1 Pedro 4:18 Mostrar el Capítulo y las notas   18 Y si el justo a duras penas se salva, ¿en qué irá a parar el impío y pecador?6 |
6 Y si el justo a duras penas se salva, ¿en qué irá a parar el impío y pecador? Aquellos que están crucificados y purificados para llegar a ser justos, experimentan el Día del Señor, que para ellos es el bautismo de fuego, el bautismo de la muerte. El Señor aparece, él viene, y él trae salvación; pero primero él tiene que quemar literalmente todo el pecado que queda en ellos, y él los arrebata del fuego en el último minuto; ellos apenas son salvos.
El Señor separa el trigo de la paja, lo precioso de lo vil. El trigo es las palabras de vida que él le ha hablado, y estas palabras son implantadas en su corazón para formar a Cristo en el interior; la paja es su naturaleza egoísta y pecaminosa de sus deseos, afectos, y orgullo, la cual después de la separación es quemada hasta el olvido por el fuego devorador y las llamas eternas de Jesús, la palabra pura de la vida, la cual es fuego. Este el bautismo de la muerte, para luego ser resucitado con Cristo como una nueva criatura.
Amable lector, no piense que este bautismo de muerte es extraño porque: 1) el Señor nos dijo varias veces que debemos perder nuestra vida para salvar nuestra vida; 2) el bautismo de la muerte y subsiguiente entierro están declarados en las escrituras, y 3) somos llamados a presentar nuestros cuerpos como un sacrificio vivo, santo y aceptable a Dios, lo cual es nuestro servicio espiritual y adoración, Rom 12:1. El Señor le preparará para este día, y le enseñará a mantener su mente quieta, y le dará la confianza de su eventual entrada en el reino. Él quiere que nuestras mentes estén quietas como un hábito y que estén llenas de confianza. Este el paso final antes de la traslación hacia el reino de Dios, para estar allí mientras estamos en la tierra y después para siempre.
Todos pasan por el fuego en ese grande y terrible día del Señor. El sol se habrá oscurecido por la luz brillante de su venida, pero entonces usted es sumergido en el fuego; en el último segundo, antes que usted sea consumido completamente por el fuego, en temor y esperanza usted llama el nombre del Señor, y él lo arranca del fuego. Dése cuenta y esté consciente que la luz brillante que aparece en usted no lo perjudica, es el comienzo de su entrada hacia el reino, que comienza con la luz que expone y juzga el mal que permanece en usted. De la Palabra del Señor en el interior: "La luz nos muestra nuestra imagen, lo extravagantes que hemos llegado a ser; ni es agradable lo que la luz expone. El surgimiento de la luz será inconfundible; es una experiencia que destruye el ego".
Cuando el Día del Señor aparezca en usted, y la luz revele el mal restante en usted (antes que el Señor lo queme todo), no se enfade ni se sorprenda; más bien, maravíllese con la luz que le ha dado una visison de esas cosas que están usted y que deben ser quemadas. De la Palabra del Señor en el interior: "Esto ocurre, no para producir temor, sino para producir arrepentimiento. No tengas miedo, no desmayes, mantén la calma y ten valor. Sé sumiso. Ten buen ánimo. Sigue sonriendo hasta que entres en el reino y lo intercambies por una corona".
Nosotros debemos abordar este juicio con confianza y audacia — sin caer sobre nuestro rostro llorando y rogando por perdón — ni Él quiere que nosotros retrocedamos con temor. Debemos mantenernos en expectación confiada y gozosa — incluso mientras contemplamos su presencia aterradora e imponente. Y a medida que somos rodeados de fuego, en vez de correr, seguimos confiando en que Él nos salvará; y así Él salva al remanente a quien él ha estado purificando y limpiando, preparándolo para esto, su venida. De la Palabra del Señor en el interior: "Yo devoraré a aquellos que no siguen, y arrebataré a los justos del fuego".
¿No es mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice Jehovah. Jer 23:29
Porque nuestro Dios es fuego consumidor. Heb 12:29
Este es el Día del Señor, con juicio final, en el cual el Señor pone fin al pecado que está en usted con fuego; donde usted muere y es sepultado; pero luego usted es rápidamente resucitado con Cristo como nueva criatura, un hijo de Dios, y trasladado al reino; esta es la finalización de su salvación. Sin embargo, aún para los justos que han estado esperando, con esperanza y expectativa de salvación, este día comienza sin gozo ni paz. El brillo de la luz expone todo el mal que aún permanece en usted, el cual es tristeza y dolor; pero esa tristeza puede ser controlada si usted se enfoca en la luz que le está mostrando los pecados que permanecen en usted, sin preocuparse acerca de lo que podría perder; y aún más importante, nunca pierda de vista que este día terminará en gran gozo, paz, salvación, ver al Señor, oír su voz por primera vez, y entrar en el reino. Si usted encuentra que su mente se está ahogando en tristeza, vuelva a la realidad de que este día es para su éxito, y vuelva a estar en quietud.
En este día de juicio, es posible que se le muestren otros pecados que usted había olvidado; además usted oirá todas las palabras malas (no edificantes) que alguna vez pronunció, por las cuales usted no debe mortificarse; más bien enfóquese con acción de gracias en lo diferente que usted es ahora, y que será para siempre — mucho más puro. Permanezca confiado que todo esto está bajo el control de Él para el supremo beneficio de usted.
De la Palabra del Señor en el interior: "El fin es un juicio compasivo y la liberación del pecado. Toda la ayuda de la palabra probada no puede sobrepasar la del juicio".
Toda la ayuda que hemos recibido oyendo y obedeciendo lo que hemos oído — la suma total de toda esa ayuda, (que es increíble para la mayoría de las personas), no se compara con la ayuda que produce cambio que recibimos en el juicio. En el momento del juicio, la cabeza de Satanás es aplastada, el pecado restante es quemado por el resplandor de su venida, nuestro corazón es completamente circuncidado, la purificación está completa — y entonces recibimos el fruto del Espíritu, que nos libera de las leyes que se nos han dado, y deja que nuestro corazón oiga, vea, y sienta al Espíritu continuamente — de manera que caminamos en amor, de acuerdo a los mandatos continuos del Espíritu, mientras somos vigorizados por el Espíritu — cesamos de nuestras propias obras, nuestra mente es completamente destruida y cesa de operar, a medida que recibimos un nuevo corazón, mente y Espíritu.
El Señor quiere que aquellos que han caminado hasta el fin de la gracia, se acerquen a su juicio con confianza y seguridad, animados por las operaciones maravillosas y purificadoras de su gracia que ya han sido recibidas, y seguros de que recibirán ayuda aún más grande en el juicio final.
Uno de los primeros cuáqueros, Francis Howgill, quien habitó en el reino, fue testigo (por su propia experiencia) de los justos cuando conocieron por primera vez el terror del Día del Señor en sí mismos:
"Aquellos que no han visto todavía este día de la venganza del Señor en sí mismos, nunca han visto el día de la salvación. El profeta clamó: '¿Quién podrá resistir el día de su venida? o ¿quién podrá mantenerse en pie cuando él se manifieste?' Y muchos han sido testigos oculares del día terrible del Señor, que ha aparecido en ellos, en el cual toda la paz ha sido escondida de sus ojos: y todos los que alguna vez llegaron a ver el día de gozo y felicidad, primero conocieron el terror y el día terrible del Señor en sí mismos. Por lo tanto el apóstol dijo: 'Conociendo, entonces, el temor del Señor, persuadimos a los hombres'".
De la Palabra del Señor en el interior: "Primero el terror, luego el sospechoso". El sospechoso es "el hombre de pecado es revelado, el hijo de perdición; Quien se opone y se exalta a sí mismo por encima de todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará como Dios en el templo de Dios [tu corazón] proclamándose como Dios". 2 Tes 3-4. Esto se refiere al espíritu maligno en usted, el hombre de pecado, que es revelado. Cada hombre comienza con el espíritu de Satanás que es sembrado en su propio corazón. Este espíritu egoísta debe ser crucificado antes de que Cristo pueda reinar. Antes de que Cristo sea revelado, el hombre de pecado es revelado, que le muestra toda clase de mal sobre la tierra; esta es la abominación desoladora, que está en el templo de su corazón, donde no debería estar. Pero este es el fin de su yo carnal, cuando Cristo después viene y destruye lo que queda del espíritu de Satanás dentro de usted con el brillo de su venida, con su aliento, y el resplandor de su venida, y aplasta la cabeza de Satanás bajo su calcañar. De la Palabra del Señor en el interior: "Cuando veas la abominación de la desolación, no tengas miedo; defiendan su posición; yo vendré en cinco minutos para destruirlo".
Entonces, como Howgill continúa, el día se convierte en uno de gran gozo.
"La aparición de Dios, quien es vida eterna, en su día, en su Luz inmensurable, es un gran gozo, y una fuente de gozo para los justos. Porque él es para su pueblo una luz eterna, y en su luz ellos llegan a ver la luz. Él revela los misterios secretos de su reino en aquellos que ven su día aparecer en sus corazones, el cual pone de manifiesto todas las cosas, aún los secretos del Señor, y su tesoro escondido, y sus riquezas duraderas, que nunca se corrompen ni se oxidan, sino que son frescas, y mantienen su imagen y su impresión pura. Por medio de esta Luz todos los justos, que han esperado la aparición de Dios, ven a verlo. Como está escrito: '¡He aquí, éste es nuestro Dios! En él hemos esperado, y él nos salvará: ¡Éste es Jehovah! En él hemos esperado. ¡Gocémonos y alegrémonos en su salvación!'. ¿Viene en realidad aquel a quien ustedes han esperado? Sí, viene, 'y su recompensa con Él'; y los que le ven encuentran satisfacción en Él, y en su recompensa. ¿Y cuál es su recompensa? Gozo, alegría, paz en la conciencia, seguridad del amor de Dios sellado en lo corazones por el puro Espíritu del Señor, las corrientes de la vida que fluyen continuamente de las grandes profundidades, que refrescan y nos mantienen refrescados en los extremos más grandes del calor de la tentación; y aquellos que lo han esperado y lo esperan las esperan; aún en el cuerpo ellos testifican de Él y de su venida".
William Dewsbury, otro de los primeros cuáqueros que habitó en el reino, también dejó un testimonio del terror en el Día del Señor:
"Yo morí y fui bautizado, y fui como un niño pequeño bajo sus amonestaciones celestiales; tan pronto como mi alma fue llevada a esto, en mi humillación, ¡Oh! entonces, el temible juicio fue quitado, y el libro de la vida fue abierto ante mí, y el Señor me habló tranquilamente: 'con amor eterno te he amado'; y me hice cristiano por medio del día de venganza, y de un ardor como en un horno; y la arrogancia y el orgullo de hombre en mí fue derribado".
Sepa que usted morirá en este proceso y se regocijará en la culminación de todos sus esfuerzos para llegar a este momento. Debido a que odiamos nuestra vida, no tenemos temor de perder nuestra vida; porque cuando perdemos nuestra vida, salvamos nuestra vida, la nueva vida, la vida eterna de Dios. Alégrese porque el Señor va a eliminar completamente esa mente y espíritu que moran en el mal; espere que eso sea el fin completo de su antiguo ser. El hombre de la carne muere, pero el hombre nuevo se levanta.
Los mensajes que se aplican a este bautismo de muerte de la Palabra del Señor en el interior son los siguientes:
El cuerpo muere en este bautismo de muerte, pero el creyente es elevado (resucitado) con Cristo y trasladado hacia el reino de Dios. Aunque resucitado con Cristo para vivir en los cielos, usted todavía camina en la tierra, juntos en unión con el Señor, como una nueva criatura mostrando el poder y amor de Dios para el mundo, para su gran gozo y para el placer, honor, y gloria de Dios.
La siguiente cita es de La Necesidad de Una Vida y Conducta Santas de Esteban Crisp, quien era uno de los primeros cuáqueros y quien moraba en el reino, y este documento nos da más conocimiento de primera mano del bautismo de fuego y la resurrección del creyente con Cristo:
"No se puede llegar a obtener este bautismo, sino por medio de sumergirse en lo que los destruye, lo que los mata. Pero hay cambio tal para salvar la vida de uno, hay tantos retorcimientos y entretejimientos de las personas para salvar sus vidas, que al fin se pierden. Pero nadie puede encontrar la vida que es eterna, sino los que están dispuestos a ser entregados a los muertos, y sometidos a este bautismo - es decir, por el Espíritu Santo y el fuego. Sólo los tales vienen a la vida; vienen a la resurrección. Para nunca se supo que alguno de ellos murió esta muerte, sino que resucitaron; porque es imposible que la muerte detenga a los que son enterrados en este bautismo,* así como fue imposible detener a Cristo, cuando estuvo en la tumba. El mismo poder que resucitó a Cristo nuestro Señor de entre los muertos, el mismo poder es que nos despierta, mientras permanecemos en estos cuerpos mortales, después de haber soportado esta muerte y crucifixión".
(* Su resurrección es muy rápida, y su entierro no es en este mundo físico.)
Los mensajes de la Palabra del Señor en el interior que se aplican a este día son los siguientes:
Todos los otros serán tomados completamente por sorpresa en su aterradora venida después de su muerte. Él es tan puro y santo que ellos sabrán instantáneamente que son completamente impíos. Él hará que ellos tengan pánico y pierdan la razón — sólo temor salvaje e incontrolable. Vea la descripción de Howgill de lo que le sucede a aquellos que todavía están pecando cuando mueren.
Esto es lo que Cristo vino a predicar: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mire todas sus parábolas. La mayoría tienen que ver con el Reino de los Cielos. Esta es la perla escondida; no escondida en las escrituras, sino escondida en el entendimiento acerca de lo que significa. Antes de que Cristo sea revelado, el hombre de pecado es revelado, y les mostrará todo tipo de impiedad sobre la tierra; ésta es la abominación desoladora, que se encuentra en el templo de su corazón, donde no debería estar. Este es el fin del yo carnal, a medida que Cristo viene y destruye el residuo del espíritu de Satanás que está en usted por el brillo de su venida, por su aliento, y el esplendor de su venida, por su acto de herir la cabeza de Satanás bajo sus pies. El juicio final. El verdadero bautismo del Espíritu Santo: en la muerte de Cristo. El compartir su muerte. Jesús es resucitado en usted para que él sea su verdadero Señor. 2 Cor 4:14,Col 2:12, 3:1, Efe 2:6,Rom 8:11.
Del Diario de Jorge Fox:
Debemos tener comunión con Cristo en sus padecimientos; 1 Ped 4:12-13
si vamos a reinar con él, debemos sufrir con él; 2 Tim 2:12
si vamos a vivir con él, debemos morir con él; 2 Tim 2:11
y si morimos con él, debemos ser sepultados con él, Rom 6:4
y al ser sepultados con él en el verdadero bautismo, también seremos levantados con él. Col 2:12
Jorge Fox del Diario de Cambridge:
Si ustedes esperan en aquello que es puro en ustedes, ustedes podrán encontrar y ver, porque Dios les ha dado una medida de su espíritu, por el cual ustedes pueden comprender las cosas y ver los engaños. Ahora cuando la mente se sale de esa medida pura, la cual les permite ver los engaños, la simplicidad es atrapada, y Dios ya no está en los pensamientos de ustedes; en cambio, el hijo de perdición que está en ustedes se sienta en el templo de Dios, donde no debe sentarse. Con el nacimiento del Señor [en ustedes], este hijo de perdición es descubierto, y con el brillo de la venida del Señor [en ustedes], él es consumado; ese hombre de pecado es revelado [en ustedes], y así ustedes testificarán el cumplimiento de las escrituras. Pero ustedes deben esperar en aquello que es puro, lo que les mostrará cuando su mente se aleje en desobediencia, estableciendo los sacerdotes (externos) de Baal ante Dios, y aquello que provee una distracción en la mente donde ha habido una detención entre los dos (ustedes y Dios); porque todas las dificultades están afuera en el mundo, pero Cristo dijo "en mí tendrán paz perfecta." Esperen en Cristo y preocúpense que él esté en ustedes, (allí es donde ustedes esperan su venida). Manténganse enfocados en su interior, (manténganse buscando a Cristo dentro de ustedes), y no sigan las afirmaciones de he aquí que Cristo está aquí o he aquí Cristo está allá, que los distraen de la búsqueda exterior, ustedes tendrán paz en un corto tiempo. Después ustedes testificarán de Cristo, quien es la sustancia de los profetas y los apóstoles. Las escrituras son enseñadas en ustedes dentro de ustedes (por Cristo) para guiarles al Padre, el Señor Dios del cielo y de la tierra. Al esperar al Espíritu del Señor dentro de ustedes para guiar sus mentes, ustedes encontrarán su fortaleza renovada diariamente por el Espíritu que nos dio las escrituras. No hay confusión, sino paz perfecta. Por este Espíritu somos bautizados en un cuerpo, y este Espíritu es la unidad de los santos, quienes aunque estén ausentes en el cuerpo, están presentes en el Espíritu, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Este Espíritu circuncida y quita el cuerpo de pecado de ustedes, y ustedes son santificados por medio de su obediencia al Espíritu. Ustedes llegarán a testificar que las escrituras son puras y claras, ya que son sin mezcla [de las interpretaciones de los hombres], como los hombres santos que las poseían y nos las dieron. Así los hombres santos las poseen y nos las dan otra vez y las testifican otra vez.
Esto es el regreso de Cristo a usted que trae su Reino y la salvación. Esto es ver a su Salvador, ver a Dios. Esto resulta en Jesús resucitado en usted (de acuerdo con la terminología de hoy, una clonación espiritual), y el tener su Reino glorioso establecido en su corazón. El mundo como usted lo conoce se termina. Desaparece. Usted no lo verá otra vez. Usted entra en otra dimensión, y camina en la luz de Dios, no en la del sol ni la de la luna. Esto es Él y el Padre en comunión con usted. Usted no sólo es restaurado a la imagen de Dios, como lo estaban originalmente Adán y Eva, sino que usted es elevado más allá del estado de ellos, más allá de la tentación. Nosotros nos sentamos en Cristo para entrar en el reposo, para entrar en el reposo después de pelear contra nuestros enemigos; como el pueblo de Israel que entró en el reposo después de pelear y limpiar la tierra de los pueblos paganos que la rodeaban. Con la diferencia de que nuestros enemigos son espirituales: lujuria, ira, orgullo, egoísmo, envidia, codicia, avaricia, celos, mentiras, engaño, robos, inmoralidad sexual, lenguaje profano, y malos pensamientos, etc. La salvación es ser liberado del pecado y ser protegidos del mal, santificados de nuestros enemigos de pecado; para nunca caer en la tentación otra vez.
Usted entrará en el reposo, para dejar todas sus labores, para caminar en el espíritu, bajo el poder y la inspiración del Padre, por medio de Cristo, con quien ustedes se han unido; esta es la iglesia pura, santificada, lavada con el agua de la palabra, en la cena de las bodas. Esto es tener a Cristo como su Rey para siempre. Esto es ser un sacerdote de Dios para siempre y estar a su lado mientras le adora. Esto es adorarle en espíritu y en verdad. Esto es amar a Dios y ser amado por Él. Esto es ser trasladado al paraíso mientras todavía se vive en la tierra — entrar a otra dimensión de vista, conciencia y conocimiento. Ser santificado, separado, protegido. Esto es paz eterna y gozo. Esta es la recomensa de la creación; usted es la corona de gloria de Dios. Este es el paso final en la creación. Esta es la razón por la cual el mundo fue creado. Este es el propósito de la vida. Esto es más de lo que usted había esperado, y usted será sobrecogido aún más. Esto es vencer el mal. Esto es ganar la guerra. Esto es llegar a ser uno con Cristo y con el Padre. Esto es convertirse en su agente en la tierra, un soldado bajo su mandato directo, teniéndolo a Él y a su poder como guía. Esto es cuando usted ya no vive sino que Cristo vive en usted. Usted ha perdido su vida y ha encontrado la VIDA.
De la Palabra del Señor en el interior:
"Hay un tesoro de experiencias detrás de una puerta cerrada;
nadie sabe lo que está establecido ante ellos.
Usted es resucitado a una nueva vida, no sólo una imitación.
Él es uno con nosotros y está siempre presente".
Más bien, como está escrito:
"Cosas que ojo no vio ni oído oyó, que ni han surgido en el corazón del hombre,
son las que Dios ha preparado para los que le aman". 1 Cor 2:9
Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo,
delicias en tu diestra para siempre. Salmos 16:11
Él nos ha librado de la autoridad de las tinieblas
y nos ha trasladado al reino de su Hijo amado. Col 1:13
2000 años atrás Jesús dijo: "De cierto os digo
que hay algunos que están aquí,
que no probarán la muerte
hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino."
Mat 16:27-8, Mar 9:1, Luc 9:26-7
Ahora, si aquellos que escogen sufrir al seguir obedientemente al Señor en amor apenas pueden ser salvos, imagínese lo difícil que es para aquellos que terminan su vida viviendo en sus deseos e impiedad, para entonces ser desterrados del cielo, para aprender de la manera difícil acerca del amor comparado con los deseos, el pecado comparado con la justicia, la humildad comparada con el orgullo, el bien comparado con el mal, la luz comparada con la oscuridad.
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