgar al mundo [cada hombre], sino para salvar al mundo [cada hombre]. 48 El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: Las palabras que he hablado [a él] le juzgarán en el día final.7 [Él llama a la puerta del corazón de cada hombre; él ruega silenciosa y anónimamente para que nosotros nos apartemos de los caminos impíos y egoístas. Si no guardamos [practicamos, obedecemos] sus palabras, cuando morimos (el último día), recordaremos sus palabras con las que nos rogaba que nos apartáramos del mal, y aquellas palabras nos juzgarán. De la Palabra del Señor en el interior: "Todos los hombres están sin excusa; si yo estuviera en silencio, ellos tendrían una excusa."] |