Lucas 12:12 Mostrar el Capítulo y las notas   12 Porque el Espíritu Santo os enseñará en esos momentos lo que se debe decir."2 |
2 no estéis preocupados de cómo o qué responderéis, o qué habréis de decir. Porque el Espíritu Santo os enseñará en esos momentos lo que se debe decir. ¡Note! Usted no puede sólo abrir su boca y comenzar a hablar improvisadamente, suponiendo que el Espíritu Santo está hablando por medio de usted; se supone que primero usted debe oír de parte del Espíritu Santo qué debe decir. Mucha gente lee esto y asumen que si no planean un discurso, el Espíritu Santo controlará sus bocas — ¡no es cierto! Jesús dijo: no estéis preocupados; esto sólo es posible después que el Espíritu Santo ha destruido su mente carnal, que es enemistad contra Dios, y su mente ha sido renovada en la mente de Cristo. Todas las palabras que se hablan primero deben ser oídas; y sólo palabras que son oídas en el momento deben ser habladas. Piense acerca de esto: si no son todas las palabras, ¿es una palabra de Él y después cien provenientes de su mente carnal; o son diez palabras de Él y después diez de su mente carnal? De la Palabra del Señor en el interior: "todas las palabras y solamente las palabras de Él deben ser habladas;" y sólo en ese momento. Dese cuenta que usted será tentado por el enemigo muchas veces para predicar antes que usted pueda oír tan bien como para hablar sólo las palabras que oye en ese momento porque hay muchas voces; tengan cuidado con los falsos profetas; y tengan cuidado de que ustedes lleguen a ser falsos profetas, que hablen con su mente carnal acerca de Jesús o Dios.
También están aquellos que piensan que si sienten un zumbido o alguna sensación en su cabeza, esta es la unción del Espíritu Santo, el cual entonces controla su boca; ninguna de esas cosas es cierta porque para hablar palabras del Espíritu Santo, usted primero debe oír lo que el Espíritu Santo le instruya que diga. La unción es la presencia de su maestro, a quien usted oye enseñarle en esos momentos lo que debe decir; no es un zumbido o una sensación en la cabeza.
En el DIARIO DE LA VIDA DE ESA SIERVO FIEL Y MINISTRO DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO, WILLIAM CATON, Will Caton escribe acerca de haber recibido las palabras para hablar justo antes de hablar:
Me revisto de valor en el nombre del Señor; y teniendo fe en él, que estuvo en su poder, después me entregué a su voluntad, y anduve en obediencia a su movimiento. Cuando llegué al lugar, he aquí las consultas que tuve antes se habían ido, y el temor del hombre se apartó de mí; y fortaleza, y valor, y audacia, y declaración me fueron dadas, de modo que llegué a ser, por medio de aquel que me fortaleció, un hombre potente en vez de como un muchacho, aún ante las congregaciones.
Estuve muy fatigado al ir a las iglesias, puesto que raramente pasó un primer día de la semana, que yo estuve en una o en otra; y también a menudo estuve en mercados, donde fui movido a declarar la verdad eterna de Dios, de la cual por medio de su infinita misericordia yo llegué a ser su testigo. Aunque cuando yo fui a tales lugares como mencioné previamente, raramente supe lo que iba a decir hasta que llegué allí; sin embargo he aquí que cuando iba a hablar, nunca me faltaron palabras o declaraciones para afirmar lo que el Señor me había dado para publicarlas. Al contrario, a menudo tuve muchas palabras de Él para mi gran admiración.
Las palabras que usted dice deben ser oídas del Espíritu en el mismo momento antes de hablar, no palabras que usted oyó un mes atrás, o una semana atrás, o una hora atrás.
De la Palabra del Señor en el interior:
Es una cosa ser llevado a una conversación acerca de Dios o Jesús con un amigo o asociado (lo cual se debe evitar); pero es un error muy serio el hablarle a otros deliberadamente acerca de Dios o de Jesús, lo cual es peligroso para su vida.
Cuando esté en la presencia de otros y usted oiga un mensaje de la Palabra del Señor en el interior, el mensaje es sólo para usted a menos que Él le diga específicamente lo que le debe decir a otros. Aún si el mensaje se relaciona a alguien en su presencia, a menos que Él le diga que lo diga, es sólo para la edificación de usted, no la de ellos; y si a usted se le dice que hable, diga sólo las palabras que Él le de; no añada sus propias palabras después. Aun si de le dice que repita las palabras que oye, a menos que usted sea capaz de distinguir la Voz de Cristo en contraste con la voz del enemigo, no hable. Como Eduardo Burrough escribió:
"Les encargamos a todos en la presencia del temible Dios de la vida y el poder, que todos esperen en silencio, y esperen a tener la sal y el sabor en ustedes mismos, para conocer la voz de Cristo comparada con la voz del extraño porque hasta que ustedes mismos conozcan la diferencia, no son capaces de juzgar. Por lo tanto todos ustedes esperen en la luz, que es el ojo, que ve en los misterios del reino; y ninguno pronuncie una palabra, sino aquellas que sean divinamente ordenadas,* o bien que en la conciencia de todos de testimonio en su contra. No se apresuren, cuando vean cosas que se abren en sus mentes; moren en ellas, y no corran a hablar con ellos, sino atesórenlas en sus corazones, y pongan atención, y manténganse humildes en el temor del Señor Dios, para que el orgullo y la presunción no surjan, ni nada sea exaltado más de lo que es puro."
* Para ser divinamente ordenado usted debe poder distinguir la voz divina en contraste con la voz del diablo.
Si se supone que usted no debe ni siquiera enseñar lo que ha oído hasta que pueda distinguir la voz de Cristo en contraste con la vez del extraño, entonces usted debería definitivamente rehusar cualquier orden que oiga para hacer cualquier cosa por el Señor, (aparte de arrepentirse), hasta que usted esté seguro de cuál señor le está ordenando.
Siga este consejo y usted progresará. Ignórelo, y usted no progresará; pero usted podría pensar que está progresando porque el diablo hará que usted haga más y más cosas por el Señor, todas las cuales usted quería hacer desde un comienzo, pero cada cosa que usted hace lo atrasa más profundamente. Si usted se arrepiente y comienza a seguir este consejo, aun así tendrá un retraso en su progreso, el cual será proporcional al daño espiritual que usted ha causado a otros con sus palabras y acciones falsas.
Y si usted recibe un mensaje como: "háblales acerca del evangelio," que no es de Él; esa clase de mensaje lo anima a hablar de su mente carnal con sus propias palabras, lo cual es la naturaleza de la muerte. Generalmente somos convencidos por el enemigo de que estamos sirviendo al Señor en cualquier cosa que somos tentados a hacer antes que hayamos sido cambiados suficientemente para servirle a Él apropiadamente. Piense acerca de los millones de ministros y maestros en Babilonia que están enseñando errores flagrantes mientras están escuchando mensajes, los cuales ellos piensan que son del Señor, pero que están guiándolos a ellos y a sus oyentes por el camino de la destrucción. Suponga que usted piensa que se le ha dado un don de sanidad, un don de milagros, la autoridad para enseñar, etc., pero usted no es capaz de hablar las palabras del Espíritu que usted oye inmediatamente antes de hablar. Ahora usted realiza sus obras para el Señor, pero las únicas palabras que usted tiene son de su mente carnal; sus obras no pueden servir al Señor porque sus palabras son de la naturaleza de la muerte y no pueden alcanzar apropiadamente los corazones de sus oyentes. A menos que su mente carnal haya sido suficientemente destruida para que usted sólo tenga palabras del Espíritu, (sólo palabras del Espíritu), que usted oiga inmediatamente antes de hablar, usted no es apto para servir al Señor haciendo cualquier cosa que requiera palabras de explicación o darle crédito a Él; esta es una siempre prueba que usted puede usar para defenderse a sí mismo de ser tentado antes de que esté apropiadamente equipado para servir. Recuerde las enseñanzas de la Palabra del Señor en el interior: "Cuando tú hablas palabras de ti mismo, no importa lo que digas; las dices con el espíritu equivocado." Por lo tanto suponga que a usted se le dice que vaya a alguien y que le advierta acerca de lo que esa persona está haciendo; a menos que cuando usted llegue esté suficientemente en el Espíritu, (como Jorge Fox escribió acerca de hablar en una enseñanza anterior: "asegúrese que la luz esté encendida"), para oír las palabras exactas y las únicas palabras que debe hablar, incluso repitiendo palabras de Él que usted ha oído en el pasado, sus palabras serán habladas con el espíritu equivocado; no lo haga. Para más información sobre este tema vea las normas para evitar el engaño en Cómo beneficiarse del poder de Dios que produce cambio al esperar al Señor.
Jesús nos ha dado varias advertencias acerca de hablar palabras que no son oídas primero en ese momento de parte del Espíritu:
Si Jesús, tan grande como Él es y era, sólo hablaba las palabras que oía del Padre; entonces cuanto más deberíamos nosotros ser cuidadosos de no hablar nada acerca de Dios o Jesús a menos que oigamos las palabras exactas que debemos decir en ese momento. Si usted no es enviado específicamente, y si usted está decidiendo qué decir, entonces usted está hablando de sí mismo y buscando su propia gloria. Para buscar la gloria de Dios y no la suya, usted debe primero ser enviado y después sólo hablar palabras oídas del Espíritu inmediatamente antes de hablar. El discípulo no es superior a su maestro, mas todo el que fuere perfeccionado [purificado, restaurado a la imagen espiritual de Dios, específicamente autorizado, y perfeccionado] será como su maestro, Lucas 6:39-42; el Maestro ve todo para hacer y oye todo para decir antes de hablar. Si usted está hablando y/o trabajando para Dios sin que Él le ordene específicamente cada palabra y acción, entonces usted está fundamentalmente afirmando que sus propias palabras y acciones son superiores a lo que las palabras de Jesús hubieran sido si él hubiera hecho sus decisiones acerca de qué decir y hacer. Cualquiera sin perfección, no habiendo sido enviado, y hablando sin que Dios proporcione sus palabras para hablar, es un guiar ciego que busca su propia gloria, tu admiración y/o tu dinero.
Pablo y Pedro también nos dicen cómo debemos hablar:
Aquellos que eligen hablar con sus mentes carnales se están considerando a sí mismos como más grandes que el Maestro. Vea Sólo aquellos que hacen la voluntad del Padre entran en el reino de los cielos para más información acerca de la necesidad de destruir la mente carnal.
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