Proverbios 3 Capítulo Anterior | Próximo Capítulo 1 Hijo mío, no te olvides de mi instrucción, y guarde tu corazón mis mandamientos;1 2 porque abundancia de días y años de vida y bienestar te aumentarán. 3 No se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello. Escríbelas en las tablas de tu corazón,2 4 y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. 5 Confía en Jehovah con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas. 7 No seas sabio en tu propia opinión: Teme a Jehovah y apártate del mal, [El principio del temor de Dios es apartarse del mal.] 8 porque será medicina para tu carne y refrigerio para tus huesos. 9 Honra a Jehovah de tus riquezas y con las primicias de todos tus frutos. [Este versículo y el siguiente se refieren al diezmo, el cual era parte de la Ley Mosaica, la cual requería diezmar el aumento de la semilla que habían sembrado. Vea la nota 3 a continuación para más detalle. Tome nota, si la cosecha no producía más que la semilla original que habían sembrado, entonces no había aumento en ese cultivo. La Ley Mosaica y el sacerdocio de Aarón fueron eliminados por el sacrificio eterno de Cristo — por lo tanto el diezmo fue eliminado.] 10 Así tus graneros estarán llenos con abundancia, y tus lagares rebosarán de vino nuevo.3 11 No deseches, hijo mío, la disciplina de Jehovah, ni te resientas por su reprensión; 12 porque Jehovah disciplina al que ama, como el padre al hijo a quien quiere. 13 Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el que obtiene entendimiento; 14 porque su provecho es mayor que el de la plata, y su resultado es mejor que el oro fino. 15 Es más valiosa que las perlas; nada de lo que desees podrá compararse con ella. 16 Abundancia de días hay en su mano derecha; y en su izquierda, riquezas y honra. 17 Sus caminos son caminos agradables, y en todas sus sendas hay paz. 18 Es árbol de vida a los que de ella echan mano; bienaventurados los que la retienen. 19 Jehovah fundó la tierra con sabiduría; afirmó los cielos con entendimiento. 20 Con su conocimiento fueron divididos los océanos, y los cielos destilan rocío. 21 Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la iniciativa y la prudencia, 22 y serán vida para tu alma y gracia para tu cuello. 23 Entonces andarás confiadamente por tu camino, y tu pie no tropezará. 24 Cuando te acuestes, no tendrás temor; más bien, te acostarás, y tu sueño será dulce. 25 No tendrás temor del espanto repentino, ni de la ruina de los impíos, cuando llegue, 26 porque Jehovah será tu confianza y él guardará tu pie de caer en la trampa. 27 No niegues un bien a quien es debido, teniendo poder para hacerlo. 28 No digas a tu prójimo: "Anda y vuelve; mañana te lo daré", cuando tienes contigo qué darle. 29 No trames mal contra tu prójimo, estando él confiado en ti. 30 No pleitees con alguno sin razón, si es que no te ha hecho agravio. 31 No envidies al hombre violento, ni escojas ninguno de sus caminos; 32 porque Jehovah abomina al perverso, pero su íntima comunión es con los rectos. 33 La maldición de Jehovah está en la casa del impío, pero él bendice la morada de los justos. 34 Ciertamente él se burlará de los que se burlan, pero a los humildes concederá gracia. 35 Los sabios poseerán honra,4 pero los necios cargarán con la afrenta. Capítulo Anterior | Próximo Capítulo |
1 A menos que usted pueda oír y seguir los mandamientos de la Palabra del Señor desde el interior de su corazón, la ley moral externa es su tutor. Obedezca la ley moral tanto como le sea posible: no robe, no codicie [desee], no cometa adulterio, no mate, no mienta, ame a su prójimo como a sí mismo, ame a Dios con todo su corazón y toda su fuerza, honre a su padre y a su madre — y haga por otros lo que usted quisiera que ellos hicieran por usted. Y cuando usted vea sus defectos al no poder obedecer estas leyes, deje que lo motiven a buscar la gracia poderosa del Señor para quitar aún el deseo de pecar de su corazón. Para más información acerca de este tema, vea La obediencia a la ley todavía es necesaria.
2 No se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello. Escríbelas en las tablas de tu corazón. ¿Por qué es tan importante? Porque por medio de la misericordia y la verdad, la iniquidad es quitada del corazón. Prov 16:6.
3 Honra a Jehovah de tus riquezas y con las primicias de todos tus frutos. Así tus graneros estarán llenos con abundancia, y tus lagares rebosarán de vino nuevo. Este versículo y el siguiente a continuación se refieren al diezmo, el cual era parte de la Ley Mosaica que requiere diezmar el aumento de la semilla que había sido sembrada. Jorge Fox escribió de manera extensa acerca de la obsolescencia del diezmo. El siguiente párrafo es un pequeño extracto de su documento EL COMIENZO DE LOS DIEZMOS EN LA LEY, Y EL FINAL DE LOS DIEZMOS EN EL EVANGELIO.
*Todas las tribus judías excepto los Levitas recibieron tierra en Israel como su herencia después de haber conquistado la tierra; la herencia de los Levitas era el sacerdocio del Señor.
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Y el apóstol dijo: ‘ Maldito todo aquel que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la Ley para cumplirlas.’ Gál 3:10, Deut 27:26. ‘por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque el justo vivirá por la fe; porque tantos como son de las obras de la ley, están bajo maldición.’ Gál 3:11.
Y Cristo nos ha redimido de estar bajo la maldición de la ley, para que no estén bajo la maldición los que no pagan diezmos ahora. Y el apóstol dijo que ‘ningún hombre es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Cristo Jesús, así como creímos en Cristo Jesús, para que podamos ser justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley:’ y el apóstol dijo: ‘por las obras de la ley ninguna carne será justificada ante Dios:’ por lo tanto ustedes no son justificados por la ley de los diezmos y las ofrendas, ni la circuncisión externa ante Dios. Gál 2:16.
La práctica de diezmar se terminó cuando el sacerdocio de Cristo reemplazó el sacerdocio levítico; busque referencias al diezmo en el Nuevo Testamento; la única referencia es la del fariseo con pretensiones de superioridad moral, y su fin en Hebreos 7. Estas son algunas de las falacias del diezmo:
4 ¿Qué gloria? El reino de los cielos es la gloria que usted puede alcanzar mientras está vivo en la tierra, y después para siempre como un hijo leal y verdadero de Dios. Cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados con él en gloria. Col 3:4.
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