Juan 10:10 Mostrar el Capítulo y las notas   10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengáis vida y para que la tengáis en abundancia [en una forma superior].1 [La vida, de la cual él habló, es la vida de Dios, el Espíritu de Cristo, que es la luz. Cada hombre que viene al mundo tiene una medida pequeña de la luz en su interior, encadenada por la oscuridad. Cristo vino a mostrarle al hombre cómo aumentar la vida o luz hasta la abundancia, para que el hombre ya no camine en la ciega oscuridad de su propia voluntad, sino que camine en la luz para llegar a ser hijo de la luz, realizando obras dirigidas por Dios para la gloria de Dios. De la Palabra del Señor en el interior: "La obediencia lleva a la restauración de la vida. He venido para que tengáis vida, la vida superior de Dios."] | Juan 5:24 Mostrar el Capítulo y las notas   24 De cierto, de cierto os digo que el que oye mi palabra y cree [depende, confía, obedece] al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a condenación, sino que ha pasado [verbo pasado] de muerte a vida.3 [Hay una voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas descrita en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Esto es radicalmente diferente que la voz apacible y delicada que oímos desde el interior de nuestros corazones proveniente del Espíritu Santo. La Palabra del Señor en el interior y el Espíritu Santo nos hablan con palabras de Jesús, por lo tanto, estamos escuchando de el Hijo de Dios. Pero a menos que podamos realmente escuchar la Voz del Señor, no vamos a saber con certeza que es el Señor quien nos habla. De la Palabra del Señor en el interior: "Siempre tendrás dudas hasta que oigas su voz. Mi voz es como un trueno sobre las aguas. Oirás su voz cuando Él te llama". Usted oirá la voz del Señor por primera vez después que nos hayamos sometido al bautismo de fuego y muerte para luego ser llamados a venir fuera y resucitados como una nueva criatura, y entonces conocerá su voz; cuando oyes su voz por primera vez, has pasado de la muerte a la vida; y una vez que hayas oído su voz como un trueno sobre las aguas, siempre sabrá si el Señor ue le habla o no. Esta es la vida que Adán perdió en su caída en el jardín, cuando su acceso al árbol de la vida le fue cortado; los hombres llegaron a estar muertos para la vida de Dios. Y cuando usted pasa de la muerte a la vida, usted entra en el paraíso para una vez más comer del árbol de la vida, siendo trasladado al reino de los cielos mientras está en la tierra para vivir en unión con Cristo y el Padre. Todo esto se debe experimentar, no asumir con altas nociones.] |