Hebreos 2 Capítulo Anterior | Próximo Capítulo 1 Por lo tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Pues si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación, que al principio fue declarada por el Señor, nos fue confirmada por medio de los que oyeron, 4 dando Dios testimonio juntamente con ellos con señales, maravillas, diversos hechos poderosos y dones repartidos por el Espíritu Santo según su voluntad.1 5 Porque no fue a los ángeles a quienes Dios sometió el mundo venidero del cual hablamos. 6 Pues alguien dio testimonio en un lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que tengas cuidado de él? 7 Le has hecho por poco tiempo menor que los ángeles; le coronaste de gloria y de honra; 8 todas las cosas sometiste debajo de sus pies. Al someter a él todas las cosas, no dejó nada que no esté sometido a él. Pero ahora no vemos todavía todas las cosas sometidas a él. 9 Sin embargo, vemos a Jesús, quien por poco tiempo fue hecho menor que los ángeles, coronado de gloria y honra por el padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.2 10 Porque le convenía a Dios--por causa de quien y por medio de quien todas las cosas existen-- perfeccionar al Autor de la salvación de ellos, por medio de los padecimientos, para conducir a muchos hijos a la gloria. 11 Pues tanto el que santifica como los que son santificados son de la misma familia. Por esta razón, él no se avergüenza de llamarlos hermanos, [Debido a que aquel que se une al Señor es un espíritu, el hombre debe primero ser santificado antes de llegar a ser uno con el Señor, quien no está contaminado y está separado de los pecadores. Jorge Fox escribe de cuando uno está santificado: "un creyentes que es justificado es una nueva criatura, ha pasado de la muerte que vino por el pecado, y llega a entrar en su reposo, donde no hay pecado. Aquel que es la santificación, es la justificación, y así por su santificación ellos son justificados; es la misma cosa, lo que santifica, justifica". La santidad, la mortificación, la santificación, la redención, la justificación y la primera etapa de la perfección se encuentran en un estado que todavía está sin protección permanente del pecado; la protección permanente que se produce después de la unión con Cristo y Dios. De la Palabra del Señor en el interior: "Una vez que estás en unión, es permanente. La primera etapa no es ni siquiera una sombra de lo que usted heredará en la segunda etapa".] 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre; en medio de la congregación [del cielo] te alabaré. 13 Y otra vez: Yo pondré mi confianza en él. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. 14 Por tanto, puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte (éste es el diablo), [La destrucción de Santanás por parte de Cristo no es un evento de una sola vez porque Cristo destruye las obras del diablo en cada creyente, Él aplasta a Santanás bajo vuestros pies, Él destruye el espíritu de Satanás con el resplandor de su venida, y Él consume ese espíritu con el Espíritu de su boca, por medio del cual Él lo libera de la esclavitud del pecado.] 15 y para librar a los que por el temor de la muerte estaban toda la vida condenados a esclavitud. [Ser liberado es ser libre de aún el deseo de sus pecados — liberado de la esclavitud del pecado, lo cual es la promesa del evangelio.] 16 Porque ciertamente él no tomó para sí a los ángeles, sino a la descendencia de Abraham. 17 Por tanto, era preciso que en todo fuese hecho semejante a sus hermanos, a fin de ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en el servicio delante de Dios, para expiar los pecados del pueblo.3 18 Porque en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Capítulo Anterior | Próximo Capítulo |
1 dones del Espíritu Santo según su voluntad. Note. No de acuerdo a la voluntad dle hombre. Un hombre no puede asumir ser un ministro, predicador, maestro, evangelista, etc., basado en un sentimiento, una puerta abierta, un deseo, una carga — uno debe ser entrenado específicamente y autorizado por el Espíritu Santo.
2 Gustó la muerte por todos los hombres, no sólo los "creyentes." Como la ofensa de uno alcanzó a todos los hombres para la condenación, así también la justicia realizada por uno alcanzó (pronunció no culpable de ninguna ofensa) a todos los hombres para la justificación de vida. Rom 5:18. Todos los hombres eventualmente son justificados. Todos los hombres eventualmente son salvados: esperamos en el Dios viviente, quien es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los que creen. 1 Tim 4:10. (¡Tome nota! Todos los hombres, no sólo todos los creyentes). Jesús hizo que fuera posible que todos los hombres fueran salvos eventualmente: Porque Dios encerró a todos [los hombres] bajo desobediencia, para tener misericordia de todos [los hombres]. Rom 5:1. Pero todos los hombres deben pasar por el fuego antes de estar bien con Dios, ya sea como: 1) las primicias, al final del arrepentimiento en la cruz interna, que pasan por el fuego insaciable del bautismo de muerte del Espíritu Santo, o 2) aquellos que mueren en sus pecados deben pasar por el lago de fuego, comúnmente llamado infierno. Vea Hay Esperanza para todos para más información. Y Dios propuso por medio de él reconciliar consigo mismo todas las cosas, tanto sobre la tierra como en los cielos, habiendo hecho la paz mediante la sangre de su cruz.
3 a fin de ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en el servicio delante de Dios, para expiar los pecados del pueblo. Jorge Fox tiene un excelente documento acerca de los requisitos para experimentar la reconciliación:
Ningún hombre conoce la reconciliación, ni su reconciliación hecha con Dios, sino por medio del oír y el hacer la palabra de Dios, que está en el corazón y en la boca, que divide sus malas palabras, y sus malos pensamientos, y los corta, y los tritura, y los quema; esa es la palabra que santifica y reconcilia con Dios, y limpia. Y la palabra es Cristo, llamado ‘la palabra de Dios,’ y Cristo es la luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo, y eso es lo que renueva al hombre a la imagen de Dios. Porque la luz que viene de Cristo es la imagen de Dios, ‘la luz del glorioso evangelio que es la imagen de Dios,’ y así esto está en el interior, y ustedes que no conocen esto en el interior, y no lo sienten, sus labios están contaminados, y ustedes están en la doctrina condenable, y ustedes no pueden comprender la luz que brilla en la oscuridad. En realidad, ustedes son muy orgullosos, elevados y altaneros, y deben ser derribados; el Señor Dios los humillará. Ningún hombre viene a la imagen de Dios, ni es renovado, ni tiene la reconciliación con Dios, sino aquel que viene a la luz con la que Cristo la palabra lo ha iluminado, y eso está en el interior, y aquellos que creen en ella tienen el testimonio en sí mismos, y aquellos que no lo tienen, la luz los condena. La luz con la que todo hombre que viene al mundo es iluminado, no los aleja de la plenitud de Cristo a la diestra del Dios; sino que la luz les deja verlo a él siendo levantado, y nadie que esté sobre la tierra viene a Cristo a la diestra de Dios, a recibir de su plenitud, sino aquel que viene a la luz con la cual Cristo ilumina a todo hombre que viene al mundo; ese es el ojo, la luz, con la cual él ve a Cristo, y en la cual él le recibe, y llega a estar implantado en él, en la vid Cristo Jesús. ..Nadie viene a la fuente de las misericordias vivas, sino que todos son cisternas rotas, que están lejos de la luz dentro de ellos, que viene de Cristo la fuente de las misericordias vivas, que ilumina a todo hombre que viene al mundo, para que con ella todos lleguen a ver la fuente, y crean en ella, y aquellos que no lo hacen son condenados. Nadie conoce la perfección, ni llega a la perfección de Cristo, sino que si están en la herencia peligrosa,.. ellos no vienen a la luz que ilumina a cada hombre que viene al mundo; porque la imperfección viene por medio del primer Adán y Eva, y el diablo que se aleja de la verdad; la perfección viene otra vez por medio de Cristo, quien destruye al diablo, la muerte, y sus obras, y santifica al hombre, y reconcilia al hombre otra vez con Dios, quien ilumina a todo hombre que viene al mundo, para que en la luz todos los hombres puedan ver la perfección de Dios, Cristo Jesús; la cual nadie ve, sino aquellos que van a él, la luz.
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