7 Yo os mostraré a qué es semejante todo aquel que viene a mí y oye mis palabras habladas, y las hace [las practica y las obedece]. El hombre que viene a Él, escucha las palabras que él habla, y entonces obedece lo que él oye, edifica el templo de Dios, (Cristo), en su corazón; y cuando Cristo está complemetamente formado a través de la persistencia hasta el fin, el día del Señor viene mientras él todavía está vivo en la tierra, (lo cual es una ocasión gozosa para la obediencia), y sus obras de obediencia sobreviven el fuego por el cual todos los hombres deben pasar, y estas obras entonces son para siempre acreditadas a él, y son para su reputación y recompensa.
Pero aquellos que oyen sus palabras y no obedecen, para ellos el día del Señor en el momento de su muerte (la cual viene a todos los hombres), es una experiencia horrible y aterradora; todas las obras de su vida son quemadas en el fuego por el que todos los hombres deben pasar. Las palabras que ellos oyeron, que les rogaba que se apartaran del mal, pero que ellos no obedecieron, los juzgarán en los últimos días, Juan 12:48. Debido a su desobediencia, su vida terrenal fue gastada sin beneficio para ellos, y sus muchos actos vergonzosos son su remordimiento eterno. De la Palabra del Señor en el interior: "Soy el terror para la mayoría de la gente. Todos serán conocidos por lo que ellos han hecho y dicho."
Jesús dice que a menos que practiquemos sus enseñanzas, no debemos llamarle Señor. ¡No podría haberlo hecho más claro! Él dijo: vengan a mí, oigan mis palabras (oiganlo hablar de la palabra dentro de su corazón), y llévelas a cabo (practíquenlas en obediencia). De este fundamento seguro él edifica la fe y la esperanza verdaderas que lo purifica. Usted debe ir hacia él. Usted debe esperarlo — escuchar silenciosamente, con la humildad de un pecador en necesidad de su poder que produce cambio — la gracia. Busque, escuche, obedezca...busque, escuche, obedezca....busque, escuche, obedezca. Usted debe permanecer en él. Aquel que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; (amor, paz, gozo, paciencia, benignidad,...Gál 5:22-23) El que no permanece en mí, será echado fuera como mal pámpano ... en el fuego. Juan 15:6
Ciertamente él ama a los pueblos; Todos sus santos están en sus manos. Ellos se postran a tus pies y reciben tus palabras. Deut 33:3
Jesús dijo: "Pero una sola cosa es necesaria.
Pues María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada." —
sentarse a los pies de Jesús y oír su palabra. Lucas 10:39-42.
Sus palabras habladas que usted oye y guarda, (practica, obedece, sostiene como verdaderas), son espíritu e imparten la vida de Dios en usted. Las obras de la carne no aprovechan para nada; leer la Biblia es una obra de la carne. Sólo las palabras que usted oye, pronunciadas por el Espíritu Santo, darán vida. Usted puede oír y crecer espiritualmente al oír la Palabra de Vida hablada por el Espíritu Santo en su corazón, si usted espera en humilde silencio, a medida que usted escucha, vela, oye, cree que es verdad, y entonces obedece lo que se le dice que haga. Son las palabras que usted oye de Dios y obedece las que en realidad crean la nueva vida espiritual en usted, y esta vida es Cristo, la vida. Esas palabras oídas son implantadas para echar raíces en su corazón para cambiarlo de manera que llegue a ser más como él, formando a Cristo dentro de usted; hasta que Cristo esté formado completamente y resucitado en usted para ser su verdadero Señor, gobernando sus pensamientos, sus palabras, y sus acciones.
El Señor dijo: ¿Por qué me llamáis: "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? Lucas 6:46. La fe sin obras de obediencia amante a los mandamientos del Señor, es una cristandad falsa. La fe que no purifica es la fe de los hipócritas. La salvación que se se prentende tener mientras uno todavía está pecando, es el pacto de muerte del diablo, una mentira: Vuestro pacto con la muerte será anulado, y vuestro convenio con el Seol no prevalecerá. Isa 28:18. Porque Dios no nos ha llamado a la impureza, sino a la santificación. 1 Tes 4:7. Sin santidad nadie verá a Dios. Heb 12:14. Por vuestra perseverancia firme posees vuestra alma. Lucas 21:19. ¿Cuál perseverancia firme? Perseverancia firme en la cruz, perseverancia firme en la tribulación, perseverancia firme en la obediencia, perseverancia firme al buscar, perseverancia firme en la negación propia.
Hay una página muy instructiva dedicada a la expansión de este mandamiento del Señor; vea Ir, Oír, Escuchar para más detalles.
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