Isaías 61:1 Mostrar el Capítulo y las notas   1 El Espíritu del Señor Jehovah está sobre mí, porque me ha ungido Jehovah. Me ha enviado para anunciar buenas nuevas a los pobres [en Espíritu]; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón [que lloran por causa de su esclavitud al pecado], para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros [encarcelados por las tinieblas del mundo y sus esclavitudes al pecado] apertura de la cárcel, | 1 Juan 3:8 Mostrar el Capítulo y las notas   8 El que comete el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto es revelado el Hijo de Dios [en nosotros]: para deshacer [en nosotros] las obras [pecado] del diablo.4 [Que nadie lo engañe, diciendo que todavía se puede pecar y pertenecer a Dios; los que aún están pecando sirven al diablo. Cristo es revelado en nuestra carne para destruir las obras del diablo, al condenar los pecados secretos en nuestro corazón, y después destruir aún nuestro deseo de pecar. Pablo confirma a Jesús destruyendo las obras del diablo en cada creyente purificado: "el Dios de paz aplastará en breve a Satanás debajo de vuestros pies." Rom 16:20.] | Romanos 6:22 Mostrar el Capítulo y las notas   22 Pero ahora, siendo libres del pecado y habiendo llegado a ser siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto [recompensa] a la santidad, y al fin la vida eterna.9 [Ser esclavo de Dios no significa que usted va a una universidad religiosa y un seminario; eso sería totalmente contraproducente. Ser esclavo de Dios es seguir la guía contínua del Espíritu y los mandamientos que usted oye y ve — pero su gozo supremo es compartir en sus obras de amor. Cada palabra y cada acción es virtuosa y perfecta porque Dios las ordena; usted está haciendo su voluntad en la tierra así como es hecha en el cielo por los ángeles, a medida que permanece en cualquiera sea su ocupación actual y honesta. Vea la nota más abajo para obtener una explicación más detallada.] | Juan 8:31 Mostrar el Capítulo y las notas   31 Por tanto, Jesús decía a los judíos que habían creído en él: --Si vosotros permanecéis en mi palabra [enseñanzas y mandamientos que han sido oídos de Jesús cuando le habla a usted], seréis verdaderamente mis discípulos; [Si usted continúa esperando, velando, y escuchando a Jesús, quien es la palabra y la luz dentro de su corazón, usted es un verdadero discípulo, que producirá el fruto del Espíritu, que será guiado a toda verdad, y entonces habrá llegado a ser libre de todo pecado.] |