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Génesis 3

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 1 Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo que Jehovah Dios había hecho, dijo a la mujer: --¿De veras Dios os ha dicho: "No comáis de ningún árbol del jardín"?

 2 La mujer respondió a la serpiente: --Podemos comer del fruto de los árboles del jardín.

 3 Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: "No comáis de él, ni lo toquéis, no sea que muráis."

 4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: --Ciertamente no moriréis.1

 5 Es que Dios sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal.2

 6 Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió.

 7 Y fueron abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron ceñidores.

 8 Cuando oyeron la voz de Jehovah Dios que se movía en el jardín como un viento en la tormenta,3 el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehovah Dios entre los árboles del jardín.

 9 Pero Jehovah Dios llamó al hombre y le preguntó: --¿Dónde estás tú?

 10 Él respondió: --Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí.

 11 Le preguntó Dios: --¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieses?

 12 El hombre respondió: --La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.

 13 Entonces Jehovah Dios dijo a la mujer: --¿Por qué has hecho esto? La mujer dijo: --La serpiente me engañó, y comí.

 14 Entonces Jehovah Dios dijo a la serpiente: --Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.4

 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.5

 16 A la mujer dijo: --Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti.

 17 Y al hombre dijo: --Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: "No comas de él", sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;

 18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan6 hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.

 20 El hombre llamó el nombre de su mujer Eva, porque ella sería la madre de todos los vivientes.

 21 Luego Jehovah Dios hizo vestidos de piel para Adán y para su mujer, y los vistió.

 22 Y Jehovah Dios dijo: --He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.

 23 Y Jehovah Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado.

 24 Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida. [Así, los hombres han pasado de la vida a la muerte, habiendo perdido la vida de Dios, que es la luz de los hombres; y todos los hombres entonces caminan en la oscuridad, a menos que sean restaurados a la imagen de Dios - puros, perfectos, santos, y rectos - que han pasado de la muerte a la vida - otra vez a comer del árbol de la vida. Hasta el momento de la restauración todos los hombres son más que nada sordos a la voz del Señor, ciegos en la oscuridad lejos de la luz de Dios, cojos en la habilidad de caminar con Dios, y mudos en la incapacidad de hablar palabras virtuosas dirigidas a Dios.]


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1 Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Hay muchos rumores de satánicos que dicen que debido a que Adán y Eva no murieron, Dios mintió. Pero Adán y Eva sí murieron a la vida de Dios, no a la vida que nosotros conocemos. La vida de Dios era estar en comunión con él, en su presencia, en la luz celestial, en el paraíso, vigorizado por Dios, dirigidos por Dios; ellos lo perdieron todo. La tierra a la cual Adán y Eva fueron desterrados, es la dimensión de la tierra en la cual vivimos: la dimensión más baja y maldecida de la tierra, que comparte el mismo espacio físico que la dimensión más alta del paraíso (dimensiones paralelas). Nuestra existencia en esta tierra maldecida es una muerte; nosotros estamos muertos — como Jesús le dijo a uno que quería ser discípulo quien puso como excusa que tenía que enterrar a su padre para no seguirlo: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos." Mat 8:22. Obviamente las personas muertas no pueden enterrar a otras personas; por lo tanto los muertos son aquellos que están muertos a la vida de Dios — que no siguen la luz de la vida, la vida de Dios, Jesús, la luz que ilumina a todos los hombres. Ahora toda la gente está en oscuridad, ya que están en Adán en la transgresión, y muertos a esa imagen, a la justicia, y la santidad, en la cual el hombre fue hecho al principio. En esta dimensión física, el hombre es tan diferente a Dios como una rata es diferente al hombre. Nosotros perdimos la imagen espiritual de Dios, que fue usurpada por la imagen espiritual de Satanás. Esta vida que Adán y Eva perdieron es lo que Jesús vino a restaurar en aquellos que pueden creer en el evangelio verdadero, ofreciendo unión con Dios, ofreciendo ser trasladados al paraíso, ofreciendo tomar parte en la naturaleza divina. Pero el cristianismo ha perdido de vista ese verdadero evangelio y ha creado una salvación falsa que deja al hombre muerto en sus pecados. Vea Juan 14 y Juan 17 para más información acerca del evangelio verdadero.

De el Prólogo El Diario de Jorge Fox por William Penn:

MUCHAS han sido las dispensaciones de Dios desde la creación del mundo hacia los hijos de los hombres; pero el gran fin de todas ellas ha sido el prestigio de su propio nombre excelente en la creación y la restauración del hombre. El hombre restaurado, emblema de sí mismo, como un dios en la tierra, y gloria de todas sus obras. El mundo comenzó con inocencia. En aquel entonces todo lo que el buen Dios había hecho era bueno; y a medida que él bendijo la obra de sus manos, sus naturalezas y su armonía magnificaron a su Creador. Entonces las estrellas de la mañana cantaron juntas con gozo, y todas las partes de su obra dijeron amén a su ley. No había discordia en todo el orden de cosas; sino el hombre en el paraíso, las bestias del campo, las aves en el aire, los peces en el mar, las luces en los cielos, los frutos de la tierra. Sí, el aire, la tierra, el agua, y el fuego adoraron, alabaron y exaltaron su poder, su sabiduría y su bondad. ¡Oh santo día de reposo! ¡Oh santo día del Señor!

Pero este estado de felicidad no duró mucho. Porque el hombre, la corona y gloria de toda la creación, siendo tentado a aspirar a un lugar más alto que el de él, tristemente cedió en contra del mandamiento y del deber, como también en contra de su interés y felicidad; y así cayó, perdiendo la imagen divina, la sabiduría, el poder y la pureza en la cual fue creado. Por lo cual, no siendo apto ya para el paraíso, fue expulsado de ese jardín de Dios, su morada y residencia apropiada; y fue echado, como un pobre vagabundo, de la presencia de Dios, para deambular por la tierra, la habitación de las bestias.

Y aún así Dios, quien lo creó, tuvo compasión de él; porque viendo que el hombre había sido engañado, y que no había sido malicia o un atrevimiento original de él, sino que por la sutileza de la serpiente (que al principio cayó de su propio estado, y por la mediación de la mujer, la propia naturaleza y compañía del hombre, a quien la serpiente engañó primero). En su bondad y sabiduría, Dios encontró la manera de reparar la brecha, recuperar la pérdida, y restaurar el hombre caído otra vez por medio de un Adán más noble y excelente, el cual se les prometió que habría de nacer de una mujer. Porque por medio de una mujer el maligno había prevalecido sobre el hombre, así también por una mujer debía venir el Adán más noble al mundo, quien prevalecería contra el enemigo, heriría su cabeza, y libraría al hombre de su poder. Éste era, en una sola forma, por la dispensación del hijo de Dios en la carne, en el cumplimiento del tiempo, personal y completamente logrado por él, y en él, como el Salvador y Redentor del hombre.

En su destacado escrito, No Cruz No Corona, William Penn describe esta caída en detalle:

Un deseo excesivo de conocimiento introdujo la miseria del hombre, y produjo una caída universal de la gloria de su estado primitivo. Adán deseó ser más sabio de lo que Dios lo había hecho. No era suficiente conocer a su Creador, y darle ese honor santo que su ser y su inocencia naturalmente lo llamaban y lo emocionaban a hacer; ni a tener un entendimiento por encima de todas las bestias del campo, las aves del cielo, y los peces del mar, unidos con un poder para gobernar sobre toda la creación visible de Dios; sino que él tenía que llegar a ser tan sabio como Dios también. Esta búsqueda injustificada, y tan necia como la ambición injusta, lo hizo indigno de la bendición que él recibió de Dios. Esto lo sacó del paraíso; y en vez de ser amo de todo el mundo, Adán llegó a ser el más desdichado vagabundo de la tierra.

¡Un cambio extraño! En vez de llegar a ser como dioses, ellos cayeron por debajo de las mismas bestias; en comparación de quienes, aún Dios los había hecho como dioses. La lamentable consecuencia de esta gran deserción ha sido un intercambio de inocencia por culpa, y de un paraíso por un desierto. Pero, lo que es aún peor, en este estado Adán y Eva tenían otro dios aparte del único Dios viviente y verdadero; y aquél que los sedujo a todo este mal, los llenó de conocimiento vano, y sabiduría destructiva - la habilidad de las mentiras y las equivocaciones, los cambios, evasiones y excusas. Ellos habían perdido su sencillez y sinceridad; y de un corazón recto, con la imagen del cual Dios había hecho al hombre, el [hombre] llegó a ser una serpiente torcida, entretejida, y retorcida; la imagen de ese espíritu injusto de la serpiente, ante cuyas tentaciones ellos cedieron con su obediencia su paraíso de felicidad.

Ni está esto limitado a Adán; porque todos, quienes han quedado cortos de la gloria de dios, son nacidos hijos de su desobediencia.

Y así, el hombre, con la esperanza de llegar a ser como Dios, sólo llegó a ser como Satanás — rebelde, un enemigo de Dios, un esclavo del pecado, un esclavo del poder de Satanás; y ahora el hombre debe trabajar duro por su comida.

2 Es que Dios sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal. La tentación original era que el hombre pensara por sí mismo, para decidir lo que era bueno, y lo que era malo. De modo que Adán y Eva decidieron que querían ser sabios como Dios, decidiendo lo que era bueno o malo por sí mismos. Hasta esos momentos ellos sólo habían hecho lo que Dios les decía. Oían el sonido de sus pisadas en el jardín, oyeron su voz. No decidían lo que era "bueno" o "deseable" por sí mismos — confiaban que Dios haría sus decisiones. Pero de repente ellos podían decidir por sí mismos lo que querían y lo que no querían. Inmediatamente decidieron que estaban desnudos: tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí. Gen 3:10. Ellos estaban comenzando a pensar por sí mismos, buscando el bien del número uno para ellos, que ya no era Dios. También tenían miedo. Ellos se comenzaron a preocupar, a dudar, a temer. Supuestamente ellos debían llegar a ser sabios como Dios, con la capacidad de decidir lo que debían hacer por sí mismos; pero ésta era una gran pérdida. Porque la serpiente llegó a ser su dios; el espíritu de Satanás usurpó el Espíritu de Dios en Adán y Eva. El espíritu de Satanás, que quiere hacer sus propias decisiones, quiere ser sabio, quiere ser Dios.

Y así el hombre, esperando ser como Dios, sólo llegó a ser como Satanás — un rebelde, un enemigo de Dios, un esclavo del pecado, un esclavo del poder de Satanás; y ahora el hombre debe trabajar duramente para poder comer.

Y el hombre continúa hoy en día tratando de ser su propio dios. El hombre camina por su propia mente, camina tras la imaginación de su propio corazón; mientras trata de hacer paz con Dios por medio de las ceremonias, rituales, leer las escrituras, asistir a los servicios de las sectas, diezmar, ayunar, etc.; pero él todavía camina tras a imaginación de su propio corazón. Dios nos dice que caminar conforme a la imaginación de nuestros propios corazones es peor que adorar ídolos de madera o de piedra:

Porque vuestros padres me abandonaron, se fueron en pos de otros dioses y les rindieron culto; porque se postraron ante ellos, mientras que a mí me abandonaron y no guardaron mi ley.

Y vosotros habéis actuado peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros os vais cada uno tras la porfía de su malvado corazón, sin escucharme a mí. Jer 16:11-12.

Cada uno de nosotros es esclavo de nuestros deseos por más (lujuria), nuestro orgullo, inmoralidad sexual, enojo, placeres, pasiones, etc.; cada uno de nosotros es un ser egoísta y pecaminoso.

Cada uno de nosotros es parte de la naturaleza humana caída, que camina con una mente e imaginación que en vez de estar en la imagen espiritual de Dios, está en la imagen de Satanás y es incapaz de ser agradable a Dios. Cada uno de nosotros es esclavo de nuestros deseos por más (lujuria), nuestro orgullo, inmoralidad sexual, enojo, placeres, pasiones, etc.; cada uno de nosotros es un ser egoísta y pecaminoso. Caminamos en los deseos de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y los pensamientos de nuestra mente; y por naturaleza éramos hijos de ira y el objeto de su indignación [de Dios]. Caminamos de acuerdo a la corriente del mundo, de acuerdo al príncipe de la potestad del aire [Satanás], quien es el espíritu que ahora obra en los hijos de la desobediencia, Efe 2:2-3; somos los descendientes desobedientes del desobediente Adán. 

De la Palabra del Señor en el interior: "La religión ha rechazado el estatus de los hombres;" todas las religiones del mundo (incluyendo el cristianismo de hoy), ignoran que el hombre es una criatura caída. Más bien las religiones del mundo enseñan que podemos llegar a agradar a Dios con algún ritual, ceremonia, oración, meditación, etc.; nada de lo cual nos cambia de estar contaminados en nuestros pensamientos y de ser inaceptables para Dios y el cielo. Aunque podamos esconder nuestro enojo; aunque podamos evitar cometer adulterio; aunque podamos restringir nuestra carne para que no corra hacia el mal ni lo alcance; no podemos cambiar el hecho de que nos enojamos, de que miramos a otros para desearlos, que queremos más, etc.; somos criaturas egoístas resueltas a agradar a otros. Sólo el poder de Dios puede quitar nuestra naturaleza humana egoísta. Para llegar a ser agradables a Dios; para deshacernos de nuestros corazones contaminados; debemos ser cambiados completamente por el poder de Dios para recibir un nuevo corazón, mente, y espíritu.

De la Palabra del Señor en el interior:

Sin embargo, Jesús nos ofrece una solución. Él vino a restaurar al hombre a la imagen espiritual de Dios, para que pudiera disfrutar de su comunión y su dirección otra vez; lo cual requiere un hombre para crucificar (mortificar, matar) su naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia. Nadie puede ser discípulo de Jesús a menos que se nieguen a sí mismos y tomen su cruz cada día.

Además, de la Palabra del Señor en el interior:

La cristiandad hoy es enemiga de la cruz, enseñando falsamente que la cruz no es necesaria, y por lo tanto sus creyentes continúan pecando y así permanecen siendo esclavos del pecado, Juan 8:34. La única cruz de la cristiandad es sólo decoración, colgada en las paredes o usada como joya. Como hijos de Adán, aquellos que están en la cristiandad estaban viviendo en un estado de condenación antes que se convirtieran en creyentes; ellos permanecen condenados después de que se convierten en creyentes porque todavía están pecando y todavía son esclavos del pecadosu condenación no se duerme, ellos permanecen en el estado de condenación de Adán, y no son purificados, no son santos, no son rectos, no están justificados, no están santificados, y no son salvos.

La cristiandad deja a la gente viviendo en los deseos de la carne, cumpliendo los deseos de la carne y los de los pensamientos de sus mentes, así como el resto de los hombres; ellos son dejados en su naturaleza pecaminosa, caminando de acuerdo a la carne, cuyo fin es satisfacer las cosas de la carne; en sus lujurias, deseos, afectos, placeres, orgullo, ira, vanidad, temor, preocupaciones, planes, etc.; ellos son dejados en conformidad con los caminos del mundo y al príncipe de la potestad del aire [Satanás], Efe 2:2-3. Porque si vivís conforme a la carne [la naturaleza pecaminosa], habéis de morir. Rom 8:13. Cuando la cristiandad supuestamente lo "salva" en sus pecados, usted ha perdido su oportunidad de encontrar la vida superior de Dios: Porque el que quiera salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida por causa de mí la hallará. Mat 16:25. El propósito de este sitio web es enseñarle cómo recibir el poder de Dios que produce cambio, para llegar a ser libre de pecado y entrar en unión con Dios a medida que usted es trasladado a su reino, mientras está en la tierra y después para siempre.

Jesús vino a destruir las obras del diablo en todos los hombres, a limpiarlos para reunirse con ellos como eran antes de la caída, incluso en un estado más alto que el de Adán y Eva; más allá de su estado, en el cual ellos eran capaces de caer en la tentación, para estar en unión con Cristo, para estar en el reposo sentados en Cristo, perfeccionados y protegidos para siempre en contra de la caída a la tentación.

3 Cuando oyeron la voz de Jehovah Dios que se movía en el jardín como un viento en la tormenta. Esta frase es traducida típicamente como "Dios caminaba en el jardín en el fresco del día." Sin embargo, como declara la Net Bible, "movía" es una traducción más exacta que "caminaba," lo cual asume un Dios en forma humana con piernas; y mientras que "el fresco del día" es la traducción típica, "en el viento de una tormenta" es igual de correcto. El concepto de que Dios aparece en una tormenta, particularmente para juzgar, es apoyado por los siguientes versículos:

He aquí que el huracán de Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impíos. Jer 23:19

He aquí que el huracán de Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impíos. Jer 30:23

Entonces Jehovah respondió a Job desde un torbellino y dijo:... Job 38:1, 40:6

Jehovah es lento para la ira y grande en poder. De ninguna manera dará por inocente al culpable. Jehovah marcha en el huracán y en la tempestad; las nubes son el polvo de sus pies. Nah 1:3

De parte de Jehovah de los Ejércitos serás castigada con truenos, con terremotos, con gran estruendo, con torbellino, con tempestad y con llama de fuego consumidor. Isa 29:6
Voz de Jehovah sobre las aguas: ¡Truena el Dios de gloria! ¡Es Jehovah sobre las caudalosas aguas!
Voz de Jehovah con poder; voz de Jehovah con gloria.
Voz de Jehovah que aviva las llamas de fuego.
Voz de Jehovah que estremece al desierto. Jehovah estremece al desierto de Cades. Sal 29:3,4,7,8


El tronar de tu voz estaba en el torbellino; los relámpagos alumbraron al mundo; la tierra se estremeció y tembló. Sal 77:18

Jesús dijo: El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que ha nacido del Espíritu. Juan 3:8

Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados. Hechos 2:2

4 Jehovah Dios dijo a la serpiente: --Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. La serpiente se alimentará de polvo. Isa 65:25. De la Palabra del Señor en el interior: "el polvo que el diablo come es la manifestación física de lo espiritual." El cuerpo del hombre se convierte en polvo. En el infierno el alma del hombre, lo espiritual, es destruido por Dios: temed a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno. Mat 10:28. Tal vez esto explica la feroz oposición que el diablo aplica en contra del creyente verdadero; él tiene codicia por su alimento, y supongo que todos los demonios viven en el alma espiritual descompuesta del hombre. Ahora, aunque suene mal, si esa es su única comida, usted puede ver por qué él es tan incesante, merodeando el campamento (las personas verdaderamente cristianas), como un león rugiente, buscando a quién devorar.1 Ped 5:8. Jorge Fox planteó una pregunta aún más grande:

Si la comida de su dios y príncipe [de aquellos que todavía están pecando] es polvo, y él anda sobre su vientre, entonces ¿cómo andan ustedes que son desobedientes, en quienes él gobierna? [Fox dice que los hombres en el infierno estarán sobre sus vientres, Marcos 9:48 lo apoya: Donde su gusano no muere.] ¿Qué comen ustedes sino polvo? Porque ¿piensan que a ustedes les debe ir mejor, o que deben andar mejor que su dios y príncipe, que está fuera de la verdad, y no hay verdad en él? Oh, no; por lo tanto obedezcan la verdad, de la cual el dios y príncipe de este mundo está fuera; y ese espíritu repugnante e impuro está fuera del Espíritu de Dios que es puro; y entonces ustedes tendrán la leche y el vino espiritual, y la miel y el panal de miel, y el pan de vida del cielo, por medio del cual ustedes pueden vivir por Cristo quien se los da, el príncipe de vida, que destruye al príncipe de la muerte, y sus seguidores, que no quiere que Cristo gobierne sobre ellos.

5 Y pondré enemistad entre ti [la serpiente] y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; ésta [una semilla posterior (descendiente) de la mujer] te herirá en la cabeza [una generación posterior de la semilla de la serpiente], y tú [la serpiente] le herirás en el talón [de la mujer]. Gen 3:15.

La semilla de la mujer es el Espíritu de Jesucristo, nacido de una mujer, la semilla de Eva.

La semilla de la serpiente es el espíritu egoísta dentro de usted, la naturaleza pecaminosa, la mente carnal.

La semilla de la mujer, Jesucristo, fue herido severamente cuando probó la muerte por todos los hombres.

Cuando usted es purificado, Jesús aparece trayéndole su salvación, la cabeza de la serpiente en ustedes es aplastada por Cristo, y así destruye su poder y su fortaleza, y lo destruye a él y sus obras. (Él, Cristo, la simiente de la mujer, hiere la cabeza de la serpiente en los creyentes individuales quienes llevan su cruz hacia la pureza.)

Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás debajo de vuestros pies. Rom 6:16

De la carta 172 de Jorge Fox:

De modo que cada uno de nosotros, que ha venido a la semilla de Dios, que hiere la cabeza de la serpiente, que alejó al hombre de Dios, quien es el príncipe del mundo, el príncipe de la oscuridad, y el príncipe del aire, el padre de las mentiras, un asesino desde el comienzo, el que corrompe a la humanidad, el autor de la separación de Dios, y del pecado original, el comienzo de él, el cual nos alejó de su dominio sobre las obras de Dios; y esta semilla real, que es Cristo, destruye y renueva al hombre otra vez a la imagen de Dios, y lo lleva otra vez a su dominio sobre las obras de Dios. Y ahora cientos de miles están testificando esto; por lo cual ellos llegan a ser reyes, y redimidos de la tierra y llegan a ser reyes sobre la tierra, en la imagen de Dios, sobre las obras de Dios, en la sabiduría por la cual fueron creados... Entre éstos Cristo es rey, lo cual es testificado por miles. Entre éstos él es rey.

Después que su naturaleza pecaminosa ha sido crucificada, Jesús aparece [es revelado] en la gloria y el poder dentro de usted, para destruir la semilla de la serpiente. Para esto es revelado el Hijo de Dios [en nosotros]: para deshacer [en nosotros] las obras [pecado] del diablo. 1 Juan 3:8. Usted llegó a ser una criatura completamente nueva; su alma está unida (desposada) con el Espíritu de Cristo para llegar a ser uno [estar en unión], ser una criatura totalmente nueva. Antes de que Cristo sea revelado, el hijo del pecado (el espíritu de Satanás dentro de usted), es revelado dentro de usted, mostrándole toda clase de males sobre la tierra; esta es la abominación de la desolación, que permanece en el templo de su corazón, donde no debería estar. Pero este es el fin de su yo carnal, a medida que Cristo aparece y destruye lo que queda del espíritu de Satanás en usted por el resplandor de su venida, por su aliento, y el resplandor de su venida, al aplastar la cabeza de Satanás bajo sus pies [y los de usted]. El juicio final. El verdadero bautismo del Espíritu Santo: en la muerte de Cristo. Compartir su muerte. Entonces compartir su resurrección dentro de usted.

6 sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan.Considere esta maldición no sólo como una maldición física, sino una maldición espiritual también:

Cuando Adán comió del árbol prohibido, sus ojos se abrieron, abriendo su visión a la dimensión física de la tierra tal como la conocemos, y ya no veían por medio de la luz de Dios con los ojos de su alma y su corazón, sin saber ya qué decir, no siendo ya guiados en lo que debe hacer; en vez de esto Adán y Eva comenzaron a caminar guiados por los pensamientos de su mente, por su nueva imaginación, y por los deseos y el orgullo. Sin embargo, su nueva mente e imaginación carnal, que componía su nueva vida de la carne, no se comparaba con el paraíso, la paz, la alegría, compañerismo maravilloso, y la guía que previamente tenía de Dios - por lo tanto, para Adán y Eva, la vida tal como la conocemos era una tragedia colosal porque ellos estaban plenamente conscientes de lo que habían perdido, la vida superior de Dios; pero nosotros, los descendientes de Adán, no conocemos ninguna otra vida aparte de esta vida de la carne en esta dimensión inferior de la tierra, por lo que somos más que nada ignorantes de nuestra maldecida existencia. Si supiéramos, estaríamos pasando todo nuestro tiempo libre buscando a Dios, buscando su justicia, buscando su reconciliación, buscando su reino, buscando su luz, buscando su comunión, buscando su amor, buscando su guía, buscando la vida superior de Dios; estaríamos obsesionados con ser restaurados a la imagen de la justicia y santidad de que Adán y Eva perdieron. Es como si nos hubieran golpeado en la cabeza con un martillo cada segundo de nuestra vida, por lo que creemos que es normal; y andamos por la vida tratando de encontrar la felicidad en la aprobación de los demás, en juguetes, placeres, televisión, películas, navegar por la web, los deseos, la meditación, las cosas, los cuerpos, la bebida, las drogas, los alimentos, los lugares exóticos para vacaciones, grandes cuentas bancarias, poder sobre otros, orgullo, etc .; y la gran mayoría de las personas mueren sin darse cuenta de que había una vida mejor que se podía tener mientras todavía estamos vivos en la tierra -el paraíso, el reino de los cielos.

Por lo tanto, ¿como puede algún hombre escapar la maldición de esta vida, la oscuridad, el encarcelamiento, el cautiverio, la esclavitud, de los cuales generalmente él ni siquiera está consciente?

Por la gracia de Dios, Cristo la luz es dado a todo hombre para que pueda creer — incluyendo la verdad de los caminos del hombre, que la luz revela dentro de él. Dios entonces visita a todo hombre en algún momento de su vida, razonando anónimamente con ellos para que se alejen del mal de sus caminos. Entonces, ¿por qué el Señor razona gentil y anónimamente con nosotros en lugar en vez de advertirnos severamente acerca del infierno? Porque Él está, discreta y suavemente, clasificándonos entre aquellos que aman la verdad y el camino de la regla de oro en contraste con aquellos que aman sus caminos egoístas e impíos tanto que descartan sus ruegos lógicos, claros, suaves y considerados con indiferencia. Aquellos que aman la verdad y escogen hacer caso de sus ruegos para apartarse de sus caminos egoístas e impíos son entonces candidatos para que Él los atraiga con su amor — candidatos para llegar a ser hijos de Dios. Él tiene que atraernos con amor, no con temor; porque el amor es el único motivador que perdura. La gran mayoría de los hombres no comprenden que este ruego anónimo viene de Dios; y por lo tanto si no aman la verdad de lo que se les ha mostrado por medio de la luz de Dios dentro de cada hombre, ellos rechazan la verdad, mientras aman sus caminos impíos, y en efecto odian la verdad, lo cual es odiar a Cristo, quien es la verdad. Los pocos que se sienten convencidos cuando se les muestra sus malos caminos, quienes reconocen la verdad de lo que se les ha dicho, y quienes por consiguiente deciden cambiar su vida — debido a su amor por la verdad, esos pocos hombres y mujeres son entonces escogidos por Dios para darles una experiencia espiritual que les da una probada de la bondad de Dios, que es dada para motivarlos a buscar a Aquel quien ha sido escondido para ser revelado. Para esos pocos así comienza su caminata espiritual para: 1) primero eliminar los caminos anchos y fáciles que llevan a la destrucción y encontrar el único camino angosto, el único camino hacia Dios: la cruz, y 2) para emprender la difícil caminata hacia la reconciliación completa con Dios, restaurados a lo que Adán y Eva perdieron, pero aun mejor: para ser trasladados al cielo, para sentarse en los cielos con Cristo, protegidos de llegar a pecar otra vez, y para estar en su presencia continuamente — todo esto mientras todavía están vivos en la tierra y después para siempre.

 De la Palabra del Señor en el interior:

Debido a que a los miembros de las sectas del cristianismo se les ha enseñado que no hay condenación en aquellos que están en Cristo, y debido a que a ellos se les ha enseñado incorrectamente que están en Cristo, cuando el Señor anónimamente ruega con aquellos que se llaman a si mismos cristianos para que se alejen de sus malos caminos, ellos a menudo piensan que están siendo condenados por un espíritu impío; de modo que rechazan los ruegos del Señor:

De la Palabra del Señor en el interior:

A muchos se les ha enseñado que porque "creen en Jesús" ellos están en Cristo, y por lo tanto ellos no deben estar sujetos a ninguna condenación, basado en el versículo: "Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu." Rom 8:1. Sin embargo, andar conforme al Espíritu es ser guiado por el Espíritu en pensamientos, palabras, y acciones. Si usted es guiado por el Espíritu, usted no está bajo la ley. Gál 5:18. Andar conforme a la carne es caminar de acuerdo a los pensamientos de su mente carnal, los deseos de su carne, y su corazón impío, antes de que usted haya sido limpiado y purificado; hasta entonces usted no está en Cristo Jesús porque usted todavía está caminando en la carne — en sus deseos, afectos, placeres, orgullo, ira, vanidad, temor, preocupaciones, planes, etc., lo cual es igual que el resto del mundo que está en iniquidad y oscuridad. Para estar en Cristo, usted debe ponerle fin al pecado completamente. (Haga clic para ver los versículos que prueban esto).

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