Hebreos 10:29 Mostrar el Capítulo y las notas   29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha considerado de poca importancia la sangre del pacto por la cual fue santificado y que ha ultrajado [despreciado] al Espíritu de gracia?6 [La iglesia falsa ha hecho de la sangre de Jesús una excusa para el mal; por lo tanto ellos han hecho de su sangre una cosa profana; y por lo tanto ellos pisotean al hijo de Dios y muestran desprecio por la gracia. De la Palabra del Señor en el interior: "Recuerda, cada persona que peca lo niega a Él como Señor y Maestro. Para la mitad de la cristiandad la sangre será desastrosa. Ellos no quieren tener leyes. La nueva ley llegó a ser injusticia. El pacto del Señor es una rotura de la gente". Aquellos de ustedes que piensan que la sangre de Jesús excusa sus pecados pasados, presentes y futuros; has quebrantado el pacto del Señor, has hecho su sangre maligna e impía, y has mostrado desprecio por el Espíritu de gracia.] |
7 Después de haber sido iluminados. Esto viene después: El lucero de la mañana se levanta en su corazones. 2 Ped 1:19. Esto viene después: Porque si bien en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. ¡Andad como hijos de luz! Efe 5:8. Y después: Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa. Y después de que la luz aparece en usted, entonces usted ve sus problemas y tentaciones más claramente.
De la Palabra del Señor en el interior: "Primero la luz se levanta, entonces el reino. La luz viene de la fe en la voz."
En su Diario, Jorge Fox escribió de la luz que apareció en 1647, antes de que él entrara en el reino el año 1648:
Cuando vi que todo fue hecho por Cristo que es la vida, mi fe viviente fue aumentada, y mi creencia estaba en él. Cuando en cualquier momento yo perdía de vista mi verdadera condición en Cristo, mi creencia secreta se mantenía firme, y la esperanza me mantuvo, como un ancla en el fondo del mar; y ancló mi alma inmortal a su Señor, haciendo que mi alma nadara sobre el mar, el mundo, donde están todas las olas rugientes, climas terribles, tempestades, y tentaciones. Pero ¡ah! entonces vi mis angustias, pruebas y tentaciones más claras que nunca. A medida que apareció la luz, todo lo que está fuera de la luz apareció; oscuridad, muerte, tentaciones, los injustos, los impíos; todo fue expuesto y puesto a la vista en la luz. Después de esto, un fuego puro apareció en mí; y entonces vi cómo Cristo actuó como un fuego purificador y como jabón de lavadores. Entonces vino a mí el discernimiento espiritual; por el cual discerní mis propios pensamientos, quejas y suspiros; y qué era lo que me velaba, y qué era lo que me abría el entendimiento. Y aquello que no puede habitar en la paciencia, ni soportar el fuego, encontré en la luz que éstas eran las quejas de la carne, que no se pueden rendir a la voluntad de Dios; era lo que me había velado de tal manera, que no podía ser paciente en todas las pruebas, aflicciones, penurias y perplejidades; no podía entregar el yo para morir en la cruz, el poder de Dios, de manera que el creciente poder viviente pueda seguirle a él, y que aquello que nubla y aleja de la presencia de Cristo, aquello que es cortado por la espada del espíritu, y que debe morir, no debe mantenerse vivo. Yo discerní las quejas del espíritu, que me abrió revelaciones, e hizo intercesión con Dios; y por medio de este espíritu se realiza la verdadera espera en Dios, para la redención del cuerpo, y de toda la creación. Por medio de este verdadero espíritu, en el cual se encuentran los verdaderos suspiros, vi los suspiros y las quejas falsas. Por medio de este espíritu invisible discerní todas las cosas oídas, vistas y olidas que eran falsas, las cuales estaban sobre el espíritu, sofocándolo y acongojándolo; y que todos los que estaban allí estaban en confusión y engaño, donde se encuentran las peticiones y oraciones falsas, en engaño y por encima, en esa naturaleza y lengua que toma el santo nombre de Dios en vano, se revuelca en el mar egipcio, y pide pero no tiene; porque odian su luz, resisten su santo espíritu, convierten la gracia en una excusa para continuar pecando, se rebelan en contra del espíritu, y se equivocan alejándose de la fe que debieran estar pidiendo, y del espíritu por el cual debieran estar orando. Aquel que sabe estas cosas en el verdadero espíritu puede testificar de ellas.
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