Éxodo 20 Capítulo Anterior | Próximo Capítulo 1 Y Dios habló todas estas palabras, diciendo: 2 "Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud: 3 "No tendrás otros dioses delante de mí. 4 "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy Jehovah tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen. 6 Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 "No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano.1 [Tomar el nombre de Dios en vano es hablar acerca de Dios o de Cristo antes que su corazón haya sido limpiado para que no sea contaminado; ya que todos los corazones de los hombres no regenerados están contaminados antes de ser purficados. Como escribió Jorge Fox: "los que hablan de Cristo, y no caminan en él; los que le profesan, y no le poseen; .. los que profesan que Cristo es el camino, y no caminan en el camino, la verdad, y la vida; todos ellos hablan, y no caminan, y deshonran a Dios, y hacen que su santo nombre sea blasfemado entre aquellos que no hacen tal profesión." De la Palabra de Dios dentro de mi corazón: "Por su evidente despliegue de pecado, los cristianos hacen que mi nombre sea blasfemado entre la gente. Jesús es un nombre poderoso que debe ser declarado en todos los mundos por venir. Cuida y proteje su nombre."] 8 "Acuérdate del día del sábado para santificarlo. 9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra, 10 pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días Jehovah hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso Jehovah bendijo el día del sábado y lo santificó. 12 "Honra a tu padre y a tu madre,2 para que tus días se prolonguen sobre la tierra que Jehovah tu Dios te da. 13 "No cometerás homicidio. 14 "No cometerás adulterio. 15 "No robarás. 16 "No darás falso testimonio contra tu prójimo. 17 "No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo." 18 Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia. 19 Y dijeron a Moisés: --Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.3 20 Y Moisés respondió al pueblo: --No temáis, porque Dios ha venido para probaros, a fin de que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis.4 21 Entonces el pueblo se mantuvo a distancia, y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios. 22 Y Jehovah dijo a Moisés: "Así dirás a los hijos de Israel: 'Vosotros habéis visto que he hablado desde los cielos con vosotros. 23 No os hagáis dioses de plata junto a mí; tampoco os hagáis dioses de oro.' 24 "Harás para mí un altar de tierra, y sobre él sacrificarás tus holocaustos y ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas. En cualquier lugar donde yo haga recordar mi nombre vendré a ti y te bendeciré. 25 Y si me haces un altar de piedras, no lo construyas con piedras labradas; porque si alzas una herramienta sobre él, lo profanarás. 26 Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta sobre él. Capítulo Anterior | Próximo Capítulo |
1 No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios, porque Jehovah no dará por inocente al que tome su nombre en vano. De la carta 316 de Jorge Fox: (escrita en el siglo 17):
los que hablan de Cristo, y no caminan en él; los que lo profesan, y no lo poseen; los que no viven en la religión que fue establecida más de mil seicientos años atrás; los que profesan a Cristo el camino, y no caminan en el camino, la verdad, y la vida; todo esos habladores, y no caminadores, son deshonradores de Dios, y causan que su santo nombre sea blasfemado entre los que no hacen profesión.
Sin recibir de parte del Espíritu Santo la orden de qué decir inmediatamente antes de hablar, hablar de Jesús o de Cristo es tomar el nombre del Señor en vano; aun peor es usar el nombre del Señor en exclamaciones comunes, o maldecir algo usando el nombre "Dios."
De manera similar: 1) llamarse a sí mismo cristiano, o 2) llamarse a sí mismo un hijo de Dios, o 3) decir que Él es su Señor o Maestro, y todavía estar pecando, es negarle como Señor y Maestro. No es lo que usted dice lo que hace a Jesús su Señor o Maestro, sino sus acciones — su obediencia a sus enseñanzas y mandatos. Por sus acciones usted lo reconoce o lo niega como su Señor y Maestro. Si usted continúa en el pecado y le llama Señor, usted es como aquellos a quien Él les dijo: "Este pueblo se acerca a mí con su boca, pero su corazón está lejos de mi." Mat 15:8. Cuando su naturaleza egoísta e impía ha sido destruída en la cruz interna de la negación propia, entonces su corazón ya no está contaminado, y entonces Él es su verdadero Señor en palabra y acción. Hasta entonces, usted puede llamarle Señor, usted puede llamarle Maestro, pero eso mismo hizo Judas, incluso lo besó. Ustedes son esclavos de aquel a quien obedecen; ya sea del pecado que lleva a la muerte o de la obediencia que lleva a la justicia. Rom 6:16.
De la Palabra del Señor en el interior: "Por su evidente demostración de pecado, los cristianos pueden causar que mi nombre sea blasfemado entre el pueblo. Jesús es un nombre poderso, para ser declarado en todos los mundos por venir. Guarden y protejan su nombre."
2 Honra a tu padre y a tu madre. De La sabiduría de Sirac, Capítulo 3:
Escucha la reprensión de un padre, hijo, y actúa de acuerdo a ella para que puedas estar seguro.
Porque el Señor ha glorificado al padre sobre el hijo, y ha confirmado el juicio de la madre sobre los hijos.
Aquel que honra al padre expiará pecados, y como el que hace tesoros en el cielo es aquel que glorifica a su madre.
Aquel que honra al padre será alegrado con hijos, y en el día de su oración será oído.
Aquel que glorifica al padre prologará sus días, y aquel que oye al Señor le dará descanso a su madre.
Entre aquellos que lo engendraron, él actuará como un esclavo hacia su amo.
Por medio de las acciones y las palabras honra a tu padre para que una bendición de él pueda caer sobre tí.
Porque la bendición del padre apoya el hogar de los hijos, pero la maldición de la madre desarraiga los fundamentos.
No te glorifiques a tí mismo por medio de la desgracia de tu padre, porque no tienes gloria en la desgracia de un padre.
Porque la reputación de una persona viene del honor de su padre, y una madre de mala reputación es un reproche para los hijos.
Hijo, apoya a tu padre en la edad avanzada, y no lo aflijas durante su vida.
Pero si a él le falla la comprensión, perdónalo, y no lo deshonres en la plenitud de tu fortaleza.
Porque la caridad hacia un padre no será olvidada y te será acreditada en contra de tus pecados.
En un día de aflicción te será recordada; como el buen tiempo después de la escharcha, así serán tus pecados disueltos.
Como un blasfemo es aquel que abandona a un padre, y maldito por el Señor es aquel que hace enojar a su madre.
3 Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia. Y dijeron a Moisés: --Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos. En Hebreos, el apóstol relaciona esto con la experiencia cristiana, que ocurre al fin de nuestra caminata hacia la unión con el Señor, y que describe la comunión con el Padre, el Hijo, los ángeles, y espíritus de hombres justos perfeccionados, (una comunión espiritual de los santos que todavía en la tierra, y los santos en el cielo, que ya no están en la tierra).
No os habéis acercado al monte que se podía tocar, al fuego encendido, a las tinieblas, a la profunda oscuridad, a la tempestad,
al sonido de la trompeta y al estruendo de las palabras, que los que lo oyeron rogaron que no se les hablase más;
porque no podían soportar lo que se mandaba: Si un animal toca el monte, será apedreado.
Y tan terrible era aquel espectáculo que Moisés dijo: "¡Estoy aterrado y temblando!"
Más bien, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, a la reunión de millares de ángeles,
a la asamblea de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos ya hechos perfectos,
a Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. Heb 12:18-24.
Lo que hemos visto y oído lo anunciamos también a vosotros, para que vosotros también tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 1 Juan 1:3.
4 Dios ha venido para probaros, a fin de que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis.A menos que usted tema a Dios, usted no se alejará del pecado.
Ay de aquellos que se llaman a sí mismos cristianos que no tienen temor de Dios; que continúan pecando durante todas sus vidas, pensando que Cristo los excusa para pecar; que no tienen temor de la ira y el castigo de Dios por seguir pecando; que temen a los que pueden destruir el cuerpo, pero no temen a los que pueden destruir el cuerpo y el alma, echándolas en el infierno. No es muy tarde para despertar.
Ay de aquellos que piensan y se jactan de que tienen un pase libre al cielo con sólo creer mientras todavía están en el pecado.
De la Palabra del Señor en el interior: "Tu pacto con la muerte será quitado". No es muy tarde para despertar.
Ay de aquellos que piensan que Dios es tan injusto, arbitrario, y caprichoso que podría enviar a los pecadores creyentes al cielo, y los pecadores incrédulos al infierno. Si usted piensa así, ha sido lavado del cerebro con mentiras que dicen que Dios lo excusa para que continúe pecando. ¡No es muy tarde para despertar y leer los detalles!
Porque esto lo sabéis muy bien: que ninguna persona sexualmente inmoral, ni impura, ni codiciosa, quien es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con vanas palabras, porque a causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los que son desobedientes. Efe 5:5-6. No es muy tarde para despertar. Las obras de la carne son evidentes. Éstas son: inmoralidad sexual (incluyendo la fornicación y el adulterio), impureza, lujuria, idolatría (incluyendo la codicia), hechicería, odio, discutiendo, celos, ira, ambición, divisiones, facciones (incluyendo hacer sectas), envidia, borrachera, fiestas (con fuertes cantos, bailes, y bebidas alcohólicas) etc., ...los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gál 5:19-21. No es muy tarde para despertar.
Sin santidad nadie verá a Dios. Heb 12:14. Cada vez que usted peca, está hiriendo a Cristo en su interior. Si usted siente dolor o remordimiento, y hace una resolución de no repetir el mismo error otra vez, su dolor piadoso es un bálsamo calmante para las heridas que usted le ha provocado. En el día del Señor, que todos experimentarán, usted verá a quien ha traspasado, y usted se lamentará. Apoc 1:7.
Dios ha venido para probaros, a fin de que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis. Somos probados y pasamos por pruebas para poder deshacernos del pecado.
Cada persona que busca a Dios será probada severamente; un posible resultado es acabar con el pecado. Haber acabado con el pecado es: 1) temer a Dios que lo ha probado severamente, y que puede hacer algo mucho peor si usted vuelve al pecado, 2) odiar el pecado dentro de usted de tal manera que jamás consideraría volver a él, y 3) tener el poder misericordioso de la gracia de Dios para quitar el pecado.
Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad [acciones pecaminosas] y purificar para sí mismo un pueblo propio, ferviente por buenas obras. Tit 2:14.
Puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con la misma actitud. Porque el que ha padecido en la carne ha roto con el pecado, para vivir el tiempo que le queda en la carne, no en las pasiones de los hombres, sino en la voluntad de Dios. 1 Pedro 4:1-2.
Muchos serán limpiados, emblanquecidos, y purificados; pero los impíos obrarán impíamente, y ninguno de ellos entenderá. Pero los sabios, sí entenderán. Dan 12:10.
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