Juan 5:24-25 Mostrar el Capítulo y las notas   24 De cierto, de cierto os digo que el que oye mi palabra y cree [depende, confía, obedece] al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a condenación, sino que ha pasado [verbo pasado] de muerte a vida.3 [Hay una voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas descrita en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Esto es radicalmente diferente que la voz apacible y delicada que oímos desde el interior de nuestros corazones proveniente del Espíritu Santo. La Palabra del Señor en el interior y el Espíritu Santo nos hablan con palabras de Jesús, por lo tanto, estamos escuchando de el Hijo de Dios. Pero a menos que podamos realmente escuchar la Voz del Señor, no vamos a saber con certeza que es el Señor quien nos habla. De la Palabra del Señor en el interior: "Siempre tendrás dudas hasta que oigas su voz. Mi voz es como un trueno sobre las aguas. Oirás su voz cuando Él te llama". Usted oirá la voz del Señor por primera vez después que nos hayamos sometido al bautismo de fuego y muerte para luego ser llamados a venir fuera y resucitados como una nueva criatura, y entonces conocerá su voz; cuando oyes su voz por primera vez, has pasado de la muerte a la vida; y una vez que hayas oído su voz como un trueno sobre las aguas, siempre sabrá si el Señor ue le habla o no. Esta es la vida que Adán perdió en su caída en el jardín, cuando su acceso al árbol de la vida le fue cortado; los hombres llegaron a estar muertos para la vida de Dios. Y cuando usted pasa de la muerte a la vida, usted entra en el paraíso para una vez más comer del árbol de la vida, siendo trasladado al reino de los cielos mientras está en la tierra para vivir en unión con Cristo y el Padre. Todo esto se debe experimentar, no asumir con altas nociones.] 25 De cierto, de cierto os digo, viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oyen vivirán. [No hay una sola resurrección de los muertos para todos los hombres de todas las edades que el cristianismo enseña, porque como Pablo escribió: "y cuando estábamos (el tiempo pasado) muertos en nuestros pecados, nos dio (el tiempo pasado) vida en unión y comunión con Cristo. ¡Por gracia sois salvos! Y nos resucitó (el tiempo pasado) juntamente [con Cristo], y nos hizo (el tiempo pasado) sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús". Efe 2:5-6. Pablo y algunos de los efesios ya habían resucitado de estar muertos en sus pecados. Por causa de Adán, todos estamos muertos en nuestros pecados, muertos a la vida de Dios, Gen 2:17,3:24, estando cortado nuestro acceso al árbol de la vida. Para pasar de la muerte a la vida, primero debemos escuchar al Espíritu Santo y la Palabra del Señor en el interior para oír y obedecer sus muchas enseñanzas y órdenes. Luego, con larga persistencia y paciencia en hacer obras de arrepentimiento obediente, experimentamos el bautismo de fuego y muerte, para luego oír la Voz del Señor como un trueno sobre las aguas mientras pasamos de la muerte a la vida y hacia el reino. Pierdes tu vida al final de tu crucifixión, con muchos muchos actos de arrepentimiento ordenado, varias pruebas con sufrimiento, y luego el bautismo de fuego, cual es el bautismo de muerte. De la Palabra del Señor en el interior: "Hay una muerte. Uno realmente muere para entrar al campamento. Usted es resucitado a una nueva vida, no sólo una imitación; Él es uno con nosotros y está siempre presente. Estos no son caminos de gloria en los que se viaja ligeramente". Para obtener detalles sobre este bautismo de fuego y muerte, consulte la nota al pie de página de Mateo 3:11-12 en este sitio.] |
3 El que oye mi palabra y cree [depende, confía, obedece] al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a condenación, sino que ha pasado [verbo pasado] de muerte a vida. Pasar de la muerte a la vida es ser restaurado a la vida de Dios que Adán perdió por su desobediencia en el jardín. Haber pasado de la muerte a la vida es testificar que las escrituras han sido cumplidas en usted, al ser liberado de todo pecado, (aún del deseo de pecar), y estar comiendo del árbol de la vida en el paraíso como el cuáquero William Dewsbury testificó haber experimentado.
Note cómo este versículo puede ser extremadamente mal interpretado para darle el significado que si usted ha oído a alguien leer la Biblia y usted cree en quien envió a Jesús, el Padre, entonces usted tiene la vida eterna; mal interpretado para darle el significado que aún creer en Jesús es innecesario — sólo crea que Dios envió a Jesús — sólo crea en Dios. Pero por supuesto eso no es para nada lo que el versículo quiere decir: mi palabra no es la Biblia; mi palabra es la palabra que fe que está en su corazón y su boca para que la puedas oír y obedecer; y Jesús mismo es esa palabra de Dios, o Palabra de Cristo en su corazón para ser obedecida, y esas palabras que Jesús habla dentro de su corazón todas se originan del Espíritu de Dios. El que es de Dios escucha las palabras de Dios...Juan 8:47. Mis ovejas oyen mi voz. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz. Juan 10:27,18:37. Todos tus santos están en tus manos. Ellos se sentarse a tus pies y cada uno recibe tus palabras. Deut 33:3. La palabra que se debe escuchar acompañada de estar en posesión de la vida eterna no es la palabra de fe en su corazón y boca; es la voz real del Señor, como William Dewsbury, quien entró en el reino, escribió de un nivel completamente diferente de oír que ocurrió después que él había sido crucificado en la cruz interna de la negación propia:
Estoy aquí como un testigo del Dios del cielo,
yo nunca oí la voz de Cristo
hasta morí y fui bautizado, y fui como un niño pequeño bajo sus amonestaciones celestiales;
tan pronto como mi alma fue llevada a esto, en mi humillación,
¡Oh! entonces, el temible juicio fue quitado, y el libro de la vida fue abierto ante mí,
y el Señor me habló tranquilamente: 'con amor eterno te he amado;"
y me hice cristiano por medio del día de venganza, y de un ardor como en un horno;
ay la arrogancia y el orgullo de hombre en mí fue derribado.
(Dewsbury había recién experimentado el bautismo de fuego y muerte para pasar de la muerte a la vida y oír la Voz del Señor por primera vez.
Con respecto a este bautismo de muerte, de la Palabra del Señor en el interior: "Hay una muerte. Uno realmente muere para entrar al campamento. Usted es resucitado a una nueva vida, no sólo una imitación; Él es uno con nosotros y está siempre presente. Estos no son caminos de gloria en los que se viaja ligeramente". Para obtener detalles sobre este bautismo de fuego y muerte, consulte la nota al pie de página de Mateo 3:11-12 en este sitio.)
Hay una voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas descrita en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Esto es radicalmente diferente que la voz apacible y delicada que oímos desde el interior de nuestros corazones proveniente del Espíritu Santo. La Palabra del Señor en el interior y el Espíritu Santo nos hablan con palabras de Jesús, por lo tanto, estamos escuchando de el Hijo de Dios. Pero a menos que podamos realmente escuchar la Voz del Señor, no vamos a saber con certeza que es el Señor quien nos habla. De la Palabra del Señor en el interior: "Siempre tendrás dudas hasta que oigas su voz. Mi voz es como un trueno sobre las aguas. Oirás su voz cuando Él te llama". Nosotros escucharemos la voz del Señor como trueno sobre las aguas por primera vez después que nos hayamos sometido al bautismo de fuego y muerte para ser llamados a venir fuera y resucitados como una nueva criatura. Entonces, como Juan 10:3-5 declara: conoceremos su voz, él nos guiará fuera del mundo hacia el reino, y huiremos de otras voces. Cuando oyes su voz por primera vez, has pasado de la muerte a la vida; y una vez que hayas oído su voz como un trueno sobre las aguas, siempre sabrá si el Señor ue le habla o no.
Primero debemos escuchar al Espíritu Santo y la Palabra del Señor en el interior para oír y obedecer sus muchas enseñanzas y órdenes. Luego, con larga persistencia y paciencia en hacer obras de arrepentimiento obediente, experimentamos el bautismo de fuego y muerte, para luego oír la Voz del Señor mientras pasamos de la muerte a la vida. Hasta entonces, tenemos que estar vigilantes para no ser engañados por el enemigo, quien pretende ser el Señor que nos habla. Basado en el consejo de Eduardo Burrough, (haga clic para leer), un gigante entre los primeros cuáqueros, a menos que podamos distinguir entre la Voz del Señor y de la voz del enemigo, no debemos hacer nada para el Señor, sino arrepentirnos.* Cuando podemos escuchar la Voz del Señor, caminamos en la luz; y William Penn escribió: "A pesar de que es el deber de todos caminar en la luz, y esperarla, para que por ella ellos puedan ser instruidos en el camino de la vida y la salvación; sin embargo, es sólo aquellos que de verdad son dirigidos por ella,** los que pueden discernir correctamente entre los espíritus falsos y el verdadero".
* Cualquier mandato del Señor que requiera tu arrepentimiento debe ser primero puro; luego es pacífica, justa, amable, fácilmente aceptada, llena de misericordia y buenos frutos, inmediatamente entendida y sincera. Santiago 3:17
** A modo de repaso: para ser guiado o dirigido por la luz, la luz primero debe surgir en su corazón como una estrella magnífica, de modo que se le muestre todo lo que debe hacer y se le diga todo lo que debe decir; el inequívoco surgimiento de la luz viene de la fe en la voz.
Usted podría escuchar al Señor decirle que siga adelante con su consideración de comprar algo o hacer algo que usted considere necesario; y siempre y cuando no haya nada que usted sepa que está equivocado, o que no sea nada que Él le haya dicho en el pasado que no haga, usted puede seguir las sugerencias de Él antes de poder distinguir su voz. Si usted no necesita lo que está considerando comprar, Él podría simplemente decirle: "no lo necesitas". Si no es necesario hacer algo que usted está considerando, puede que él le diga: "no es necesario". Si es necesario, él podría alentarlo a seguir adelante.
Cuando podemos oír la Voz del Señor que es como un trueno sobre las aguas, podemos verdaderamente experimentar el cumplimiento de las escrituras:
Después del juicio final "las ovejas oyen su voz. A sus ovejas las llama por nombre y las conduce afuera". Juan 10:3
Él las saca fuera de su esclavitud al pecado, Juan 8:31-32, fuera del mundo hacia el reino, a caminar en la luz, Juan 8:12.
Ser sacado es ser llevado fuera del mundo hacia el reino, siguiendo los mandatos del Señor para cada una de sus palabras y cada acción.
"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen [obedecen]." Juan 10:27
Estos son creyentes muy avanzados a quienes Jesús ha resucitado y llevado al cielo
y dentro de quienes Él mora a medida que ellos todavía caminan en la tierra también.
Él guía con su voz todas las palabras que ellos dicen
y todas las obras que ellos hacen, dándole honor y gloria a Dios.Una vez en el reino, usted conoce su voz y es capaz de rechazar los intentos del maligno de suplantar su voz.
Sus ovejas han sido trasladadas hacia el reino y han nacido otra vez, y por lo tanto sus ovejas no pecan y son protegidas del mal.
"Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios no sigue pecando;
más bien, Dios protege a aquel a quien ha engendrado, y el maligno no le toca". 1 Juan 5:18Jesús y sus ovejas se conocen tan profundamente como el Padre y Jesús se conocen.
Jesús y el Padre se conocen profundamente porque Jesús es uno con el Padre.
Para que sus ovejas lo conozcan así como el Padre y Él se conocen, sus ovejas están en Él y Él está en sus ovejas.
las ovejas están en unión con Cristo y ser uno con Él y con el Padre también, como Juan 17:20-23,14:20 describen.
Esto ocurre después del bautismo de fuego y muerte, justo antes de entrar al reino; vea El Reino, el Regreso de Cristo y la Finalización de la Salvación en Cómo Beneficiarse del Poder de Dios que Produce Cambio para obtener más información sobre cómo entrar al reino.
Durante los primeros años de búsqueda del Señor de Jorge Fox, él recibió una enseñanza del Señor acerca de los creyentes verdaderos, que hace referencia este mismo versículo:
Se dijo que "todos los cristianos son creyentes, tanto los protestantes como los papistas;" el Señor me reveló que si todos son creyentes, entonces todos ellos nacieron de Dios, y han pasado de la muerte a la vida; y que ninguno fue un creyente verdadero a menos que esto sucediera; y aunque otros decían que eran creyentes, no lo eran.
El nacer otra vez no ser presumido; es experimentar el morir en la cruz, siendo sepultado con Cristo, y después ser levantado con Cristo hacia los cielos. Nuevamente, citando a Jorge Fox:
Usted debe tener comunión con Cristo en sus sufrimientos; 1 Ped 4:12-13
si usted quiere reinar con él, debe sufrir con él; 2 Tim 2:12
si usted quiere vivir con él, debe morir con él; 2 Tim 2:11
y si usted muere con él, debe ser sepultado con él, Rom 6:4
y al ser sepultado con él en el verdadero bautismo, usted también resucitará con él. Col 2:12Debe haber "una venida a su muerte, un sufrimiento con Cristo;" y esta es una necesidad para la salvación;
y no temporalmente, sino continuamente: debe haber una "muerte diaria."
En 1 Juan 5, Juan cuidadosamente define cuáles son las experiencias que califican a un creyente que ha nacido de Dios, las cuales están resumidas aquí:
Aquellos que dicen que son cristianos nacidos otra vez todavía están viviendo en los deseos carnales y placeres del mundo, y por lo tanto todavía son esclavos del pecado, están difamando la verdad y crean confusión.
De la Palabra del Señor en el interior:
Pasar de la muerte a la vida [la vida de Dios] no es algo que se debe presumir, sino que se debe experimentar mientras estemos en la tierra. De la Palabra del Señor en el interior: "La nueva vida es tan radicalmente diferente como un hombre que vive en un subterráneo su vida completa, y repentinamente sale a la superficie para ver el sol, el cielo, las plantas, los animales, el viento, las estrellas." Pasar de la muerte (que Adán le trajo a todos los hombres, cuando cayó ante Satanás), a la vida, es ser restaurado a la vida de Dios y entrar en el paraíso del cual Adán fue expulsado.
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