Santiago 1:21-24 Mostrar el Capítulo y las notas   21 Por lo tanto, desechando toda suciedad y residuo de maldad, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.3 [Si usted humildemente cree y obedece las palabras que usted le oye a Cristo hablarle, ellas son implantadas en su corazón, haciendo cumplir las escrituras: pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las inscribiré (un entendimiento interno). Heb 10:16. De la Palabra del Señor en el interior: "Tú debes obedecer toda ley que el Espíritu establezca."] 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. [Santiago está diciendo que si usted no obedece lo que usted oye a Cristo decirle desde el interior de su corazón, usted se está engañando a sí mismo acerca de que la obediencia no es esencial. La obediencia lleva a la justicia, y la obediencia lleva a la salvación; sin obediencia usted no experimentará ninguna de estas dos.] 23 Porque cuando alguno es sólo oidor de la palabra y no hacedor de ella,4 éste es semejante al hombre que mira su cara natural en un espejo. 24 Se mira a sí mismo y se marcha, y en seguida olvida cómo era. |
4 ser sólo oidor de la palabra y no hacedor de ella es cuando el Señor le muestra a alguien algún aspecto de su esclavitud al pecado, y después él lo ignora, continuando en su propio camino. Cuando un hombre ama sus caminos, no puede oír los suaves intentos del Señor para alertarlo de sus errores. Y así continúa alegremente su camino, el cual, a menos que sea eventualmente abandonado, lo lleva a la destrucción. Como dijo Jesús: Pero el que oye y no hace es semejante a un hombre que edificó su casa sobre tierra, sin cimientos. El torrente golpeó con ímpetu contra ella; en seguida cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. Lucas 6:49. Note que dice "los oidores de la palabra," no los lectores de la palabra; Santiago está hablando acerca de oír la palabra que está en su corazón.
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