1 Corintios 3:13-15 Mostrar el Capítulo y las notas   13 la obra de cada uno será expuesta, pues el día [del Señor] la dejará manifiesta. Porque por el fuego será revelada;2 y el fuego probará la obra de cada hombre, para ver de qué clase es. La fe debe ser demostrada por las obras de amor, lo cual es obediencia a la inspiración de la guía del Espíritu de Dios; así es el amor de Dios. Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [formadas e impulsadas] por medio de Dios. Juan 3:21; tales obras son las únicas obras que sobreviven cuando pasan por el fuego, por el cual todo hombre debe pasar, cual fuego todo hombre debe atravesar, ya sea por: 1) el fuego inextinguible del bautismo de fuego, o 2) pasando a través (su parte en), el el insaciable lago de fuego, llamado Infierno.] 14 Si permanece la obra que alguien ha edificado sobre el fundamento, él recibirá recompensa.3 15 Si la obra de alguien es quemada, él sufrirá pérdida; aunque él mismo será salvo, pero apenas, como por fuego. |
3 Cuando usted pasa por el fuego por el cual todo hombre debe pasar, usted recibirá una recompensa — SI USTED HA HECHO DOS COSAS:
La muerte par el fuego del espíritu impío en cada uno es necesaria para que todos puedan vivir juntos en paz, amor, bondad y mansedumbre; todos deben ser limpiados del mal en sus corazones. Esto ocurre en la tierra para los pocos que son voluntariamente crucificados en la cruz interna con gran recompensa; y sólo ocurre después que usted ha hecho lo siguiente: esperado al Señor, oído sus muchas reprensiones que él le habla a usted, consistentemente obedecido sus muchos mandatos que usted le oye a él que le habla a usted, muerto diariamente en la cruz interna de la negación propia, sufrido muchas pruebas y tribulaciones, y soportado con paciencia y persistencia hasta el final. Para la gran mayoría de la humanidad, esta limpieza ocurre involuntariamente en la próxima vida. Todos los hombres aprenden a odiar el mal, ser atraídos a la bondad, y a amar la bondad, que es Dios. Todos los hombres están entonces sujetos a la dirección de Dios, siendo que Jesús es el verdadero Señor de todos los hombres. Nuestra vida en la tierra es una "escuela del mal" donde aprendemos voluntariamente a odiar el mal en esta vida; o en la próxima vida experimentaremos las heridas y los daños que hemos causado por nuestras acciones y palabras impías, sintiendo repulsión por nuestro pasado y llegando a estar completamente comprometidos a nunca repetir esos errores.
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