Apocalipsis 3 Capítulo Anterior | Próximo Capítulo 1 "Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas dice estas cosas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto. [Jesús le está diciendo al pueblo en esta iglesia que aunque viven en la tierra, ellos están muertos, todavía están pecando, y por lo tanto están muertos en sus pecados, muertos a la vida de Dios, así como los demonios que creen en Dios y Jesús y están muertos a la vida de Dios. Las personas en esta iglesia no han visto que su salvación ha sido traída a ellos por Jesús.] 2 Despierta y sé vigilante, y refuerza las cosas que quedan y están a punto de morir, porque no he hallado que tus obras son perfectas delante de Dios.1 [Jesús no sólo quiere obras, él quiere obras perfectas, vigorizadas por la fe. En sus mensajes a las siete iglesias, Jesús menciona a cada iglesia que sus obras son clave. Las obras a las cuales Jesús se refiere son obras de amor en fe obediente a los mandamientos que usted oye a medida que espera a Dios. Las obras perfectas son seguir sus órdenes completa y totalmente, lo cual él nos dijo en Jer 7:23: "Escuchad y obedeced mi voz; y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Andad completamente en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien".] 3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído. Guárdalo y arrepiéntete.2 Si no despiertas y velas, vendré como ladrón; nunca sabrás a qué hora vendré a ti. [De la Palabra del Señor en el interior: "Sigue arrepintiéndote del mal que Él te muestre en tu corazón. Continúa conmigo; continúa en obediencia".] 4 "Sin embargo, tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestidos y que andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. 5 De esta manera, el que venza será vestido con vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida,3 y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. 6 "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. 7 "Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: El Santo y Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre, dice estas cosas: 8 Yo conozco tus obras. He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque tienes un poco de poder y has guardado mi palabra y no has negado mi nombre. [¡Note otra vez! Jesús está haciendo referencia a sus obras, que son obras de obediencia amante a los mandatos que usted oye que son pronunciados por Dios en su corazón, que son vigorizados por la fe y son esenciales. Cuando Pablo dijo: "no por obras," él estaba hablando de las obras muertas (de su propia voluntad) de la ley: circuncisión, lavamientos, sacrificios, alimentos especiales, restricciones sabáticas, días, fiestas, diezmos, etc.] 9 He aquí, yo te daré algunos de la sinagoga de Satanás, de los que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten. He aquí, yo haré que lleguen y se postren delante de tus pies, y conocerán que yo te he amado. 10 Porque guardaste la palabra de mi paciencia,4 yo también te guardaré a la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado, para probar a los moradores de la tierra. 11 "Yo vengo pronto. Retén lo que tienes para que nadie tome tu corona. 12 Al que venza, yo le haré columna en el templo de mi Dios, y nunca jamás saldrá fuera. Y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios--la nueva Jerusalén que desciende del cielo, enviada por mi Dios-- y mi nombre nuevo. 13 "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. 14 "Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: El Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de la creación de Dios, dice estas cosas: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 Así, porque eres tibio, y no frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca. 17 Ya que tú dices: 'Soy rico; me he enriquecido y no tengo ninguna necesidad', y no sabes que tú eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo,5 [De la Palabra del Señor en el interior: "Yo trabajo con el ciego; pero si tú piensas que puedes ver, y no estás conmigo en el cielo, yo te haré un hazmerreír."] 18 yo te aconsejo que de mí compres oro refinado y probado por el fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez, y unge tus ojos con colirio para que veas. [El oro refinado y probado en el fuego es la fe que ha sido examinada y probada por el fuego: pruebas, sufrimiento, y tribulaciones, todo parte de la cruz que todo creyente debe soportar para poder entrar en el reino; entonces usted es vestido con pureza, y usted ve por medio de la luz de Dios.] 19 "Yo castigo [reprendo, disciplino] a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete. [Despertad a la justicia, y no pequéis más, porque algunos tienen ignorancia de Dios. Para vergüenza vuestra lo digo. 1 Cor 15:34] 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.6 [La puerta es el corazón de todo hombre; el tocar la puerta es ruego suave y anónimo de él para que usted se aparte del mal. El abrir la puerta es creer que sus ruegos son verdaderos y arrepentirse del mal que él expone, y cambiar su conducta de manera apropiada. El cenar con él es recibir más de su sabiduría que él derrama sobre usted en respuesta a su obediencia cuando usted hace caso a sus reproches. De la Palabra del Señor en el interior: "todo hombre ha oído el llamado al arrepentimiento".] 21 Al que venza, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo también he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. [¡Note! Así como Jesús se ha sentado continuamente con el Padre en su trono, así el vencedor se sentará continuamente y gobernará con Jesús en su trono.] 22 "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias." Capítulo Anterior | Próximo Capítulo |
1 Porque no he hallado que tus obras hayan sido acabadas delante de Dios. Muchas sectas del cristianismo claman: "no por obras, sino por gracia." Pero Jesús está criticando las obras de estos creyentes porque no son perfectas; él no sólo quiere obras, él demanda obra perfectas. Las obras a las cuales Jesús se refiere son obras de amor en fe obediente a los mandamientos que usted oye a medida que usted espera a Dios. Las obras que Dios le ordena para que haga no son obras de la ley como sacrificios de vida, abstenerse de ciertos alimentos, observar los días de reposo, fiestas, lavamientos, etc. Las obras de la ley son obras muertas, decididas en la voluntad de hombres muertos a la vida de Dios; pero las obras de amor por Dios vigorizadas por la fe en lo que usted le oye decirle que haga son esenciales. Las obras perfectas son seguir sus órdenes completa y totalmente, lo cual él nos dijo en Jer 7:23: Escuchad y obedeced mi voz; y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Andad completamente en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien. El ejemplo de obras imperfectas y sus consecuencias es demostrado por Moisés cuando no se le permitió cruzar el Jordán debido a que no obedeció completamente el mandamiento del Señor; el Señor le dijo a Moisés que le hablara a una roca ante sus ojos (los del pueblo de Israel), y ésta produciría agua. En cambio Moisés había expresado enojo ante la gente y después golpeó la roca dos veces. Num 20:8-1.
2 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído. Guárdalo y arrepiéntete. Por lo tanto Jesús les dice a aquellos que habían estado haciendo las obras como se les mandó, pero no completa y totalmente, que recuerden las enseñanzas que han recibido, se aferren a la obediencia completa a esas enseñanzas, y que se arrepientan.
Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído. Escriba los mandatos que usted ha recibido del Señor en un cuaderno para que usted pueda revisarlos periódicamente y asegúrese que los guarde y se arrepienta, lo cual significa continuar firme, fuerte e inamovible en su arrepentimiento.
No regreses a algo de lo cual el Señor te ha dicho que te alejes, no importa cuánto tiempo atrás te lo haya dicho. De la Palabra del Señor en el interior: "Cualquier cosa que tú superes y después vuelvas a ello, es mucho más difícil de superar la segunda vez." Si usted recibe un mandato del Señor para arrepentirse de algo, o si usted tiene una convicción en la Luz de algo que usted ha estado haciendo, no desobedezca ese mandato ni ignore esa convicción. Haberlo superado es haberlo dejado con la ayuda del Señor, la cual viene cuando él le ordena que haga algo o cuando su luz le da una convicción de algo, y usted obedece continuamente hasta que lo haya superado completamente. Entonces usted habrá recibido ayuda sobrenatural, y si usted decide volver a probar cómo se siente regresar al pecado que usted había superado, es más mucho difícil superar ese pecado otra vez.
Esteban Crisp en su carta, LAS TRETAS DE SATANÁS PARA DESTRUIRLO, discute las consecuencias de regresar a un pecado que el Señor le ha dicho que no cometa:
Una treta sutil más del enemigo en este asunto está en mi corazón para mencionarla, que es persuadirles para que hagan sólo una vez lo que la luz les ha manifestado que no hagan, con el propósito de ser más fieles después. ¡Oh! Amigos, en el nombre y el temor del Señor, yo les exhorto y les advierto a todos ustedes que hagan caso de esto, porque probará ser una confianza falsa; ustedes hallarán que esta clase de alejamiento de la guía de la Verdad, es una salida costosa para ustedes; porque si alguna vez ustedes regresan, será muy difícil, y será con angustia amarga del alma. ¡Oh! no tienten al Señor de esta manera, por temor a que resulte ser imposible para su manera voluntaria de pecar, renovarlos o restaurarlos otra vez al arrepentimiento; recibirán su sopa, pero perderán la bendición, aunque la busquen con todas sus lágrimas; porque mientras ustedes salieron, he aquí sus caminos fueron cercados, y la naturaleza de espinas surgió en ustedes, y así a ustedes se les prohíbe y se les impide que disfruten su estado anterior; al entrar el pecado, la muerte sigue poco después.
¡Note! En estos capítulos de Apocalipsis Jesús está hablando a los que asisten a la iglesia, no a los paganos. ¡Note! Sólo unos pocos han caminado dignamente al no contaminarse a sí mismos. Esto está en contraste con el cristianismo, el cual está desconectado de la Biblia a la cual ellos profesan creer. ¡Note! Jesús está advirtiendo severamente a los "creyentes" en las iglesias de su destrucción inminente. Esto no encaja con la creencia generalizada del evangelio de la gracia instantánea que es el fundamento del protestantismo, ni encaja con la doctrina de las sectas romana, rusa, griega, etc., de continua eucaristía y confesión para hacer a la persona aceptable ante Dios.
3 El que venza será vestido con vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida. A menos que usted venza, después de su muerte natural, su nombre será borrado del libro de la vida y usted será echado en el lago de fuego. Vencer significa conquistarse a sí mismo; vencer en sí mismo la inmoralidad del mundo, su impureza, codicia, odio, lujuria, envidia, mentira, robo, orgullo, blasfemia, ira, rebeldía, necedad, celos, glotonería, borrachera, etc. ¡Note! Jesús está advirtiendo severamente a los "creyentes" en las iglesias de su destrucción inminente. Esto no encaja con la creencia generalizada del evangelio de la gracia instantánea que es el fundamento del protestantismo, ni encaja con la doctrina de las sectas romana, rusa, griega, etc., de continua eucaristía y confesión para hacer a la persona aceptable ante Dios.
4 Hasta ahora son cinco iglesias de creyentes, y casi todas están yendo hacia el Infierno. Ahora, una iglesia está bien, la de Filadelfia. Entonces, ¿qué es lo que ellos han hecho? Ustedes guardaron mi palabra, y yo no negué mi nombre. Él repite: Ustedes han guardado mi palabra con paciencia, resistencia. Ellos obedecieron sus mandatos y practicaron sus enseñanzas, y ellos soportaron el sufrimiento con paciencia. ¿Sufren los cristianos? Sí, si usted no ha sufrido, o aún azotado, su afirmación de que tiene una relación con Dios es ilegítima. Porque el Señor disciplina al que ama y flagela a todo el que recibe como hijo. Heb 12:6. Y: Pero si estáis sin la disciplina de la cual todos [hijos verdaderos de Dios] deben compartir, entonces sois ilegítimos, y no hijos. Heb 12:6-8. Y: Pues para esto fuisteis llamados, porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas. 1 Ped 2:21. Si usted está decidido a llevar una vida piadosa en Cristo Jesús, usted sufrirá persecución; no sólo persecución terrenal, sino persecución sobrenatural: Amados, no os sorprendáis por el fuego que arde entre vosotros para poneros a prueba, como si os aconteciera cosa extraña. 1 Ped 4:12.
5 Ahora, Laodicea es la iglesia de la presunción, no de los vencedores. Tú dices: 'Soy rico; me he enriquecido y no tengo ninguna necesidad', y no sabes que tú eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo. ¡Note! Esta es exactamente la descripción de los fariseos. Ellos pensaban que eran prósperos espiritualmente, que no necesitaban nada; decían que podían ver, pero eran tan ciegos; decían que eran justos, hijos de Abraham y seguidores de Moisés. La cristiandad está infectada con la misma enfermedad: la hipocresía. Ellos alaban a Jesús con sus labios, pero sus pies son rápidos para correr hacia el mal, y sus corazones están lejos de él.
La cristiandad dice: tenemos un pase libre al cielo. Nuestros pecados pasados, presentes y futuros han sido pagados por Jesús. Somos creyentes justos de Jesús, podemos ver y entender, no necesitamos nada más.Pero Jesús le dice a los creyentes que van a la iglesia: ustedes son miserables, pobres, ciegos y desnudos. ¡Note! Jesús está advirtiendo severamente a los creyentes en las iglesias acerca de su destrucción venidera. De la Palabra del Señor en el interior: "Yo trabajo con el ciego; pero si tú piensas que puedes ver, y no estás conmigo en el cielo, yo te haré un hazmerreír." Esto no encaja con la creencia generalizada del evangelio de la gracia instantánea que es el fundamento del protestantismo, ni encaja con la doctrina de las sectas romana, rusa, griega, etc., de continua eucaristía y confesión para hacer a la persona aceptable ante Dios.
Ellos permanecen siendo maldecidos porque todavía están pecando y son esclavos del pecado — su destrucción no duerme, y permanecen en el estado de condenación de Adán.
Los primeros en entrar al cielo son los pecadores que sabían que eran ciegos; los últimos en entrar al cielo son las personas religiosas, que pensaban que podían ver.
Este es el significado de: allí los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos. Lucas 13:25-31
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete. Cristianos, ¿cómo van a oír su reprensión si no escuchan su voz? Mire la nota que sigue.
6 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo. La puerta es el corazón de todo hombre; el tocar la puerta es ruego suave y anónimo de él para que usted se aparte del mal. El abrir la puerta es creer que sus ruegos son verdaderos y arrepentirse del mal que él expone, y cambiar su conducta de manera apropiada. Cómo vamos a oír la voz de Dios, si no estamos en silencio para escuchar. Es así de sencillo. Abrir la puerta es recibir a Cristo en su corazón. ¿Cómo se hace esto? Recibir a Jesús es oírle hablar palabras desde el interior de su corazón y creer que sus palabras son verdaderas como también creer que quien le está hablando es el Hijo de Dios, Jesús: La palabra (Jesús) está cerca de ti, en tu boca, y en tu corazón [para que la obedezcas]; esta es la palabra de fe que predicamos. Por esto, la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios [desde el interior de su corazón], Rom 10:8,17, Deut 30:10-14. Nuevamente, cuando usted le oye, y cree que quien que le habla es el Hijo de Dios, usted ha recibido a Jesús; y cuando usted le recibe, el poder es liberado por Dios para recrearlo para ser un hijo de Dios, una criatura completamente nueva, todas las cosas viejas han pasado. Pero sólo oír y creerle no resulta en llegar a ser un hijo de Dios; al persistir en oír y seguirle, esto eventualmente crucificará su naturaleza pecaminosa por medio de la cruz interna de la negación propia, y entonces usted habrá sido purificado y alcanzará la salvación, a medida que experimente a Cristo trayéndole la salvación.
Dios quiere que todos los hombres sean salvos. De la Palabra del Señor en el interior: "Yo estaba buscando hombres que querían ser algo como yo, pero ahora ellos han dejado de buscar el camino. Yo puedo detener repentinamente a dos terceras partes de los habitantes del mundo, cuando yo escoja." Entonces ¿por qué él llama suave y anónimamente en vez de advertirnos severamente acerca del infierno? Porque Él está, discreta y suavemente, clasificándonos entre aquellos que aman la verdad y el camino de la regla de oro en contraste con aquellos que aman sus caminos egoístas e impíos tanto que descartan sus ruegos lógicos, claros, suaves y considerados con indiferencia. Aquellos que aman la verdad y escogen hacer caso de sus ruegos para apartarse de sus caminos egoístas e impíos son entonces candidatos para que Él los atraiga con su amor — candidatos para llegar a ser hijos de Dios. Él tiene que atraernos con amor, no con temor; porque el amor es el único motivador que perdura. El amor no impone su propia opinión; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta; sin embargo el amor nunca falla. 1 Cor 13:4-8.
Esteban Crisp, quien fue uno de los primeros cuáqueros y quien habitó en el reino, habló del Señor llamando a la puerta de tu corazón y luego la cena con él:
Si un hombre abre su corazón y recibe a Cristo cuando él viene, entonces ustedes encontrarán una alteración tal en ese hombre, que aunque ustedes vayan y lo prueben con la misma tentación que prevaleció sobre él la semana pasada, ahora no hará lo mismo; aunque él sea tan débil como el agua, y tan propenso a la corrupción y la iniquidad como antes, sin embargo ahora que la fe se ha engendrado en él que la gracia de Dios lo defenderá, él se mantiene alejado de las trampas del diablo. Ahora que este hombre confía en esta gracia hasta que su pecado y su iniquidad son eliminados, ahora es el momento de extender la mesa; hay un corazón limpio, y el huésped celestial ha llegado, y las delicadezas del reino son llevadas ante él para su nutrición. Ahora, dice Cristo, yo entraré y cenaré con él, y mi Padre también entrará, y cenaremos con él y él con nosotros. Esto nunca le sucede a nadie mientras la mesa y el corazón estén sucios; porque la mesa debe estar limpia, y el diablo y el pecado deben ser echados fuera, y entonces el Señor confirmará y ratificará, y sellará el pacto; de modo que hay un sello con un testigo. Cuando el hombre tiene este testimonio del amor de Dios, que Dios lo ha reconciliado con Cristo, entonces Cristo entrará, y él traerá a su Padre, y ellos cenarán con él; y esto es lo que le dará completa satisfacción a cada alma.
(Esta es la verdadera "La Cena del Señor", ni el sacramento de la comunión o la Eucaristía inventada por el hombre.)
Isaac Penington escribe del Cristo, la luz en cada hombre, golpeando a la puerta de su corazón:
"Su nombre es la Palabra de Dios." Apoc 19:13. Pedro le llama a aquello la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre. 1 Ped 1:23. Y esta Palabra que vive y permanece para siempre, era la Palabra que ellos habían predicado. 1 Ped 1:25. Y aquellos que creyeron no clamaron las palabras que los apóstoles hablaron por la Palabra; sino recibieron el asunto del que hablaron, "la Palabra implantada;" que al ser recibida con un espíritu manso, quieto y sumiso, "puede salvar el alma." Sant 1:21. Esta es "la Palabra de fe" que está "cerca, en el corazón y en la boca." Rom. 10:8. Esta es la Palabra que está a la puerta del corazón, y habla para que le dejen entrar diciendo: "(He aquí estoy a la puerta y llamo);" y cuando entra, habla en el corazón lo que debe ser oído y hecho. Está cerca; está en el corazón, y en la boca; ¿con qué fin? "Para que puedas oírla y hacerla." La Palabra viviente, que es "viva y poderosa, y más penetrante que una espada de dos filos," divide en la boca, y divide en el corazón, lo vil de lo precioso; sí, alcanza a lo más profundo del corazón, y corta entre medio de las raíces, Heb 4:12, y esto ustedes deben oír y hacer.
Dios es justo, Dios es puro; y él ruega a cada hombre, deseando que todos sean salvos: He aquí, estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo, Apoc 3:20. También la gracia de Dios, que trae salvación se ha manifestado a todos los hombres. Tit 2:11; la gracia aparece a todos, pero cada hombre debe escoger responder a la gracia para recibir salvación. Además, el Espíritu de Dios fue derramado sobre toda la humanidad en el Pentecostés, Hechos 2:14-18, y una medida del Espíritu es dado a todo hombre, 1 Cor 12:7; por lo tanto no hay hombres excluidos de los ruegos del Espíritu. La luz (Cristo) es dada a todo hombre que viene al mundo para que pueda creer; Juan 1:4:7,9; pero el hombre debe creer lo que la luz le muestra para poder recibir la salvación. En la vida de cada hombre, él oye y entiende los ruegos suaves y anónimos de la luz de la Palabra dentro de él; él puede aceptarlos (abrir la puerta) o rechazarlos, (cerrar su corazón a la verdad). Si endurecemos nuestros corazones a los ruegos suaves y anónimos para que nos alejemos del mal, al momento de la muerte recordaremos las palabras que oímos; y para vergüenza nuestra seremos juzgados por esas palabras. Juan 12:47-48
Hoy si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación [y rebelión]. Heb 3:15
Dios ha determinado otra vez un cierto día, diciendo por medio de David: "Hoy", después de tanto tiempo [Dios dio su juramento], como ya se ha dicho: Hoy si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones [como en la provocación, y como en el día de la tentación en el desierto]." Heb 4:7
El ha cegado los ojos de ellos y endureció su corazón, para que no vean con los ojos ni entiendan con el corazón, ni se conviertan, y yo los sane. Juan 12:40
Para oír más de Él, debemos buscarle primero; en nuestra oración debemos dejar de decirle todas las cosas que queremos que él haga por nosotros, y oír que él nos diga lo que él quiere que hagamos. Dios no está allí para servir nuestros deseos y necesidades; pero si buscamos oír sus convicciones, podemos llegar a ser sus siervos para servir sus deseos y mandatos; haciendo su voluntad en la tierra como es hecha en los cielos. Debemos esperar en él, silenciosamente, en humildad, velando, y escuchando, de manera que podamos oírle y ver lo que él quiere mostrarnos acerca de los secretos en nuestro corazón; lo cual si no lo negamos, él entonces limpia nuestros corazones de ese pecado revelado. Por su gracia, él nos muestra nuestros pecados y después los quita de nuestro corazón, hasta que con persistencia hasta el fin, él nos redime de todo pecado y nos purifica para llegar a ser un pueblo peculiar con celo de buenas obras. Tit 2:11-14.
Pero, en vez de oír la voz del Señor, los oídos con comezón del cristianismo están oyendo los grandes montones de los maestros y predicadores, quienes les cuentan fábulas y mentiras acerca de la "venida de Jesús," exactamente como fue en el año 1656 cuando Jorge Fox escribió esto en el Diario de Jorge Fox - Haga clic aquí para ver quién era Fox.
Mientras estaba en la prisión [por predicar], los bautistas y los de la quinta monarquía profetizaban que Cristo bajaría aquel año a la tierra sobre la que reinaría por mil años; y tenían este reino por externo, cuando El venía a reinar interiormente, en los corazones de Su pueblo. Pero aquellos eclesiásticos no querían recibir a Cristo en esta forma, y por esto fallaron sus profecías y esperanzas, y no poseyeron a Cristo. Mas Cristo ha venido, y mora en los corazones de Su pueblo y en ellos reina. Millares le han abierto sus corazones a los que El había estado llamando; y El entró y cenó con ellos, y ellos con El; la cena celestial con el Hombre celestial y espiritual. Y así fue como estos bautistas y monárquicos se convirtieron en los mayores enemigos de los que poseían a Cristo; mas, por encima de toda su envidia
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