Juan 3:1-21 Mostrar el Capítulo y las notas   1 Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un gobernante de los judíos. 2 Éste vino a Jesús de noche y le dijo: --Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, a menos que Dios esté con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: --De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: --¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? 5 Respondió Jesús: --De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.1 6 Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: "Os es necesario nacer de nuevo." [De la Palabra del Señor en el interior: "Saber que tú haz nacido otra vez es ver tu salvación aparecer en tu corazón."] 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que ha nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: --¿Cómo puede suceder eso? 10 Respondió Jesús y le dijo: --Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo que hablamos de lo que sabemos; y testificamos de lo que hemos visto. Pero no recibís nuestro testimonio. [No lo que nos han dicho otros hombres, no lo que hemos leído; sino lo que sabemos por medio de la experiencia de haber visto. Y Jesús dijo además: "lo que yo hablo, lo hablo tal y como el Padre me dice que hable. El que habla de sí mismo busca su propia gloria, pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y en él no hay injusticia." Juan 12:50,7:18.] 12 Si os hablé de cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las celestiales? 13 Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que cree [depende, confía, obedece] en él pueda tener vida eterna [de Dios]. [Aún los demonios creen que Jesús es el Hijo del Altísimo, y tiemblan. No es suficiente con creer que Jesús es el Hijo de Dios, usted debe exponerse a sí mismo para oír sus mandatos hablados y persistentemente creer en Él, lo cual es puesto en evidencia por nuestra obediencia. Usted puede tener vida eterna si paciente y persistentemente espera a Dios en humilde silencio, cree en los mandatos que Jesús le habla a usted y que usted oye, y después obedece lo que Él le manda, para que eventualmente usted entre en unión con Él. De la Palabra del Señor en el interior: "¿Cuál es la evidencia de tu creencia? - la fe operacional." Debemos creer lo suficiente como para tratar de oír, escuchar, y obedecer la voz de Dios - y la evidencia de nuestra fe es producir el fruto del espíritu, y así mostrarnos como verdaderos seguidores de Cristo; y el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz (quietud y confianza segura para siempre), paciencia (incluyendo longanimidad, constancia y perseverancia), amabilidad, bondad, fe, benignidad, (incluyendo mansedumbre y humildad), y dominio propio (dominio de los apetitos sensuales, deseos y pasiones). Gál 5:22-23 . Las ramas que no producen fruto son echadas en el fuego para ser quemadas. Juan 15:6, Mat 7:19.] 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo [cada hombre], que ha dado a su Hijo unigénito [a cada hombre], para que todo aquel que en él cree [depende, confía, obedece] no se pierda, mas tenga vida eterna.2 [No es suficiente creer que Jesús es el Hijo de Dios; aún los demonios creen que Jesús es el Hijo del Altísimo, y tiemblan. Usted debe creer lo que Jesús, la luz y la palabra dentro de su corazón, le muestra y le dice; creer lo que Él dice y lo que Él le muestra es creer en Jesús. Cristo es la luz dada a cada hombre para que pueda creer. Juan 1:1-4,7,9. Creer es creer lo que usted le oye a Él hablarle; creer lo suficiente como para hacer caso y obedecer a Jesús, quien es la Palabra de Dios y la luz de la Palabra en el corazón de cada hombre que lo reprende anónimamente (y a cada hombre) de pecado. Como los versículos acompañantes a continuación (19,20,21) dicen: "Y ésta es la condenación, que la luz ha venido al mundo (cada hombre), pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que practica lo malo [pecado] aborrece la luz [por lo tanto aborrece a Cristo, quien es la luz], y no viene a la luz, por temor de que sus obras sean expuestas y reprendidas. Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [efectuadas, formadas, provocadas, vigorizadas] por medio de Dios." Tener vida eterna es haber perdido su vida carnal, habiendo persistentemente creído y obedecido los mandatos que Jesús le ha hablado a usted, para que usted entre en unión con Él, para entonces obedecer las obras que él ordena para la gloria de él y para el gozo de usted.] 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo [a cada hombre] para condenar al mundo [a cada hombre], sino para que el mundo [a cada hombre] sea salvo por él. [Porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las vidas de los hombres, sino para salvarlas. Lucas 9:56. Ser salvo es ser liberado de todo pecado; aún el deseo de pecar es quitado.] 18 El que cree en él no es condenado; pero el que no cree [depende, confía, obedece] ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. [A los que creen en su nombre, les dio poder de ser hechos hijos de Dios, Juan 1:12; la creencia en su nombre provee acceso al poder, pero uno debe ejercitar ese poder al repetidamente esperar, escuchar, oír, creer, y obedecer a Cristo, la palabra y la luz dentro de su corazón. Sin una creencia en su nombre, no hay manera de escapar la condenación; pero sólo creer que Jesús es el hijo de Dios no tiene como resultado en evitar la condenación. Si usted todavía está pecando, todavía está viviendo en la condenación que vino a todos los hombres, cuando Adán cayó y perdió la vida de Dios. Fuera de la condenación es ser liberado de todo pecado, en comunión con el Hijo y el Padre, y comer del árbol de la vida, con Jesús como su verdadero Señor, proporcionando todas las palabras que usted habla y dirigiendo todas sus acciones.] 19 Y ésta es la condenación: que la luz ha venido al mundo [cada hombre], pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. [Todos los hombres tienen una pequeña medida de la luz (Cristo) que brilla en la oscuridad dentro de ellos para exponer el mal en sus corazones a medida que les ruega de manera anónima que alejen de sus caminos egoístas e impíos; pero los hombres, al amar sus caminos impíos, ignoran las suaves súplicas de Dios y por lo tanto permanecen en la oscuridad, cometiendo pecado, caminando de acuerdo con su mente carnal y su imaginación impía. El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: La palabra que he hablado [a él] le juzgará en el día final. Juan 12:48.] 20 Porque todo aquel que practica lo malo [pecado] aborrece la luz [por lo tanto aborrece a Cristo, quien es la luz], y no viene a la luz, por temor de que sus obras sean expuestas y reprendidas. [La verdadera luz es dada a cada hombre que viene al mundo para que pueda creer. Juan 1:9. La luz brilla en las tinieblas pero los hombres no entienden que es Cristo razonando de manera anónima con ellos, tratando de mostrarles (reprenderles) por su impiedad. Juan 1:5, Efe 5:13. Amando su vida egoísta, y odiando la luz (que es Cristo) que intenta corregirlos (reprenderlos), los hombres impíos huyen de la luz (Cristo) y así permanecen en la condenación, caminando en oscuridad, continuando en pecado, satisfaciendo la lujuria y los deseos de su carne.] 21 Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [formadas e impulsadas] por medio de Dios. [Aquellos que han estado experimentando la eliminación del pecado de sus corazones realizada por el Espíritu, aman la luz y ansiosamente vienen a la luz para que el pecado sea destruido aún más. Aquellos que han sido liberados del pecado, vienen ansiosamente a la luz para ser dirigidos por Dios a realizar obras de amor, para obtener gozo y para la gloria de Dios: Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras. Efe 2:10. El hombre viene a la luz al esperar a Dios en silencio, velando y escuchando con la esperanza de un cambio por medio de Jesús. Aquellos que vienen a la luz, aman a Cristo, como es puesto en evidencia por la obediencia a la verdad de lo que la Luz y la Palabra les revela; y ellos llegan a ver más luz, la cual los guía en todas sus palabras y acciones.] |
2 Porque de tal manera amó Dios al mundo [cada hombre], que ha dado a su Hijo unigénito [a cada hombres], para que todo aquel que en él cree [depende, confía, obedece] no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Este es el versículo más citado de la Biblia, PERO es citado fuera de contexto sin los versículos que califican su significado como completamente opuesto a como la gente lo interpreta cuando lo leen solo. Muchos consideran este versículo como "una Biblia entera en sí mismo," y creer la interpretación popular la cristiandad (sólo creer en Jesús, que Jesús es el Hijo de Dios), usted tiene que descartar todo el resto de la Biblia y sólo tener una Biblia de un versículo, ignorando los muchos versículos específicos que hablan acerca de la excepciones, los requisitos, y las condiciones para calificar para la salvación.
Afortunadamente están equivocados, o el cielo estaría lleno de gente que miente, se enoja, comete adulterio, codicia, habla irreverentemente, roban, engañan, envidian, usan drogas, se emborrachan, están adictos a los placeres, viven con orgullo y arrogancia, etc.; aún Adolfo Hitler creyó en Jesús. Su fe en este versículo, junto con cinco otros que son tomados fuera de contexto, está basada en el entendimiento erróneo de la Biblia que ellos pretenden entender. Los hombres ambiciosos hace mucho tiempo tomaron control la cristiandad, hombres que no fueron enseñados por la voz y la luz del Señor, ni perfeccionados por el Señor, ni dotados con la autoridad del ministerio, ni enviados por el Señor, ni hablando palabras del Espíritu del Señor; más bien ellos han hablado con sus mentes carnales, la naturaleza de la muerte, y predicado acerca de sus opiniones vanas provenientes de la imaginación de sus corazones impíos. Tomemos cada parte de este versículo y examinemos su verdadero significado, y cómo encaja totalmente en todas las escrituras que claramente muestran que usted debe primero llegar a estar libre de todo pecado: limpio, puro, santo, y perfecto mientras está en la tierra:
Porque de tal manera amó Dios al mundo [cada hombre], que ha dado a su Hijo unigénito [a cada hombre]
La palabra griega para este versículo muestra que lo que ha sido universalmente traducido como "el mundo", kosmos <2889>, bien podría haber sido traducido como: los habitantes de la tierra, o los hombres, o la familia humana. Dios ha dado a su Hijo a cada hombre, para que ellos puedan creer; cada hombre en todo el mundo, donde sea que estén, aún si ellos no han oído de Cristo Jesús. Jesucristo es la luz del mundo [de cada hombre], Juan 12:46, Juan 8:12. La Luz (Cristo) es dada a cada hombre que viene al mundo, Juan 1:9, para que por medio de la Luz, todos los hombres puedan creer, Juan 1:7. ¿Creer qué?—la verdad. ¿Cuál verdad?— creer la verdad de lo que la luz les muestra acerca del mal en sus caminos y la verdad de cómo la justicia de Dios y de Jesús es enormemente diferente a sus propios caminos; y después creer las promesas de Dios, convirtiéndolas en la esperanza de los esfuerzos de su vida para alcanzar la salvación. Al permanecer en la Luz y obedecer la Luz, el hombre recibe la salvación para llegar a ser hijo de la luz, un hijo de Dios. Porque Dios es luz, y en él no ninguna tiniebla. 1 Juan 1:5.
Por lo tanto al hombre se le da una pequeña medida de la luz para que él pueda creer lo que ésta le muestra, de lo que lo reprende, de lo que lo convence — mientras el hombre está vivo en la tierra. Cristo, la luz en cada hombre, ruega anónimamente con cada hombre durante su vida para que se aparte de los caminos impíos y egoístas; pero los hombres en general no comprenden que este suave ruego viene de Dios, y por lo tanto ignoran la luz, Juan 1:1-5. Y esta es la condenación: que la luz ha venido al mundo [cada hombre], y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que practica lo malo [pecado] aborrece la luz [por lo tanto aborrece a Cristo, quien es la luz], y no viene a la luz, por temor de que sus obras sean expuestas y reprendidas. Juan 3:19-20. Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [formadas e impulsadas] por medio de Dios. Juan 3:21. Si un hombre busca persistentemente el recibir las enseñanzas de Dios y cree lo que el Hijo (la luz) dentro de él le está rogando, él llegará a ser un hijo de Dios, un hijo de la luz; y él recibirá la vida eterna de Dios, la cual es la medida plena de Cristo mismo, la vida de Dios.
Otros versículos muestran que el Espíritu de Dios es dado a todo hombre en el mundo:Pero a cada hombre le es dada manifestación del Espíritu para el bien de todos. 1 Cor 12:7
Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Hechos 2:14-18
La gracia de Dios, que trae salvación se ha manifestado a todos los hombres. Tit 2:11
(La gracia aparece a todos, pero cada hombre debe escoger responder a la gracia para recibir salvación.)Pero a cada hombre le es dada manifestación del Espíritu para el bien de todos. 1 Cor 12:7. Para bien significa para que ellos puedan recibir vida eterna. Jesús nos enseñó lo que esto significa en la parábola de los talentos: donde él enseña que si usted no aumenta esta pequeña medida de Él mismo en usted (bien), mientras está en la tierra, para tener la experiencia de recibir la vida terna y para ser trasladado al reino, entonces en el momento de la muerte esta pequeña medida de Su Espíritu le es quitada a usted y le es dada a otro que le saque provecho.
El Espíritu de Dios visita a cada hombre, en el día de su visitación. Como dijo Jesús: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo. Apoc 3:20. Dios es justo. Dios es recto. Él quiere tocar el corazón de cada hombre de la misma manera. Él visita a cada hombre. Él le ruega anónimamente a cada hombre. Cada hombre tiene su oportunidad. El día de visitación puede venir de un predicador verdadero, con palabras habladas o escritas proveídas por el Espíritu de Dios, o directamente en el corazón del hombre proveniente de la luz y la Palabra de Cristo dentro del corazón del hombre. En el día del juicio, cada hombre recordará su día de visitación. El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: La palabra que he hablado [a él] le juzgará en el día final. Juan 12:48
Por lo tanto, si usted no puede recordar su día de visitación ahora, ¿significa eso que usted está perdido sin esperanza? ¡Absolutamente no! Usted todavía puede alejarse del mal que usted conoce y buscar oír la voz de Dios, la cual si usted obedece y continúa buscando persistentemente al esperar en silencio, velando, y escuchando en obediencia lo que usted oye, usted también puede testificar y experimentar el recibir la vida eterna. Él es galardonador de los que le buscan diligentemente. Usted no estaría leyendo esto a menos que tuviera un hambre de agradar a Dios, y Dios quiere satisfacer su hambre completamente más allá de lo usted se puede dar cuenta; pero de acuerdo a su plan y su tiempo. De la Palabra del Señor en el interior: "Aquellos que obedecer la luz, él los necesita;" él necesita a aquellos que muestran el amor de Dios al mundo entero que está en iniquidad con obras dirigidas por Él para su gloria.
para que todo aquel que en él cree [depende, confía, obedece]
El gran error en la cristiandad es pensar que este versículo significa sólo creer que Jesús era el Hijo de Dios, que resucitó de los muertos, etc. Santiago corrigió este popular error de que creer en Jesús es todo lo que es necesario para la salvación, escribiéndole a los judíos cristianos: ""Tú crees que Dios es uno. Bien haces. También los demonios creen y tiemblan." Santiago 2:19; tome en cuenta que Santiago le estaba escribiendo a los creyentes judíos de que el Padre, el Verbo [Jesús], y el Espíritu Santo eran un espíritu, y sin conflicto — Escucha, Israel: Jehovah nuestro Dios, Jehovah es uno! Deut 6:4. De modo que Santiago en efecto está diciendo: "ustedes dicen que creen en Jesús, hacen bien, los demonios lo hacen también, pero ellos tiemblan ante su nombre — ¿y ustedes?" Y muchos versículos nos muestran que los demonios creen, saben, reconocen, tiemblan, temen y obedecen a Jesús como el Hijo del Altísimo. Pero la cristiandad ignora los mandatos de Jesús registrados en la Biblia, las advertencias de Jesús con respecto al pecado, y las advertencias de los apóstoles acerca del pecado porque ellos no entienden este versículo; piensan neciamente que este versículo cancela todas las enseñanzas de Jesús y todas las excepciones, los requisitos, y las condiciones para calificar para el cielo. No es suficiente creer que Jesús es el Hijo de Dios; usted debe creerle a él — creer sus mandatos, creer sus enseñanzas, y actuar en base a ellos; de otra manera usted no cree realmente en Jesús. El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: La palabra que he hablado [a él] le juzgará en el día final. Juan 12:48
De la Palabra del Señor en el interior: "Todo el que le cree al hijo, será hecho perfecto." Note que el Señor no dijo: "cree en el hijo;" él dijo: "le cree al hijo." Hay una gran diferencia entre creer en que Jesús es el hijo de Dios, comparado con creer que el hijo le habla a usted desde el interior de su corazón. Para oírle a él hablándole a usted, usted debe caminar en los pasos de la fe como lo hizo Abraham; debe esperar a Dios, escuchar en silencio, oír, creer que es el Hijo quien le está hablando, creer que lo que él le dice es verdad, y después obedecer lo que él le mande. Si usted hace esto repetidamente con dedicación persistente, él eventualmente le hará perfecto, lo cual es ser liberado aún del deseo de pecar, lo cual es recibir la salvación. Las palabras que usted le oye a él hablar son espíritu y le imparten la vida de Dios a usted, Juan 6:63; él le muestra sus pecados en su corazón, él quita su deseo de pecar de su corazón, e imparte la vida de Dios en su corazón — hasta que finalmente usted tiene tanto de su vida en sí mismo, que usted llega a ser como él; libre de pecado, por lo tanto perfecto. La salvación es ser salvado de sus pecados (no mientras todavía está sumergido en sus pecados), y es resultado de creer los mandatos de Jesús y las enseñanzas que él le da a usted a través del tiempo, no sólo creer instantáneamente en los hechos de su vida. Usted es salvo por fe, y por fe su corazón es purificado; pero obviamente al principio de la fe usted no está purificado, ni es salvo. Antes de la purificación y la salvación, su fe debe ser probada en varias pruebas, en las cuales usted debe sufrir gravemente para ser purificado del pecado. Usted debe contender por la fe, crecer en la fe, edificar su fe, aumentar en fe, perfeccionar lo que falte en su fe, pelear la buena batalla de la fe, hasta llegar a la victoria, cuando su fe sea consumada por el consumador; la fe es un proceso y una caminata, cuyo fin es ver a Cristo trayéndole la salvación, para darle la vida eterna.
De la Palabra del Señor en el interior:
- ¿Qué es necesario para la salvación? —obediencia a los mandatos que has oído.
- Escucha mi voz, y yo seré tu pastor.
- Escucha la palabra del Señor que viene de adentro.
- Bienaventurados son los que oyen la palabra de Dios y obedecen. Sé lento para hablar, rápido para oír.
- Oír y obedecer es difícil.
- Sólo aquellos que quieren ser limpios pueden oír.
- Estar en silencio es preparación.
- Piensa en Su nombre.
- Los oídos deben oír.
Mire estos versículos en Hechos, que describen cómo los miembros nuevos eran añadidos por el Señor a la iglesia primitiva en Jerusalén, liderada por Pedro, Juan, Santiago, etc.
Esto muestra claramente que ser salvo no ocurre instantáneamente al creer, ser bautizado, y unido con la iglesia; no, ellos eran descritos como personas que habían de ser salvos — como un proceso con un fin en el futuro, con la muerte de su espíritu egoísta en la cruz. Más evidencia de que la salvación no es instantánea, sino un proceso de llevar la cruz, es proveída por Pablo que repetidamente le escribe a las iglesias de creyentes:
Pedro repite el mismo mensaje, que salvación no es sólo creer o tener fe, sino que la salvación es el fin de la caminata obediente de la fe, y requiere crecimiento :
Simón el mago creyó y fue bautizado. Él trató de comprar el poder de imponer las manos. Hechos 8:13-18.
Pedro le dijo a él: "Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque veo que estás destinado a hiel de amargura y a cadenas de maldad." Hechos 8:22-23. Obviamente Simón no había sido "salvo" al creer o con el bautismo.
Jesús le dijo a cinco de las siete iglesias de creyentes en el Apocalipsis que estaban perdidos, o camino hacia la destrucción. Los creyentes de Esmirna estaban a punto de entrar en la tribulación, a quienes él animó. Sólo la iglesia de Filadelfia estaba bien porque habían guardado [obedecido] su palabra con resistencia paciente. ¡Note otra vez! Jesús dijo que cinco de las siete iglesias cristianas de creyentes que iban camino al infierno. Grandes errores ya se habían esparcido 2000 años atrás, hasta el día de hoy cuando la iglesia falsa está llena de la gracia que supuestamente es una licencia para continuar pecando.
¿Entonces cuándo resulta la creencia en salvación?
Jesús mismo nos dijo: Y está es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo y cree [depende, confía, obedece] en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final. Juan 6:40. Por lo tanto su creencia debe llevarle a ver a Jesús, el rostro de Dios. Cuando su creencia resulte en que usted espera persistentemente a Dios, en humilde silencio, para oírle, y para obedecerle - las palabras que usted le oye hablar imparten la vida de Dios; hasta que finalmente usted es puro y ve el rostro de Dios en su corazón: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios, Mat 5:8. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, como él [Jesús] también es puro. 1 Juan 3:3
y él nos dijo además:
cualquiera que viva y crea en mí, nunca morirá. Aquellos que están en Él y creen mientras están en Él nunca morirán. El uso de la palabra vivir se refiera a aquellos que viven en la vida de Dios, no la vida de la carne, y esa vida carnal debe perderse para encontrar la vida de Dios. Usted debe estar viviendo en Jesús, quien es la vida de Dios, quien es vida eterna, quien debe ser poseído de manera suficiente para ser su verdadero Señor, controlando cada una de sus palabras y acciones — entonces usted nunca morirá a la vida de Dios. Vea la nota 2 de Juan 11:26 para más detalles.
De la Palabra del Señor en el interior:
- "Tú eres un hijo cuando Jesús aparece en tu corazón para guiarte.
- Saber que tú haz nacido otra vez es ver tu salvación aparecer en tu corazón.
- La salvación ocurre cuando tú eres uno con Cristo y Dios.
- Si todavía estás pecando, tú perteneces al pecado y no a mí.
- Escucha y obedece mi voz; escucha mis dulces palabras de sabiduría.
- Si tú pones atención y obedeces, ésto resulta en la unión con Dios.
- Debemos llegar a ser como Él para unirnos a Él.
- Él se une a nuestra naturaleza purificada.
- Como los apóstoles, tú también debes ser purificado.
- Una vez que estás en unión, es permanente".
La vida eterna es la vida eterna de Dios, y no es algo que se recibe después que usted muere mientras todavía está pecando; la vida eterna de Dios debe ser recibida y testificada mientras todavía estamos vivos en la tierra. Ocurre cuando usted es liberado de todo pecado, trasladado hacia el reino de los cielos y entra en unión con Dios y Cristo. Debido a la caída de Adán, todos estamos muertos a la vida de Dios, Gen 2:17,3:24, y nuestro acceso para comer del árbol de la vida ha sido cortado. La vida eterna es tener la vida de Dios restaurada en usted a la imagen espiritual de Dios en verdadera justicia y santidad. Cuando usted experimenta la salvación, observa el pasar de la muerte a la vida; y usted ve a Jesús trayendo vida eterna — mientras todavía estamos vivos en la tierra:
Hay una voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas descrita en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Esto es radicalmente diferente que la voz apacible y delicada que oímos desde el interior de nuestros corazones proveniente del Espíritu Santo. La Palabra del Señor en el interior y el Espíritu Santo nos hablan con palabras de Jesús, por lo tanto, estamos escuchando de el Hijo de Dios. Pero a menos que podamos realmente escuchar la Voz del Señor, no vamos a saber con certeza que es el Señor quien nos habla. De la Palabra del Señor en el interior: "Siempre tendrás dudas hasta que oigas su voz. Mi voz es como un trueno sobre las aguas. Oirás su voz cuando Él te llama". Usted oirá la voz del Señor por primera vez después que nos hayamos sometido al bautismo de fuego y muerte para luego ser llamados a venir fuera y resucitados como una nueva criatura. Entonces, como Juan 10:3-5 declara: conoceremos su voz, él nos guiará fuera del mundo hacia el reino, y huiremos de otras voces. Cuando oyes su voz por primera vez, has pasado de la muerte a la vida; y una vez que hayas oído su voz como un trueno sobre las aguas, siempre sabrá si el Señor que le habla o no.
Primero debemos escuchar al Espíritu Santo y la Palabra del Señor en el interior para oír y obedecer sus muchas enseñanzas y órdenes. Luego, con larga persistencia y paciencia en hacer obras de arrepentimiento obediente, experimentamos el bautismo de fuego y muerte, para luego oír la Voz del Señor mientras pasamos de la muerte a la vida. Hasta entonces, tenemos que estar vigilantes para no ser engañados por el enemigo, quien pretende ser el Señor que nos habla. Basado en el consejo de Eduardo Burrough, (haga clic para leer), un gigante entre los primeros cuáqueros, a menos que podamos distinguir entre la Voz del Señor y de la voz del enemigo, no debemos hacer nada para el Señor, sino arrepentirnos.* Cuando podemos escuchar la Voz del Señor, caminamos en la luz; y William Penn escribió: "A pesar de que es el deber de todos caminar en la luz, y esperarla, para que por ella ellos puedan ser instruidos en el camino de la vida y la salvación; sin embargo, es sólo aquellos que de verdad son dirigidos por ella,** los que pueden discernir correctamente entre los espíritus falsos y el verdadero".
* Cualquier mandato del Señor que requiera tu arrepentimiento debe ser primero puro; luego es pacífica, justa, amable, fácilmente aceptada, llena de misericordia y buenos frutos, inmediatamente entendida y sincera. Santiago 3:17
** A modo de repaso: para ser guiado o dirigido por la luz, la luz primero debe surgir en su corazón como una estrella magnífica, de modo que se le muestre todo lo que debe hacer y se le diga todo lo que debe decir; el inequívoco surgimiento de la luz viene de la fe en la voz.Usted podría escuchar al Señor decirle que siga adelante con su consideración de comprar algo o hacer algo que usted considere necesario; y siempre y cuando no haya nada que usted sepa que está equivocado, o que no sea nada que Él le haya dicho en el pasado que no haga, usted puede seguir las sugerencias de Él antes de poder distinguir su voz. Si usted no necesita lo que está considerando comprar, Él podría simplemente decirle: "no lo necesitas". Si no es necesario hacer algo que usted está considerando, puede que él le diga: "no es necesario". Si es necesario, él podría alentarlo a seguir adelante.
Cuando podamos oír la Voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas, podemos verdaderamente experimentar el cumplimiento de las escrituras. Vea El Reino, el Regreso de Cristo y la Finalización de la Salvación en Cómo Beneficiarse del Poder de Dios que Produce Cambio para obtener más información sobre los eventos que ocurren cuando oigas la Voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas.
Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios [Cristo] permanece en él, y no puede seguir pecando, porque ha nacido de Dios. 1 Juan 3:9
Y su semilla son las palabras que él ha plantado en su corazón, palabras que usted le ha oído hablarle a usted, la Palabra de Dios. Lucas 8:15
Esas palabras que le oímos hablarnos a nosotros están implantadas en nuestro corazón, Santiago 1:21;
y esas palabras que le oímos hablarnos a nosotros son Espíritu y nos imparten la vida de Dios, Juan 6:63;
y esta vida de Dios es Cristo, Juan 1:5, 14:6, de modo que Cristo es formado dentro de usted. Gál 4:19
Hasta que finalmente Cristo está completamente formado e incluso ha resucitado dentro de usted. 2 Cor 4:14,Col 2:12,3:1,Efe 2:5-6
Entonces usted ve a Cristo, la gloria de Dios, aparecer en su corazón y lo ve trayéndole su salvación y vida eterna.La clave para entender la vida eterna en este versículo es entender que "la vida eterna" no es vivir la vida que conocemos ahora para siempre; la cristiandad nos dice que incluso hay tortura eterna en el infierno, y necesitamos estar vivos para sentirlo (Vea Hay esperanza para todos, para aprender cómo la cristiandad ha torcido el concepto del infierno para hacerlo eterno). Jesús está hablando acerca de "la vida eterna de Dios," a la cual debemos ser restaurados mientras estamos en la tierra, para después disfrutarla para siempre.
Ahora, para aquellos que piensan que la creencia inicial es todo lo que se requiere para la vida eterna, considere que Judas (el medio hermano de Jesús) le aconsejó a la iglesia primitiva que contendieran eficazmente por la fe, esperando para que verdaderamente experimentaran a Jesús trayéndoles su vida eterna:Amados, mientras me esforzaba por escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribir para exhortaros a que contendáis eficazmente por la fe que fue entregada una vez a los santos. Conservaos en el amor de Dios, aguardando con esperanza la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. Judas 1:3,21. Ahora, si usted piensa que sólo creer es todo lo que se necesita, ¿por qué se le recomienda que debe contender? Y si usted piensa que usted es salvo instantáneamente al creer, ¿por qué el hermano de Jesús le estaría escribiendo a los creyentes que ellos deberían mantenerse en el amor de Dios, buscando (en el futuro) a Jesús para que traiga vida eterna? ¿Acaso usted piensa que usted es un cristiano más especial que aquellos que estaban en la iglesia primitiva, fundada por los apóstoles, quienes estaban buscando que Jesús trajera la vida eterna, la salvación? Y aparecerá una segunda vez, ya no para llevar el pecado, sino para traer completa salvación a los que le esperan persistente y pacientemente. Heb 9:28. Esperar a Dios es sentarse persistentemente en humilde silencio, escuchar su voz y sus palabras, velar sus revelaciones, oír sus mandatos, y después obedecerle; sólo aquellos que le hacen caso y le obedecen reciben salvación eterna. Heb 5:9.
no perezca,
Perecer no es estar sin vida, o ser destruido, o morir e ir al infierno para ser destruido después; es perder la vida de Dios por completo. Hay una pequeña semilla de la vida de Dios en cada hombre. Cristo es la vida de Dios, y en él estaba la vida, Juan 14:6; y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:5. La Luz (Cristo) es dada a cada hombre que viene al mundo, Juan 1:9, de manera que por medio de la Luz, todos los hombres puedan creer, Juan 1:7; y al permanecer en la Luz y obedecer la Luz, el hombre recibe la salvación para llegar a ser un hijo de la luz, un hijo de Dios. Porque Dios es luz, y en él no hay ninguna oscuridad. 1 Juan 1:5. Por lo tanto al hombre se le da una pequeña medida de luz para que él pueda creer lo que se le muestra, lo cual lo reprende, lo cual lo condena — mientras el hombre está vivo sobre la tierra. Si un hombre es completamente obediente a la luz, él llegará a ser hijo de Dios, un hijo de la luz. Pero si él odia la luz porque reprende su estilo de vida y comportamiento egoístas, entonces él muere en sus pecados; y cuando el hombre muere mientras todavía está pecando, la pequeña medida de Cristo, la luz y la vida, sale de él, dejando al hombre en completa oscuridad, lo cual es el infierno. Entonces, la pequeña medida de luz (la cual es el talento en la parábola de los talentos), que el hombre tenía, le es quitada y le es dada a otro que obtuvo ganancia de su talento mientras estaba vivo en la tierra. El resultado: destrucción eterna lejos de la presencia del Señor, y de la gloria de su poder, 2 Tes 1:9; el hombre es alejado de la vida, el poder y la gloria de Dios, morando en oscuridad total. Esto es lo que significa perecer en este versículo.
La salvación, la liberación del pecado, ocurre cuando usted experimenta la gracia que Dios (Cristo) le trae, cuando Cristo destruye el espíritu egoísta en usted por medio del espíritu de su boca y por el brillo de su venida, cuando é aplasta a cabeza de Satanás bajo sus pies. Rom 16:20
¡Esperé tu salvación, oh Jehovah! Gen 49:18
Pero yo miraré a Jehovah; esperaré en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará! Mic 7:7
Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehovah. Lam 3:26
De cierto en Dios espera en silencio mi alma; de él proviene mi salvación. Sal 62:1
Se dirá en aquel día: "¡He aquí, éste es nuestro Dios! En él hemos esperado, y él nos salvará: ¡Éste es Jehovah! En él hemos esperado. ¡Gocémonos y alegrémonos en su salvación!" Isa 25:9
Y aparecerá una segunda vez, ya no para llevar el pecado, sino para traer completa salvación a los que le esperan persistente y pacientemente.
Esperar a Dios es sentarse persistentemente en humilde silencio, escuchar su voz y sus palabras, esperar sus revelaciones, oír sus mandatos, y después obedecerle; sólo aquellos que le hacen caso y le obedecen reciben salvación eterna. Heb 5:9
Bienaventurado el hombre que me escucha, velando ante mis entradas cada día, guardando los postes de mis puertas. Prov 8:34, Lucas 11:28
Muchos serán purificados, y emblanquecidos, y probados; pero los impíos obrarán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá. Pero los sabios, sí entenderán. Dan 12:10. La cristiandad ni siquiera cree que la pureza es posible; ellos no entienden y por lo tanto continúan pecando [haciendo el mal].
Uno es purificado por la fe obediente, cuya obra es cargar la cruz interna de la negación propia con el tiempo. Buscar, escuchar, oír y obedecer — es parte de la cruz.
La cristiandad niega que la cruz es necesaria, y por lo tanto la cristiandad está pereciendo porque para los que se pierden, el mensaje de la cruz es locura; el fin de ellos será la perdición; su dios es su estómago [lujurias, deseos]; su gloria se halla en su vergüenza; y piensan solamente en lo terrenal. 1 Cor 1:18, Fil 3:18-19
La fe no es instantánea, es un proceso de trabajo que resulta en crecimiento. Como Pedro nos instruye: nos han sido dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas seáis hechos participantes de la naturaleza divina, después de haber huido de la corrupción que hay en el mundo debido a las bajas pasiones:
Y por esto mismo, poniendo todo empeño, añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento;
al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, perseverancia; a la perseverancia, piedad;
a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Porque cuando estas cosas están en vosotros y abundan, no os dejarán estar ociosos ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 2 Pedro 1:4-8
Por eso, hermanos, procurad aun con mayor empeño hacer firme vuestro llamamiento y elección, porque haciendo estas cosas no tropezaréis jamás. 2 Pedro 1:10
Veamos además los versículos después de Juan 3:16, lo cual cambia completamente la interpretación tradicional:
Porque todo aquel que hace lo malo [pecado], ama las tinieblas, y es condenado — no importan lo que piense que cree.
Él aborrece la luz y no viene a la luz, por temor de que sus malas obras sean expuestas y reprendidas, (juzgadas).
Él quiere continuar su estilo de vida egoísta, su vida de maldad, de modo que rechaza y odia la luz [que es Cristo].
Él ama la oscuridad, donde sus obras no son expuestas como si fueran malas, de modo que rechaza la luz y odia la luz, que es Cristo.
Como los demonios, él puede pensar que Cristo es el Hijo de Dios;
pero debido a que él ama su estilo de vida, y odia la convicción de la Luz,
se aleja de la luz, hacia la comodidad de las tinieblas, donde no hay desaprobación;
y así él es condenado. No importa lo que diga con su boca que él cree — sus acciones contradicen sus palabras.
Si él creyera en la luz, él obedecería la luz. Si él creyera en Cristo, él obedecería a Cristo.
Creer es obedecer. La obediencia lleva a recibir el Espíritu Santo. La obediencia lleva a la justicia. La obediencia lleva a la salvación.
Pero, una persona que desea hacer lo correcto, agradar a Dios, deshacerse del pecado — aceptará la desaprobación de la luz a sus obras malignas, y estará motivado a cambiar su camino (arrepentirse). Él creerá que la luz es de Dios, del Hijo de Dios, y amando la luz, obedecerá la suave súplica de la luz, su consejo, y sus mandatos para él.
Un verdadero creyente obra la verdad, o practica la verdad — hace lo correcto (él ha terminado con el pecado, de hacer lo incorrecto). Un creyente sale hacia la luz (sin temor), para mostrar sus acciones (u obras) han sido: obradas en Dios, o mandado divinamente, hechas con la ayuda de Dios, dependiendo de Dios.
En Rom 10:8, Pablo dice que él predica la palabra que está dentro de su corazón y en su boca; y en Rom 10:17, Pablo dice que la fe viene por el oír la palabra de Dios. De modo que la fe resulta de oír la palabra de Dios desde el interior de su corazón, y reconocerla como el Espíritu de Dios hablándole, o Cristo (el autor de la fe de todos) hablándole a usted; y creyéndola lo suficiente para ser obediente a lo que usted oye. Por lo tanto creer es: creer, [confiar, depender, obedecer] en la palabra que usted oye en su corazón. Bienaventurados son los que oyen la palabra de Dios [dentro de su corazón] y la guardan [la practican, obedecen]. La cristiandad quisiera que usted creyera que oír a alguien leer las palabras de la Biblia es oír la palabra de Dios, y si usted la cree, entonces usted es un "creyente." Pero ésto sólo resulta en creencia en un libro y fe en las palabras de ese libro - fe bíblica. Sin embargo Pablo nos dijo que la fe viene por el oír la palabra, y esa palabra está en nuestro corazón; de modo que para tener una fe real, usted debe oír lo que viene del interior y creer a aquel que usted oye que es el Hijo de Dios. Esto es creer en Jesús. Esta es la fe verdadera — oír a Jesús hablarle a usted, creer que es él, y después obedecerle. Cuando usted oye a Jesús hablándole, Jesús se convierte en el autor de su fe: puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. Heb 12:2. Ahora, para alcanzar la salvación usted debe creer los suficiente como para continuar escuchando y obedeciéndole. Porque Jesús se convirtió en el autor y fuente de eterna salvación para todos los que le prestan atención y le obedecen. Heb 5:9. El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: Las palabras que he hablado [a él] le juzgará en el día final. Juan 12:48
Abraham es considerado el padre de todas las naciones de creyentes, ya que la justicia le fue acreditada debido a su fe. Pero ¿cuál era la evidencia de la fe de Abraham? Él caminó en los pasos de la fe al estar dispuesto a exponerse a los mandatos de Dios y obedecer la voz de Dios. Creyó lo suficiente como para escuchar la voz de Dios y después obedecer lo que se le dijo que hiciera. Creer sin buscar los mandatos de Dios y después obedecerlos es una creencia falsa. Y por lo tanto nosotros también debemos caminar en los pasos de la fe, lo cual es creer lo suficiente para buscar, escuchar, oír, y obedecer la voz de Dios — y la evidencia de nuestra fe es producir el fruto del espíritu, y así mostrarnos como verdaderos seguidores de Cristo; y el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, benignidad [o mansedumbre, o humildad ], y dominio propio. Las ramas que no producen fruto son echadas al fuego para ser quemadas.
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