Mateo 5:4 Mostrar el Capítulo y las notas   4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. [Bienaventurados son aquellos que lloran porque son esclavos del pecado, porque ellos no tienen control de sus emociones. Bienaventurados son aquellos que lloran porque han esperado y oído al Espíritu Santo, que les muestra que ellos son esclavos del pecado, amarrados al egoísmo, cautivos de sus deseos, y esclavos de sus emociones, porque ellos serán consolados; porque el mismo Espíritu Santo de gracia tanto le muestra al hombre sus pecados como también los quita después, purificando un pueblo peculiar con celo de buenas obras. Y: Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Lucas 6:21. Pero: ¡Ay de vosotros, los que ahora os reís! Porque lamentaréis y lloraréis. Lucas 6:25. Usted debe odiar su vida mundanal para poder ser motivado a perder su vida mundanal y así encontrar la vida superior de Dios.] | Juan 8:34 Mostrar el Capítulo y las notas   34 Jesús les respondió: --De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado.5 [Si usted todavía está pecando, el pecado es su maestro, y el Señor no puede ser su Señor ni Maestro porque como dijo el Señor, no se puede servir a dos maestros. De la Palabra del Señor en el interior: "Si todavía estás pecando, tú perteneces al pecado y no a mí. Aquellos que son de Cristo han acabado con el pecado. Recuerda, cada persona que peca lo niega a Él como Señor y Maestro." Su desafío es ser liberado del pecado por Él, para así ser más bien esclavo de la justicia, sólo hablando las palabras que usted le oye a Él decirle a usted inmediatamente antes de hablar y sólo hacer lo que Él le ordena que usted haga. No se engañe a sí mismo pensando que no está pecando; porque hasta que usted sea guiado por la luz del Señor en cada palabra que debe hablar y cada acción que debe hacer, usted está caminando en los caminos del mundo, de acuerdo al príncipe de la potestad del aire, (Satanás), en los deseos de la carne, satisfaciendo los deseos de su carne y los pensamientos de su mente; y eso es caminar en oscuridad, lo cual es pecado. A menos que su imaginación y su mente carnal hayan sido destruidas por el Señor y reemplazadas con la mente de Cristo, usted todavía está pecando.] |