Juan 5:24 Mostrar el Capítulo y las notas   24 De cierto, de cierto os digo que el que oye mi palabra y cree [depende, confía, obedece] al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a condenación, sino que ha pasado [verbo pasado] de muerte a vida.3 [Hay una voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas descrita en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Esto es radicalmente diferente que la voz apacible y delicada que oímos desde el interior de nuestros corazones proveniente del Espíritu Santo. La Palabra del Señor en el interior y el Espíritu Santo nos hablan con palabras de Jesús, por lo tanto, estamos escuchando de el Hijo de Dios. Pero a menos que podamos realmente escuchar la Voz del Señor, no vamos a saber con certeza que es el Señor quien nos habla. De la Palabra del Señor en el interior: "Siempre tendrás dudas hasta que oigas su voz. Mi voz es como un trueno sobre las aguas. Oirás su voz cuando Él te llama". Usted oirá la voz del Señor por primera vez después que nos hayamos sometido al bautismo de fuego y muerte para luego ser llamados a venir fuera y resucitados como una nueva criatura, y entonces conocerá su voz; cuando oyes su voz por primera vez, has pasado de la muerte a la vida; y una vez que hayas oído su voz como un trueno sobre las aguas, siempre sabrá si el Señor ue le habla o no. Esta es la vida que Adán perdió en su caída en el jardín, cuando su acceso al árbol de la vida le fue cortado; los hombres llegaron a estar muertos para la vida de Dios. Y cuando usted pasa de la muerte a la vida, usted entra en el paraíso para una vez más comer del árbol de la vida, siendo trasladado al reino de los cielos mientras está en la tierra para vivir en unión con Cristo y el Padre. Todo esto se debe experimentar, no asumir con altas nociones.] | 2 Corintios 4:10-11 Mostrar el Capítulo y las notas   10 Siempre llevamos en el cuerpo [nuestro] la misma muerte [de la cruz interna] del Señor Jesús, para que también la vida de Jesús sea revelada en nuestro cuerpo. 2 11 Porque nosotros que vivimos estamos constantemente progresando hacia la muerte [crucificando al viejo hombre] por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús sea revelada en nuestra carne mortal. [A medida que nuestro espíritu egoísta, el viejo hombre, muere sobre la cruz interna de la negación propia, Jesús aumenta en nosotros, como el pan que es leudado. De la Palabra del Señor en el interior: "Yo sólo conozco a aquellos que han sido crucificados". Él sabe todo, pero "conocerlo" a usted significa que él llega a ser uno con usted, lo cual ocurre después de que usted ha sido crucificado.] | Judas 1:21 Mostrar el Capítulo y las notas   21 conservaos en el amor de Dios, aguardando con esperanza la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.6 [Usted debe experimentar a Jesús trayéndole vida eterna, así como Jesús le trae su salvación. Ni la salvación ni la vida eterna ocurren sin ocurrir primero la destrucción de la naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia, por medio de persistente y paciente espera en Dios en humilde silencio, escuchando, velando, y obedeciéndole, y esa obediencia es evidencia de la creencia. Pero si esperamos lo que no vemos, con perseverancia lo aguardamos. Rom 8:25. La vida y la salvación vienen a aquellos que prestan atención y obedecen los mandatos de Dios y le esperan persistente y pacientemente, Heb 5:9, 9:28] | Juan 8:12 Mostrar el Capítulo y las notas   12 Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: --Yo soy la luz del mundo [de cada hombre]. El que me sigue nunca andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.2 [La Luz (Cristo) es dada a cada hombre que viene al mundo, Juan 1:9, para que por medio de la Luz, todos los hombres puedan creer, Juan 1:7; y al permanecer en la Luz y obedecer la Luz, recibir la salvación para llegar a ser un hijo de la luz, un hijo de Dios. Seguir a Jesús es obedecer lo que Él le muestra y le dice anónimamente a usted por medio de la revelación. Si usted no guarda ni obedece las palabras que le oye a Cristo hablarle a usted, esas palabras serán su juez cuando usted muera. Juan 12:47-48. De la Palabra del Señor en el interior: "La obediencia lleva a la restauración de la vida."] |