1 La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón [para que la obedezcas]; esta es, la palabra de fe, que nosotros predicamos. Mire a los versos que vienen justo antes de esta cita en Deuteronomio 30:10-14:
[¿Dónde se puede oír esta voz del SEÑOR su Dios? ¿Dónde podemos volvernos a Dios con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma? En el versículo 14 a continuación él responde: "la palabra," (quien es Dios, Juan 1:1), "está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón para que la obedezcas."]
Porque este mandato que te mando hoy no está oculto de ti, ni está lejos. Deut 30:11
No está en el cielo, para que digas: '¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?' Deut 30:12
Tampoco está al otro lado del mar, para que digas: '¿Quién cruzará el mar por nosotros y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?' Deut 30:13
Ciertamente muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la obedezcas. Deut 30:14[Dios está cerca de usted, en su corazón y su boca para que le obedezca. Vuélvase a su interior para oír, aprender, llegar a ser puro, llegar a ser santo, para conocer a Dios, para ver a Dios, para estar con Él.]
Pablo enfatizó los versos anteriores, al escribir en Romanos : Más bien, ¿qué dice? "La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón [para que la puedas oír y obedecer]; esta es la palabra de fe que predicamos." Rom 10:6-8.
La palabra de Dios es el nombre de Cristo. Pablo dice en Rom 10:17 que él predica la palabra, que está dentro de su corazón y en su boca. "Esta es la palabra de fe que predicamos:" fe que las palabras que usted oye desde el interior de su corazón, las enseñanzas, los consejos, y los mandamientos para usted vienen del Espíritu de Dios — y por lo tanto usted los obedece y practica lo que ha oído.
Y cuando usted oye al Señor hablándole, enseñándole, animándole, corrigiéndole — entonces su fe comienza a crecer de manera exponencial. Juan confirma la palabra de Dios en un hombre: "Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros," 1 Juan 2:14. ¿Cómo se supone que usted debe oír a Cristo hablándole?—al exponerse a sí mismo a sus mandatos hablados. ¿Cómo se expone usted a sus mandatos hablados?—cuando persistente y pacientemente se sienta en humilde silencio a medida que usted le espera a Él al escuchar sus palabras y velar esperando las visiones de su palabra.
¡Tome nota del ENORME ERROR! En Deuteronomio 30:10, a los judíos se les dijo que para poder guardar sus mandamientos y estatutos escritos en este libro de la ley, ellos debían escuchar y hacer caso a la voz del Señor; y el Señor les dijo lo mismo en muchos otros versículos (haga clic aquí para ver varios), siendo los siguientes los más detallados:
Haga clic para ver las bendiciones por escuchar y hacer caso a la voz del Señor.
Haga clic aquí para ver las maldiciones que vienen por no escuchar y hacer caso a la voz del Señor.
Estudiar el libro (la biblia) no es suficiente; usted debe escuchar y hacer caso a la voz del Señor. Aunque los judíos oyeron a su sacerdote leer las escrituras cada sábado, no era suficiente para que su palabra fuera implantada en sus corazones; ellos realmente no entendían las escrituras, las cuales ellos estudiaban tan diligentemente con la esperanza de encontrar vida eterna; y ya que el Señor no estaba enseñándoles el verdadero significado de las escrituras, ellos entonces persiguieron a Jesús y sus apóstoles — todo porque los judíos habían sólo estudiado las escrituras en vez de hacer todo lo posible para escuchar y hacer caso a la voz del Señor. Por lo tanto la gran mayoría de los judíos necesitaban que su corazón maligno fuera circuncidado por el Espíritu para que ellos pudieran amar al Señor con todo su corazón, alma y fuerza; para que ellos pudieran amar a su prójimo como a si mismos; de modo que ellos pudieran ver su forma y oír su voz; y para que ellos no murieran mientras estaban todavía pecando. Esas habilidades no vienen por la voluntad del hombre que está tratando; esas habilidades sólo vienen de Dios que circuncida su corazón, lo cual viene como resultado de que usted escucha y hace caso la voz del Señor de manera persistente y paciente — entonces el amor de Dios es perfeccionado en su corazón.
Hoy en día el cristianismo está cometiendo exactamente el mismo enorme error, estudiando las escrituras en vez de lo que el Nuevo Testamento también declara claramente que es la prioridad número uno y lo único que es necesario:
Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia... Mateo 6:33. (la prioridad número 1)
Y Él nos dijo cómo buscarle, la única cosa que necesitamos hacer:
Pero una sola cosa es necesaria. Pues María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada... María se sentó a los pies del Señor y escuchaba su palabra [hablada]. Lucas 10:39,42 (la única cosa necesaria)
Jesús también dijo:
De la Palabra del Señor en el interior:
Esas palabras que le oímos hablarnos a nosotros están implantadas en nuestro corazón, Santiago 1:21;
y esas palabras que le oímos hablarnos a nosotros son Espíritu y nos imparten la vida de Dios, Juan 6:63;
y esta vida de Dios es Cristo, Juan 1:5, 14:6, de modo que Cristo es formado dentro de usted. Gál 4:19
Hasta que finalmente Cristo está completamente formado e incluso ha resucitado dentro de usted. 2 Cor 4:14,Col 2:12,3:1,Efe 2:5-6
Entonces usted ve a Cristo, la gloria de Dios, aparecer en su corazón y lo ve trayéndole su salvación y vida eterna.
El movimiento pentecostal "palabra de fe" tuerce radicalmente la palabra de fe en su corazón para que sea la Biblia. Ellos predican que si uno cree en la Biblia (lo que ellos llaman la Palabra de Dios), y la confiesa, entonces el creyente recibe lo que confesó; ellos lo llaman "estando en la palabra de fe," y la usan para predicar su evangelio de prosperidad financiera, que es nada más que codicia. El mismo liderazgo del movimiento de la "palabra de fe" conduce servicios en los que se ven borracheras, fiestas, alaridos, gritos, necedad, personas que se derrumban, moviéndose a tirones y jalones, y risa descontrolada — todas las cuales son evidencias de los frutos de la carne y son lo opuesto al dominio propio, la paz, y la amabilidad, los cuales son frutos del Espíritu Santo. Con respecto a los falsos profetas, Jesús nos dijo: "por sus frutos los conoceréis;" no se deje engañar.
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