Gálatas 5:18-24 Mostrar el Capítulo y las notas   18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.3 [Ser guiado por el Espíritu es obedecer lo que usted ve y oye que la Palabra en el interior de su corazón le ordena a usted a hacer y hablar; cuando usted está obedeciendo completamente el Espíritu, la fe ha llegado. Gál 3:25. A menos que este don de fe por revelación haya llegado, la ley interna en el corazón de todo hombre, que incluye el centro moral de la ley mosaica, es su tutor, Gál 3:24-25. De la Palabra del Señor en el interior: "A menos que tú seas testigo de que recibes la fe de parte de Cristo, estás bajo la ley. A menos que tú atestigües la ley cumplida en ti, estás bajo la ley." Note los versículos 19-24 más adelante. A medida que usted sigue los primeros mandatos del Señor a arrepentirse de sus comportamientos impíos, (lo cual resulta en que Él le quita incluso el deseo de pecar), su confianza en alcanzar todas las promesas del evangelio aumenta dramáticamente.] 19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Éstas son: inmoralidad sexual (incluyendo la fornicación y el adulterio), impureza, lujuria, [Las obras de la carne son el pecado y la paga del pecado es la muerte. De la Palabra del Señor en el interior: "El pecado libre de consecuencias no existe; las consecuencias son verdaderamente asombrosas. Hay una guerra que usted debe ganar; el pecado debe ser vencido; los deseos de la carne combaten contra su alma."] 20 idolatría (incluyendo la codicia), hechicería, odio, discusiones (incluyendo las peleas), celos, ira, ambición, divisiones, facciones (incluyendo hacer sectas), [De la Palabra del Señor en el interior: "No seas engañado; la ira debe ser eliminada para entrar en el reino".] 21 envidia, borracheras, fiestas (con fuertes cantos, bailes, y bebidas alcohólicas) y cosas semejantes a éstas, de las cuales os advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.4 [Todos los hombres hacen obras de la carne porque sus corazones están contaminados hasta que ellos han sido crucificados en la cruz interna de la negación propia, y de ninguna manera entrará en el cielo ninguna cosa que está contaminada. Apoc 21:27. El fruto de la carne incluye: inmoralidad sexual, impureza, codicia, indecencia, tonterías, bromas groseras, obscenidad, adulterio, desenfreno, hechicería, odio, peleas, celos, iras, ambición egoísta, divisiones, envidias, homicidios, borracheras, fiestas, malos pensamientos, fornicaciones, iniquidad, engaño, blasfemia, orgullo, enojo, jactancia, lisonja, falta de modestia, inmoralidad, e insensatez; Ccualquiera de estas cosas descalifica a cualquier hombre del cielo.] 22 Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz (quietud y confianza segura para siempre), paciencia (incluyendo longanimidad, constancia y perseverancia), amabilidad (incluyendo moralidad e integridad), bondad, fe, [De la Palabra del Señor en el interior: "a menos que testifiques acerca de recibir la fe de Cristo, estás bajo la ley." A menos que usted sea guiado por el espíritu, usted está bajo la ley, Gál 5:18; cuando usted recibe este fruto, entonces usted es guiado por el Espíritu. Aquellas ramas que no llevan fruto son echadas al fuego.] 23 benignidad (incluyendo mansedumbre y humildad), y dominio propio (dominio de los apetitos sensuales, pasiones y deseos). Contra tales cosas no hay ley,5 [Después que usted ha mortificado y crucificado su naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia, usted recibe el fruto del espíritu. Entonces usted ya no está sujeto a la ley porque entonces usted es guiado por el Espíritu. Rom 8:14, Gál 3:25, 5:18. La ley se enseñorea del hombre hasta su muerte, Rom 7:1, y esta muerte ocurre cuando él ha sido crucificado, Rom 7:6,Gál 2:20; como el siguiente versículo enfatiza.] 24 porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne [la naturaleza pecaminosa] con sus pasiones y deseos [concupiscencias y afectos].6 [Después que su naturaleza pecaminosa ha muerto en la cruz interna de la negación propia, entonces usted pertenece a Cristo a medida que camina en amor, siguiendo el Espíritu, cumpliendo la ley; y entonces usted recibe una justicia imputada. Habiendo sufrido en la cruz, usted ya no vive el resto de su tiempo en los deseos de los hombres, sino que usted vive para la voluntad de Dios, 1 Ped 4:1-2; lo cual es ser obedientemente liderado y guiado por el Espíritu en pensamientos, palabras, y acciones. De la Palabra del Señor en el interior: "Con el verdadero evangelio hay prueba amplia en el camino. El propósito de este sitio web es enseñarle cómo llevar su cruz".] |
6 Los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne [la naturaleza pecaminosa] con sus pasiones y deseos [concupiscencias y afectos]. La cruz perdida que lleva a dar fruto, que lleva a la pureza, que lleva a la salvación, que lleva a la unión, que lleva al reino — para tener cualquiera de estas, usted primero debe crucificar su carne (la naturaleza pecaminosa, los deseos, los afectos) en la cruz interna de la negación propia.
A menos que usted haya destruido la naturaleza pecaminosa dentro de usted, por supuesto que seguirá pecando. Como Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado. Juan 8:34. Y si usted muere mientras todavía está pecando, usted no tiene herencia en el reino de Dios; más bien usted será excluido del cielo para que aprenda acerca del mal en sí mismo de la manera más difícil con muchas menos recompensas que vienen de quitarse el cuerpo de pecado de la carne por medio de la circuncisión realizada por Cristo mientras todavía estamos vivos en la tierra.
Note que usted no pertenece a Cristo a menos que usted haya crucificado su naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia. Usted no está en Cristo hasta que haya crucificado su naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia. Usted no es una de sus ovejas hasta que haya crucificado su naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia. Usted no tiene la salvación hasta que usted haya crucificado su naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia.
Hay dos etapas de la perfección, las cuales tanto Fox como Crisp describieron:
Después de esto [verle a Él] ella los traerá a la santa vigilancia, para cuidar que no hagan nada más [no pequen más], y que el enemigo no los sorprenda otra vez. Entonces los pensamientos, así como también las palabras y las obras, llegarán hasta el juicio, que es el camino a la santidad, en el cual los redimidos del Señor caminan. Así llegarán a amar a Dios sobre todas las cosas, y a sus prójimo como a ustedes mismos. Nada duele, nada daña, nada hace temer en esta santa montaña. Ahora llegan a ser verdaderamente de Cristo, porque ustedes son de él en naturaleza y en espíritu, y no son de ustedes mismos. Y cuando sean así de Cristo, entonces Cristo será de ustedes, y no antes. Y aquí conocerán la comunión con el Padre y el hijo, y la efectividad de la sangre de la purificación, es decir la sangre de Jesucristo, el cordero inmolado; la que habla cosas mejores que la sangre de Abel, y que por medio de la fe viviente limpia todo pecado; sus conciencias son rociadas con su sangre, dejando las obras muertas para servir al Dios viviente.
En su diario, Jorge Fox describe las consecuencias de haber cumplida la ley y haber recibido el fruto del Espíritu, pero no velar cuidadosamente en la primera etapa:
Pero si usted aparta su mirada de la fe, y de las cosas que le darán la victoria, y pone su mirada sobre las cosas y palabras carnales [hablar sus propias palabras], usted estará otra vez en el cautiverio de la carne, y en la ley que se agarra de la carne y el pecado, y obra la ira divina, y las obras de la carne aparecerán otra vez. La ley de Dios se agarra de la ley del pecado y la muerte; pero la ley de la fe, o la ley del espíritu de vida, que es el amor de Dios, y que viene de Jesús, (quien es el fin de la ley por causa de la justicia), lo hace a usted libre de la ley del pecado y la muerte. Los hombres de mente carnal no conocen esta ley de la vida; pero, aún así, ellos le tentarán para alejarlo del espíritu hacia la carne, y de esa manera hacia el cautiverio. Por lo tanto usted que conoce el amor de Dios, y la ley del espíritu, y la libertad que se encuentra en Jesucristo, manténgase firme en él. Manténgase en la fe divina, el autor de la cual es Él, y no se enrede con el yugo de la esclavitud. Porque el ministerio de Cristo Jesús y sus enseñanzas traen libertad; pero el ministerio que es del hombre, y por el hombre, que se encuentra en la voluntad del hombre, lleva a la esclavitud, y a estar bajo la sombra de la muerte y la oscuridad. Por lo tanto nadie puede ser ministro de Cristo Jesús si no están en el espíritu eterno, que existía antes que las escrituras fueran dadas; porque si no tienen este espíritu, no son de él. Aunque tengan su luz para condenar a aquellos que la odian, no pueden llevar a nadie a la unidad y el compañerismo con el espíritu, a menos que ellos estén en él; porque la semilla de Dios es una carga pesada para la voluntad egoísta, carnal y terrenal, que reina en su propio conocimiento y entendimiento que debe perecer, y su propia sabiduría que es diabólica. El espíritu de Dios es apenado, irritado, y apagado con aquello que lleva a la esclavitud carnal; y aquello que batalla contra el espíritu de Dios debe ser mortificado por el espíritu; porque la carne tiene deseos contra el espíritu, y el espíritu contra la carne, y éstos son contrarios el uno al otro. La carne quisiera su libertad, y el espíritu quisiera su libertad; pero el espíritu tiene su libertad, y la carne no. Por lo tanto si usted apaga el espíritu, se une a la carne, y se hace esclavo de ella, entonces usted es juzgado y atormentado por el espíritu; pero si usted se une al espíritu, y sirve a Dios en el espíritu, usted tiene libertad y victoria sobre la carne y sus obras.
En esta etapa ocurran pecados accidentales; el hombre todavía está aprendiendo como caminar en la luz continuamente. Pero si el hombre peca accidentalmente, la sangre de Jesús lo limpia rápidamente. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Cristo Jesús nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:7. Como escribió Jorge Fox en su carta 262:
Esto debe ser condenado en ustedes, lo cual los ha alejado de Cristo, de Dios, y de la unidad en la luz; yo digo, que es condenado por la luz, y debe ser ejecutado y eliminado, y apedreado con la piedra viviente, y traspasado con la espada viviente, y martillado y partido en pedazos con el martillo viviente, y quemado con el fuego viviente, y así llevado a su fin. Porque aquello que lleva a lo disoluto, a extravagancias, imaginaciones, y visiones falsas, aunque es condenado, sin embargo, si no es ejecutado, está en peligro de levantarse otra vez; y si se levanta otra vez, y está sobre usted, lo gobernará, si se sale de la cárcel y está vivo, y no es ejecutado. Porque después de que algo es condenado, como la borrachera, el adulterio, la fornicación, y cualquier tipo de acto disoluto que sea, o alejarse del espíritu y la luz, si es condenado, y se pasa el juicio sobre ello, debe ser ejecutado. Porque ustedes saben, después que un ladrón o asesino es condenado y juzgado, y recibe una sentencia, no es ejecutado ese mismo día; la ejecución viene después. Y por lo tanto, después que la condena y el juicio es dado por un mal interno, o cualquier otra acción externa de impiedad, que la ejecución sea hecha rápidamente con el martillo viviente, y la espada viviente, y la piedra viviente; de modo que el fuego viviente pueda quemarlo y consumirlo.
Ningún hombre después que ha golpeado a su hijo, lo odia aun después, sino que lo ama, si él se arrepiente y cambia; así también el Padre eterno. Y si un niño cae en la tierra, él no va y lo revuelca más en en la tierra, o en el hoyo, y lo deja allí en la tierra y el hoyo, sino lo saca y lo lava; y así también el Padre celestial, quien guía a sus hijos de la mano, y lo hace saltar sobre su rodilla.
Si caemos en la tentación, a menos que desobedezcamos voluntariamente, todavía podemos escoger arrepentirnos, a medida que caminamos en la luz y la sangre de Jesús que nos limpia de todo pecado. Sin embargo, una vez que hemos llegado a esta primera fase de perfección y pureza, si nosotros desobedecemos voluntariamente al Señor, entonces estamos perdidos; este es el pecado que lleva a la muerte.
Porque si pecamos voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado,
sino una horrenda expectativa de juicio y de fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios.
El que ha desechado la ley de Moisés ha de morir sin compasión por el testimonio de dos o tres testigos.
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha considerado de poca importancia la sangre del pacto por la cual fue santificado y que ha ultrajado [despreciado] al Espíritu de gracia? Heb 10:26-29
Años atrás, cuando yo había pecado, pensando que estaba siguiendo la Voz del Señor, pero más bien era engañado por el enemigo que pretendía ser Él, me sentí muy abatido y estaba casi seguro de que había perdido la oportunidad de alcanzar la salvación; entonces oí al Señor decirme: "A menos que me mires a la cara y después vuelvas a pecar, puedes volver a mí;" ese mensaje está en armonía perfecta con los versículos de Heb 10:26-29 recién citados, porque en esta etapa inicial de la perfección usted tiene comunión con el Hijo y el Padre y usted entra en paraíso donde verdaderamente recibe conocimiento de la verdad.
Aquellos que caen en pecado voluntario y desobediente en esta etapa son las estrellas que caen del cielo como se describe en Apocalipsis 6:13; y la herramienta más grande el diablo para tentarnos, en ese entonces y ahora, es la inmoralidad sexual; así que vigile intensamente en contra de incluso voluntariamente imaginar el cometer una inmoralidad sexual. Aunque este primer paso de perfección incluye entrar en el reino, lo cual es paz, gozo y justicia en el Espíritu Santo; y aunque el fruto de la justicia es quietud y confianza; en este primer paso también debe vigilar en contra de la codicia. Cuídese en contra de la inmoralidad sexual y todo pecado doblemente ahora para que esté doblemente listo para soportar las tentaciones entonces, ya que las consecuencias entonces serán desastrosas.
También, no predique ni enseñe a menos que a usted se le mande específicamente con respecto a qué decir, (todas, y solamente todas las palabras de Él); y si a usted se le dice que predique o enseñe, no haga nada menos que eso, ni nada más; obedezca completamente sus mandatos, y cuando el mandato se detenga, regrese a su hogar a esperarlo a Él en humilde silencio. El no acatar esto puede resultar en que usted nunca avance a la perfección perfecta, la segunda etapa; o en engaño, deliberadamente pecando con la resultante pérdida de vida.
"Porque hay un estado de discipulado, por el cual el hombre raramente conoce un asentamiento, tanto como cuánto velar con Cristo correcta y constantemente [la primera etapa]; pero es un gran asunto el poder morar y habitar con Él [Cristo]. Nadie puede hacer esto, sino aquel que puede morar con fuego devorador y llamas eternas porque la palabra pura de vida es un fuego, y aquel que se sienta en lugares celestiales en él, debe sentarse en ese fuego [la segunda etapa]".
En su carta 222, Jorge Fox escribió: "Porque acaso no están aquí la bondad y las riquezas, para que el hombre y la mujer sean sacados de ese estado en la caída, al estado de Adán y Eva antes de que cayeran. Y aquel que los trae a este lugar es Cristo, y es por medio de su sangre, le costó su sangre, su vida, y él no los deja en el estado en el que estaban Adán y Eva antes que cayeran, sino que los establece en sí mismo, quien nunca cayó, un estado más seguro del que estaba Adán antes de que cayera. Ahora, quién se sienta aquí en los lugares celestiales en Cristo Jesús, el primero y el último, el principio y el fin, el lugar seguro, en la sabiduría de Dios."
De la Palabra del Señor en el interior:
Basado en las escrituras y los escritos de los primeros cuáqueros, podemos separar las varias descripciones de la madurez espiritual en dos etapas:
Estado o suceso | Después de la crucifixión (1era etapa de perfección) |
(2da etapa de perfección) |
---|---|---|
Libertad del pecado* | ✓ | |
Fruto del espíritu | ✓ | |
Justicia imputada | ✓ | |
Santo* | ✓ | |
Pureza* | ✓ | |
Ver al Señor* | ✓ | |
Santidad* | ✓ | |
Renovado a la imagen de Dios* | ✓ | |
Paz con Dios* | ✓ | |
Libertad de la ley | ✓ | |
Caminar en la luz | ✓ | |
Caminar en el Espíritu | ✓ | |
Adorar en Espíritu y en verdad | ✓ | |
Capaz de hacer la mayor parte de la obra de Dios | ✓ | |
Verdadera comunión* | ✓ | |
Perfección temporal* | ✓ | |
✓ | ||
Conocer todas las cosas Ver todo | ✓ | |
Santificación | ✓ | |
Justificación | ✓ | |
Redención | ✓ | |
Mortificación | ✓ | |
Hijo de Dios** | ✓ | |
Hijo nacido de nuevo de Dios | ✓ | |
Entrar en el reino | ✓ | |
Heredar la sustancia — Cristo | ✓ | |
Justicia (sin imputación) | ✓ | |
Vida eterna de Dios | ✓ | |
Perfección permanente | ✓ | |
Estar protegido de pecar otra vez | ✓ | |
Unión | ✓ | |
Sentarse en Cristo en el reposo | ✓ | |
Gloria | ✓ |
* Estos sucesos también son alcanzables en el Antiguo Pacto [Antiguo Testamento].
** A pesar del versículo del Antiguo Testamento que se refiere a los hijos de Dios, (aunque poco), acerca de lo cual Jorge Fox escribió en su carta 246, Fox declaró allí que un hijo ha nacido otra vez; debido a que uno que ha nacido otra vez es protegido y no puede pecar, el hijo del nuevo pacto es radicalmente diferente a los hijos a los que hace referencia el Antiguo Testamento.
De acuerdo con la Palabra del Señor en el interior, "la primera etapa no es ni siquiera una sombra de lo que usted heredará en la segunda etapa".
En su Diario y cartas Jorge Fox declaró que el paraíso en el cual él entró al principio era el estado del cual Adán y Eva habían caído, y aquellos que están en ese estado estaban sujetos a caer en la tentación, así como Adán y Eva habían caído. Él también escribió que la luz surgió dentro de él algún tiempo antes de que fuera llevado al paraíso; y en su documento Que todos conozcan el camino al reino:
"Cristo dijo que a menos que el hombre nazca otra vez del agua y del espíritu [agua espiritual], no puede ver el reino de Dios, ni entrar en él, Juan 3:3,5,8. Por lo tanto ningún hombre en su primer nacimiento natural puede ver el reino de Dios, ni entrar en él, ni conocer las cosas de Dios."
De acuerdo a la Palabra del Señor en el interior, la primera etapa no es ni siquiera una sombra de lo que usted heredará en la segunda etapa.
Después que usted ha recibido y crucificado su naturaleza egoísta y diabólica, (la primera etapa de la perfección), usted debe estar continuamente vigilante (en contra de la tentación), mientras camina de acuerdo a la guía del Señor porque sin vigilancia usted podría caer en la tentación, así como Eva cayó.
Cuando Jorge Fox fue elevado a esta primera etapa, él fue inmediatamente tentado a practicar medicina como lo relata su diario a continuación:
Entonces me elevé en espíritu, por medio de la espada encendida, al paraíso de Dios. Todas las cosas eran nuevas, y toda la creación tenía otra fragancia para mí, más allá de lo que las palabras pueden expresar. Yo no conocía nada más que la pureza, la inocencia, y la justicia, y el ser renovado a la imagen de Dios en Cristo Jesús; de manera que alcancé el estado de Adán, en el cual él se encontraba antes de la caída. La creación fue abierta a mí; y se me mostró cómo se le dio nombre a todas las cosas de acuerdo a su naturaleza y virtud. Llegué a un punto en mi mente, en el cual debatía si debía practicar medicina para el bien de la humanidad, viendo que la naturaleza y la virtud de las criaturas me habían sido reveladas de tal manera por el Señor.
Él fue tentado a practicar medicina de acuerdo a sus propios deseos; su mente carnal estaba debatiendo, pero todavía no estaba destruida. Aquellos de nosotros que alcanzamos esta primera etapa de perfección seremos tentados severamente de la misma manera; pero podemos minimizar nuestro riesgo de caer si recordamos: 1) continuar obedeciendo cualquier mandamiento que hemos recibido en el pasado, y 2) rechazamos cualquier cosa que queremos hacer, y sólo hacemos lo que el Señor nos ordena a hacer. Si caemos, podemos todavía escoger arrepentirnos a medida que caminamos en la luz y la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado. Mientras menos caemos, más pronto alcanzamos la segunda etapa y heredamos la sustancia, Cristo.
De la Palabra del Señor en el interior: "Muchos cayeron y erraron de la verdadera fe. Cuando el fruto se marchita, yo quito la protección."
Quisiera someter las siguientes amonestaciones a vigilar en contra de caer en el pecado en esta etapa, (lecciones aprendidas de las fallas tristes y no intencionales de Jaime Naylor, quien después se arrepintió completamente):
Con respecto al riesgo de pérdida en la primera etapa de la perfección, la Palabra del Señor en el interior dijo: "habla lentamente, para siempre callando." Previamente Él ha dicho:
La muerte de Jaime Naylor, quien fue uno de los primeros cuáqueros, aparece como el ejemplo clásico de la protección que es quitada debido a la desobediencia voluntaria después de alcanzar la primera etapa de la perfección. Jaime Naylor era eminente predicador entre los primeros cuáqueros quien aparentemente había alcanzado la primera etapa de la perfección. Sin embargo, él tristemente abandonó su vigilancia y rehusó el orden escrito de la Sociedad junto con las advertencias escritas y en persona de Jorge Fox a que se disociara de un grupo de admiradores aduladores que estaban fuera de la verdad. Por escrito Fox le advirtió de la Palabra del Señor que él estaba "en contra de la Verdad en voluntad y terquedad." Poco después, Naylor precipitó un gran escándalo, el cual resultó en que él sufrió un castigo severo y encarcelamiento; cuando él regresaba a su casa, fue golpeado, le robaron, lo dejaron atado y desnudo en un campo, fue hallado por un transeúnte, y fue llevado a un doctor cuáquero donde él murió un día después a la edad de 42 años. Estos eventos están detallados en la página web de Jaime Naylor.
Mientras revisaba la falla de Jaime Naylor en mi mente, escuché la Palabra del Señor en el interior decir: "increíble terquedad." Si usted está familiarizado con lo eminente que era Jaime Naylor entre los primeros cuáqueros, es en realidad increíble lo que él hizo y que continuó haciendo por un período de tiempo importante.
Antes de que Jorge Fox hubiera entrado en la segunda etapa de la perfección y el Reino, por alrededor de tres años fue enviado en misiones limitadas y específicas por el Señor. Pero él sólo hizo lo que se le dijo específicamente que hiciera, exactamente de la manera en que se le dijo que hiciera; después él regresó a su residencia y continuó esperando al Señor. Además, él fue perfeccionado lo suficiente como para ser capaz de hablar y orar con palabras proporcionadas por el Espíritu Santo; tan poderosas eran sus palabras que aún las iglesias se sacudieron cuando oraron con ellas. De modo que el Señor le puede dar instrucciones de hacer una cantidad limitada de enseñanza o predicación antes de que usted sea completamente perfeccionado; pero tenga cuidado de sólo hacer lo que él le dice que haga, nada más, nada menos; y después regrese a su casa para continuar esperando que el Señor le imparta más de su Espíritu por medio de las palabras que usted le oye hablarle a usted.
_______________________________________