Juan 4:23-24 Mostrar el Capítulo y las notas   23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que le adoren. 24 Dios es espíritu, y los que le adoran, deben adorarle en espíritu y en verdad.1 [La verdadera adoración debe ser en su espíritu para adorar; debe ser la verdad de la vida que él produce en su corazón, y esta vida es la luz, y esta luz es la unción, la cual es verdad y no es mentira — la verdad en el interior; estar en la verdad es que estar en unión con Jesús, que es la verdad. De manera que la adoración de su mente carnal (que es enemistad contra Dios), el hablar de la voluntad de su mente, el orar con su mente, recitar una enseñanza previa, cantar con su mente, leyendo de la Biblia sin dirección — todas estas cosas están fuera de la adoración que está en el espíritu y la verdad y son una abominación para el Señor. El apóstol Pablo y los primeros cuáqueros le llamaron a este tipo de adoración, adoración voluntaria: la adoración de acuerdo a su propia voluntad y mente. Estar en Jesús es estar en la verdad;" (cuando usted está en Jesús, o en verdad, usted ha sido trasladado hacia el reino y está sentado con Jesús en el cielo). De la Palabra del Señor en el interior: "Todos deben adorar en espíritu y verdad; yo niego totalmente todas las otras formas de adoración. El cristianismo no tiene idea de lo que soy yo o de lo que represento. El pecado en los creyentes es intolerable. Cuando ellos oran, no le oran a Dios; ellos oran a su conciencia colectiva." En vano el cristianismo adora a Jesús y a Dios porque ellos oran a una imagen que han creado basada en qué escrituras ellos piensan que son válidas y su opinión acerca de qué significan esas escrituras; y así crean unaimagen imaginaria de Dios de acuerdo a su conciencia colectiva. La verdadera adoración es seguir continuamente la dirección del Señor sobre qué decir y hacer, no solo en una asamblea de creyentes, sino siempre, continuamente, en todas partes; solo aquellos que están en Espíritu y Verdad pueden hacerlo.] |
1 Dios es espíritu, y los que le adoran, deben adorarle en espíritu y en verdad. Y a menos que usted haya sido purificado, a menos que su espíritu egoísta y satánico haya sido crucificado, usted no podrá adorar a Dios en espíritu y en verdad; hacer esto requiere Espíritu de Dios le proporcione las palabras de oración, alabanza y adoración en su boca. Dios es Espíritu, y los que le adoran, deben adorarle en espíritu y en verdad. Juan 4:23-24. La verdadera adoración es seguir continuamente la dirección del Señor sobre qué decir y hacer, no solo en una asamblea de creyentes, sino siempre, continuamente, en todas partes; solo aquellos que están en Espíritu y Verdad pueden hacerlo. De manera que la adoración de su mente carnal (que es enemistad contra Dios), el hablar de la voluntad de su mente, el orar con su mente, recitar una enseñanza previa, cantar con su mente, leyendo de la Biblia sin dirección - todas estas cosas están fuera de la adoración que está en el espíritu y la verdad y son una abominación para el Señor, incluyendo los así llamados sacramentos. El apóstol Pablo y los primeros cuáqueros le llamaron a este tipo de adoración, adoración voluntaria: la adoración de acuerdo a su propia voluntad y mente.
Dios debe ser adorado en espíritu y en verdad: debe estar en su espíritu para adorar; debe ser la verdad de la vida que él produce en su corazón, y esta vida es la luz, y esta luz es la unción, la cual es verdad y no es mentira; la verdad en el interior. De la Palabra del Señor en el interior: "Necesitamos estar limpios antes que podamos adorar verdaderamente. Todos deben adorar en espíritu y verdad; yo niego totalmente todas las otras formas de adoración. Estar en Jesús es estar en la verdad". Cuando usted está en Jesús, o en verdad, usted ha sido trasladado hacia el reino y está sentado con Jesús en el cielo.
La verdadera adoración en espíritu y en verdad no comienza cuando los creyentes se reúnen en una reunión, no termina al concluir la reunión; pero la verdadera adoración es sin principio ni fin, continuamente, siempre, en todas partes, específicamente en el espíritu y en la verdad, en la que el enemigo no puede venir. William Penn escribió: "La verdadera adoración a Dios es hacer su voluntad". La verdadera adoración en Espíritu y Verdad es seguir las instrucciones continuas de Dios sobre qué hablar y qué hacer; y mientras sigues esas instrucciones continuas, tienes continua alabanza gozosa, oraciones, inclinarte ante Dios en Espíritu, melodía en tu corazón, y gratitud. Nadie puede adorar, alabar u orar constantemente de verdad hasta que su corazón haya sido limpiado por el Señor para ser libre del pecado y libre de la mente carnal que es enemistad con Dios; y así caminar en el Espíritu y la Luz, guiado por Dios.
Isaac Penington nos da un excelente explicación acerca de la verdadera adoración:
La verdadera adoración de Dios es el evangelio, es en el Espíritu. "Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que le adoren." Juan 4:23. La verdadera adoración es en el espíritu, y en la verdad, y los verdaderos adoradores adoran allí; y el Padre busca esos adoradores, y él acepta esos adoradors; pero toda otra adoración es una adoración falsa, y todos los otros adoradores son adoradores falsos; Dios no busca a esos adoradores, ni puede aceptar su adoración. ¿Acaso Dios no rechazó el sacrificio de Caín en el pasado? ¿Puede él aceptar cualquier sacrificio o adoración que ahora sea ofrecida en la misma naturaleza? Pues aquel que adora fuera del Espíritu, adora en la naturaleza de Caín; pero aquel que adora correctamente, su naturaleza debe ser cambiada, y debe adorar en aquello en lo que él fue cambiado, en esa fe, en esa vida, en esa naturaleza, en ese Espíritu por el cual y al cual él es cambiado. Porque sin estar en esta [verdadera fe, vida, y Espíritu], y sin guardarla, es imposible agradar a Dios en alguna cosa. Aquel que es verdadero adorardor es un creyente, y en su adoración debe mantenerse en su regla, la ley de la fe, la ley del Espíritu de la Vida en él, la ley que él recibe por fe del Espíritu de Vida continuamente. Él debe oír y observar la voz de la Palabra viviente en toda su adoración, y adorar en la presencia y el poder y la guía de aquello, a medida que se mueve, y medida que eso continúa, de otra manera Dios no es adorardo en Espíritu. Yo daré ejemplo sólo en oración. "Orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego." Efe 6:18. Tome nota: toda oración y ruego debe ser en el Espíritu; sí, debe ser siempre en el Espíritu, que habla en el corazón a Dios, y hace intercesión, o si no, no es oración. Si un hombre habla así de su propio espíritu, con un fervor y un afecto tal, sin embargo no es una oración, no una oración verdadera, sino sólo mientras el Espíritu la inspire, y tanto como el Espíritu la conduzca y la guíe. Si un hombre comienza sin el Espíritu, o continúa sin el Espíritu, esto está fuera de la adoración; esto es en su propia voluntad, y por lo tanto es una adoración de la voluntand; y de acuerdo a su propio entendimiento, y por lo tanto es una adoración carnal; ambas deben ser crucificadas, y no deben ser seguidas en ninguna cosa bajo el evangelio. "Nosotros somos la circuncisión, los que adoramos a Dios en el Espíritu," (estos son los verdaderos adoradores, "la circuncisión;" y esta es la verdadera adoración, "en el Espíritu;" y ellos no tienen límites en la carne, en la cual su fortaleza y su confianza son quebrantadas), "y no confiamos en la carne." Si un hombre se dirige a sí mismo en cualquier adoración de Dios sin su Espíritu, ¿acaso no tiene confianza en la carne? Si él comienza sin la inspiración de su Espíritu, ¿acaso no comienza en la carne? Si continúa, sin la continuación del Espíritu, ¿acaso no procede en la fortaleza y la confianza de la carne? Pero la adoración del Espíritu está en su voluntad, y en su tiempo, y es continuada por su luz y su poder, y limita la parte del hombre del entendimiento y el afecto, en la cual todo el mundo adora, y ofrece los sacrificios inaceptables, aún el ciego y el cojo,* que el alma de Dios odia.
*[En el Antiguo Testamento, Dios no permitía que los cojos y ciegos se acercaran al altar; la restricción es una alegoría al rechazo de Dios de ser adorado por aquellos que no pueden ver por su luz ni caminar por su espíritu.]
Ahora, esta adoración, así como está fuera de la voluntad y el tiempo del hombre, y en lo que continúa, así es continua. Hay una oración continua hacia Dios [en el Espíritu]. Hay una bendición continua y adoración de su nombre, en el comer, o el beber, o lo que sea que se haga. Hay una inclinación continua a la majestad del Señor en cada pensamiento, en cada palabra, en cada acción, aunque sea en cosas y ocasiones mundanas; sin embargo el Espíritu del Señor se ve allí, y la lengua lo confiesa allí, y la rodilla se inclina hacia él allí. Esta es la verdadera adoración, y este es el reposo o sábado en el cual los verdaderos adoradores adoran. Cuando la creación de Dios está terminada; cuando el hijo es formado en la luz, y el aliento de vida le es dado; entonces Dios lo trae a su tierra santa, donde él guarda su sábado. Aquellos que están en la fe, que es la sustancia de las cosas que se esperan bajo la ley, han salido de las sombras y los tipos de la ley, y de todas observanzas paganas de los días y los tiempos en el espíritu de este mundo, donde el espíritu del hombre está trabajando duramente, en el verdadero sábado, en el verdadero reposo, donde no tienen que trabajar más, sino Dios obra todo en ellos en su propio tiempo, de acuerdo a su propio agrado. "Los que hemos creído sí entramos en el reposo." Heb 4:3. "Y el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras,3 así como Dios de las suyas." versículo 10. Aquel que tiene el menor gusto de la fe, conoce una medida de resposo, y encuentra la vida obrando en él, y su alma diariamente es llevada más y más allá hacia la vida por la obra de la vida, y el pesado yugo de su propia labor después que la vida es quitada de sus hombros. Ahora, esta es la verdad, esta es la vida, este es el sábado, esta es la adoración del alma, que es llevada hacia la verdad, y guardada en la verdad.
Penington nos recuerda acerca de la idolatría en la adoración, escribiendo en Babilonia la Grande:
Idolatría es adorar a Dios sin su espíritu, (esta es la pura y simple verdad del asunto). Inventar cosas de la mente carnal, o imitar cosas, que otros que tenían el espíritu, hicieron en el espíritu, por el mandato del espíritu, que usted imite y practique estas cosas sin el espíritu, es idolatría. Una iglesia inventada, un ministerio inventado, una adoración inventada; una iglesia imitada, un ministerio imitado, una adoración imitada, sin la vida, sin el espíritu, todas estas cosas son las obras de las manos de los hombres, y son ídolos, y todo lo que es realizado en el interior es idolatría. Apoc 9:20. Esta es una religión sin vida, una adoración sin vida, una estructura para la idolatría; y el trayecto entero de adoración, y servicio en ella, es idolatría. Porque el Dios viviente, el Señor Dios de vida y poder sin fin, sólo él es adorado por su espíritu, y en la verdad de esa vida que él engendra en el corazón; y toda otra adoración, aunque parezca siempre muy espiritual, es idolatría. ¡Ah! ¡creyentes, creyentes! Si ustedes supieran con cuántas oraciones y servicios a los ídolos ustedes han sobrecargado al Señor, y cómo ustedes han cometido adulterio y se han alejado de él, mientras ha parecido que ustedes se han acercado a él, ustedes bajarían sus cabezas y se lamentarían! Porque lo que ustedes han hecho en la adoración a Dios, sin la inspiración y la presencia de su espíritu, ha sido idolatría. Ya que la alabanza a Dios, bajo el evangelio, "es en el espíritu y en la verdad," y es necesaria en aquellos que están en el espíritu y en la verdad, y no en otros. Juan 4:23. Porque el Señor sólo los busca a ellos para que le adoren; y el Señor no admitirá a nadie en su alabanza, sino a aquellos a quienes él busca. Y si algún otro se lanza en esta alabanza, no será aceptada; ni ellos adoran al Dios verdadero, sino que "adoran lo que no conocen;" y toda la trayectoria y el estado de ellos es un estado y una trayectoria de idolatría.
Ninguna reunión para el servicio de adoración está en el Espíritu, a menos que el Espíritu Santo esté controlando la sequencia de eventos y las palabras, ya sea en el habla, el canto o la oración. Una asamblea de creyentes según la voluntad de Dios es un servicio guiado, controlado, provocados y proporcionado por el Espíritu de Dios — una adoración en Espíritu y Verdad. Mire la descripción bíblica de una asamblea de creyentes (una reunión): 1 Cor 14:26-33
26 Hermanos míos, cuando se reúnan, todo lo que hagan debe ayudar a los demás. Unos pueden cantar, otros pueden enseñar o comunicar lo que Dios les haya mostrado, otros pueden hablar en idiomas desconocidos, o traducir lo que se dice en esos idiomas. (Pero no algo traído que ya esté preparado; sino que todo era recibido en la reunión por medio del Espíritu.)
27 Si es que alguien habla en una lengua [idioma], hablen dos o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.
28 Y si acaso no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y hable a sí mismo y a Dios.
29 Igualmente, que dos o tres profetas [aquellos que son inspirados por el Espíritu para enseñar o predicar - en ese momento] hablen, y que los demás juzguen lo que oyen.
30 Si algo es revelado a otro que esté sentado, que calle el primero [para que la segunda persona pueda declarar su revelación].
31 Porque de esta manera todos podéis profetizar uno por uno, para que todos puedan aprender y todos sean animados.
32 Porque los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas.
33 Porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos.
Piénselo. ¿Cómo puede el Espíritu Santo dirigir un servicio a menos que todos estén sujetos a la dirección del espíritu al estar callados simultáneamente para escuchar las enseñanzas del espíritu y sus dictados? A menos que una persona sea mandado (en esos momentos) por el Espíritu Santo a predicar o profetizar, cantar, u orar, el sercicio no se lleva a cabo bajo el control del Espíritu. Si alguien está predicando, cantando, leyendo, y orando a partir de una agenda planeada, y por lo tanto a partir de su mente carnal, etc., el Espíritu no puede ser oído y éste no puede guiar - “Calle toda carne delante de Jehová.” Zec 2:13. Pablo dijo: porque todos podéis profetizar uno por uno. Note: no hay un predicador único. Todo hombre y mujer debe hablar de acuerdo a la dictados del Espíritu; y no habrán muchas personas hablando, porque el espíritu está en control. Si un hombre está hablando, y otro tiene algo que decir, el primero debe ceder al segundo. Éste es el servicio ordenado que se describe en la Biblia, pero que la mayoría se pierde debido a nociones preconcebidas de lo que una reunión de adoración debe ser.
La Palabra del Señor en el interior ha descrito la adoración programada de las sectas ¡como un "teatro!" Piénselo, y usted verá la adoración de la voluntad del hombre como nada más que una actuación — planeada, practicada, acompañada con mucha música, muchas veces incluso guiada con un programa impreso — igual que una obra de teatro. La única cosa que falta es un intervalo para vender bocadillos y bebidas.
Eduardo Burrough escribió lo que nos da más percepciones de la verdadera adoración a Dios:
Primero, la adoración de Dios en sí misma esto: Es una caminata con Dios y vivir con él en conversación y comunión, en Espíritu y Verdad; porque él es sólo adorado así, y para hacer la Verdad, y hablar la Verdad. Esta es la verdadera adoración de Dios, en la cual la mente es guiada con el Espíritu de Verdad, y la presencia del Señor que se siente en todo tiempo, y su temor en los corazones del pueblo, y donde estuvo su consejo, y se sintió su pacto, el cual une con el Señor en Espíritu; esta es la verdadera adoración de Dios; y no hace distinción de tiempos ni cosas.
Ahora nadie sobre la tierra puede adorar a Dios así, sino aquellos que son cambiados y renovados en el corazón y la mente, y nacidos del Espíritu, y guiados así, cuando el cuerpo de pecado y muerte es quitado, y ellos son redimidos del mundo, y de todos sus caminos y su naturaleza; los tales sólo pueden adorar a Dios en el Espíritu y la Verdad, y a los tales el Padre busca para que le adoren ahora en esta era presente. Y nunca hay alguien sobre la tierra que pueda adorar a Dios como él exige, quien permanece sin cambiar, y están en la transgresión, sin ser renovados ni convertidos; los tales no pueden adorar al Dios Verdadero y Viviente, sino lo que ellos realizan y practican como pretención de su adoración es idolatría y abominación, y el Señor no lo ha pedido de sus manos; porque nadie puede caminar con Dios, ni tener unidad con él, sino aquellos que son renovados y cambiados; ni nadie puede hacer la verdad, ni hablar la verdad en todas las cosas, sino aquellos que son guiados por el Espíritu de la Verdad, y los tales están en el pacto de Dios, y son verdaderos adoradores de Él; y todo lo que es contrario, no es adoración de Dios, sino adolatría, como he dicho.
Ahora, con respecto a cómo esta adoración es practicada en Inglaterra, en estas casas de adoración, las así llamadas iglesias: no es la adoracion del Dios viviente, sino superstición e idolatría; porque la gente no lo ha aprendido por medio de las enseñanzas del Espíritu, ni el Espíritu los guia de esta manera; sino que están en forma y sin poder, y en los inventos y las tradiciones de los padres, y no está en ellos la manifiesta presencia de Dios, ni los adoradores se encuentran con el Señor, ni disfrutan su vida pura y su presencia en sus prácticas;— y la sustancia de la adoración de ustedes (como es practicada ahora) está compuesta por inventos, alguna parte de ustedes mismos, y alguna parte traída de la iglesia de Roma.
Los primeros cuáqueros se reunían a esperar en humilde silencio al Señor, y en ese silencio carnal aquellos que son suficientemente maduros en el Espíritu adoraban a Dios mientras su Espíritu guiaba sus palabras y alabanza silenciosa. Las únicas palabras audibles eran aquellas que el Señor ordenaba; los únicos cantos audibles eran ordenados por el Señor. La única interacción entre los miembros no era con palabras carnales y audibles, sino en el Espíritu, con lo cual los miembros llegaban a conocerse los unos a los otros sin palabras — más bien a través de la comunicación silenciosa, no verbal, en el Espíritu. A estas reuniones a menudo asistía la presencia del Señor (que se veía y oía con los ojos y los oídos del corazón), la cual ministraba a todos ellos; y esa presencia dejaba a los miembros muy revitalizdos.
_______________________________________