Efesios 2:8 Mostrar el Capítulo y las notas   8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues [la fe] es don de Dios.4 [La fe no es creer en Jesús basado en la veracidad histórica de la Biblia; la fe es escuchar la palabra de Dios desde dentro de tu corazón, porque la fe es el don de Dios y es dada por revelación de Jesucristo.] |
4 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues [la fe] es don de Dios. De modo que si usted piensa que ha sido salvo por gracia, entonces usted debe haber experimentado el estar en unión y comunión con Cristo, resucitado con Cristo, hacia el cielo, para sentarse en lugares celestiales en Cristo Jesús. Pero si usted no está sentado junto con Cristo en los cielos, entonces usted todavía no ha sido salvo por gracia. Pablo define la gracia: La gracia nos enseña renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, debemos vivir de manera prudente, justa y piadosa en la edad presente; para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, ferviente para buenas obras. Tit 2:11-14. Ser salvo es ser redimido, purificado, y liberado del pecado; no sólo perdonado, sino ser liberado del pecado. Cuando usted es liberado de sus pecados, eso es salvación; y esta liberación de sus pecados es por medio de la gracia. Aquellos que dicen que la gracia les da la libertad de pecar siguen las pisadas de aquellos que Judas decribió como hombres que han entrado encubiertamente, los cuales desde antiguo habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje. Judas 1:4. Pablo pone en claro que si usted no obedece el corazón moral de ley, usted no tiene salvación y no tiene heredad en el reino de Dios:
Con respecto a la salvación instantánea por medio de la gracia: de la Palabra del Señor en el interior: "son mentiras torcidas y perniciosas, una falla fatal que extravía al justo."
Oír acerca de Jesús, de él crucificado, él resucitado, y creer que esos eventos son verdaderos, no es fe y no es creer en Jesús. La fe es oír la palabra de Dios, (y creer que es el Hijo de Dios quien está hablando); oír la palabra de Dios que está en su corazón, para que usted pueda obedecerla. La fe es oír, escuchar, y obedecer. La fe viene cuando usted es guiado por el Espíritu de Dios. A menos que usted sea guiado por el Espíritu de Dios, usted está bajo la ley, que es su tutor; Pablo dice en Gál 5:18 : si (y cuando) sois guiados (inspirados, ordenados, mandados) por el Espíritu, no estáis bajo la ley. La ley era nuestro tutor para llevarnos a Cristo, para que podamos ser justificados por la fe. Gál 3:24. Cuando usted oye la palabra de Dios en su corazón, y cuando usted obedece la Palabra de Dios en su corazón, entonces usted está caminando por fe.
Sois salvos por medio de la fe, y por fe usted es purificado; pero obviamente en el comienzo de la fe usted no está purificado, ni está salvo. Antes de la purificación y la salvación, su fe debe ser probada en varias pruebas, en las cuales usted debe sufrir gravemente para ser purificado del pecado. Usted debe contender por la fe, crecer en la fe, edificar su fe, aumentar en fe, perfeccionar lo que falte en su fe, pelear la buena batalla de la fe, hasta llegar a la victoria, cuando su fe sea consumada por el consumador; la fe es un proceso y una caminata, cuyo fin es ver a Cristo trayéndole la salvación, para darle la vida eterna.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree [depende, confía, obedece] no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Este es el versículo más popularmente citado de la Biblia, PERO es citado fuera de contexto, sin los versículos acompañantes que califican su significado como totalmente opuesto a cómo la gente lo interpreta cuando lo leen solo. Muchos dicen que este versículo es "una Biblia entera en sí mismo." Desafortunadamente están equivocados.
Santiago corrigió este atajo de que creer en Jesús es todo lo necesario para la salvación, escribiéndole a los judíos cristianos: Tú crees que Dios es uno. Bien haces. También los demonios creen y tiemblan. Santiago 1:1,2:19; sepa que él le estaba escribiendo a los creyentes judíos que creen en Escucha, Israel: Jehovah nuestro Dios, Jehovah uno es. Deut 6:4 De modo que Santiago está diciendo en enfecto: "ustedes dicen que creen en Jesús, hacen bien, los demonios también lo hacen, pero ellos tiemblan ante su nombre — ¿y ustedes?" De la Palabra del Señor en el interior: "Todo el que le cree al hijo, será hecho perfecto;" note que el Señor no dijo: "cree en el hijo;" él dijo: "le cree al hijo." Hay una gran diferencia entre creer en que Jesús es el hijo de Dios, comparado con creer que el hijo le habla a usted desde el interior de su corazón, lo cual es la definición bíblica de la fe. Para oírle a él hablándole a usted, usted debe caminar en los pasos de la fe como lo hizo Abraham; debe esperar a Dios, escuchar en silencio, oír, creer que es el Hijo quien le está hablando, creer que lo que él le dice es verdad, y después obedecer lo que él le mande. Si usted hace esto repetidamente con dedicación persistente, él eventualmente le hará perfecto, lo cual es ser liberado aún del deseo de pecar, lo cual es recibir la salvación.
La fe es una caminata. Tiene un comienzo y un final; al escuchar y obedecer a Jesús, él es el autor y consumador de su fe. Uno no oye al Señor hablar una vez para ser justificado. Usted debe seguir oyendo y obedeciendo hasta que su naturaleza pecaminosa haya sido crucificada en la cruz interna de la negación propia, para entonces recibir la fe como parte del fruto del Espíritu, que lo libera de la ley y lo justifica. La fe debe tener como autor a Jesús, y él es su autor por medio de la revelación, pero no sólo por medio de su creencia en que la Biblia verdaderamente señala a Jesús como el Hijo de Dios. De la Palabra del Señor en el interior: "A menos que tú seas testigo de que recibes la fe de parte de Cristo, estás bajo la ley."
No se oye al Espíritu de Cristo hablarle una sola vez para ser salvo o justificado. Usted debe seguir escuchando y obedeciendo hasta que su naturaleza pecaminosa ha sido crucificada en la cruz interna de la negación propia, para después recibir la fe como parte del fruto del Espíritu, el cual lo libera de la ley y lo justifica.
Jesús consuma su fe cuando usted lo ve trayendo su salvación:
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