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Romanos 10

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 1 Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por Israel es para salvación.

 2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo por Dios, pero no de acuerdo con un conocimiento pleno.

 3 Pues, ignorando la justicia de Dios y procurando establecer su propia justicia, no se han sujetado a la justicia de Dios.

 4 Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. [Cuando el cristianismo le dice a sus creyentes pecadores que la ley está muerta, ellos realmente están diciendo que para sus creyentes no hay pecado; no ley, no pecado. ¿Qué mejor cuento podría haber inventado el diablo? Hermanos (hablo con los que conocen la ley), ¿ignoráis que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive. Rom 7:1. A menos que usted pierda su vida al crucificar su naturaleza pecaminosa, su mente carnal, y su espíritu impío, usted todavía está vivo y todavía es sujeto a las leyes morales. El cristianismo se ha echado la ley detrás de su espalda, llamándole al mal bien, llamando lo impío como justo, mientras ignoran totalmente las muchas excepciones, requisitos, y condiciones para calificar para la salvación que declara la Biblia. La ley no lo puede hacer justo, pero el requisito para obedecer la ley interna sólo termina cuando el espíritu egoísta del hombre ha sido crucificado en la cruz interna de la negación propia, y Cristo Jesús ha resucitado en él para controlar completamente sus pensamientos, palabras, y acciones con la Ley del Espíritu de la Vida. ¿Qué es lo que lo hace justo? La obediencia lleva a la justicia, Rom 6:16; creemos lo que el Espíritu de Cristo que está en nuestros corazones nos dice a medida que aguardamos la esperanza de la justificación por la fe, Gál 5:5. sí, hay una ley interna de Dios sobre el corazón de cada hombre que debe ser obedecido, cuales incluye algunas de las viejas leyes morales mosaicas como: ama a tu prójimo como te amas a ti mismo, no robar, no cometer adulterio, no mentir, no codiciar, no matar, y honra a tu padre y a tu madre. De la Palabra del Señor en el interior: "No hay leyes cuando se está bajo el control completo del espíritu; uno camina en amor en obediencia de la manera que el Señor se lo ordena — uno no camina en la carne restringida."]

 5 Moisés escribe de la justicia que es por la ley: El hombre que haga estas cosas vivirá por ellas.

 6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón, "¿Quién subirá al cielo?" (esto es, para hacer descender a Cristo) [Esto hace referencia al Antiguo Testamento, Deut 30:10-12, que dice: Cuando escuchas y haces caso a la voz de Jehovah tu Dios para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; y cuando te vuelves a Jehovah tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este mandato que te mando hoy no está oculto de ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: '¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?']

 7 ni "¿Quién descenderá al abismo?" (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). [Esto hace referencia al Antiguo Testamento, Deut 30:13, que dice: Tampoco está al otro lado del mar, para que digas: '¿Quién cruzará el mar por nosotros y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?']

 8 Más bien, ¿qué dice? "La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón [para que la puedas oír y obedecer];" esta es la palabra de fe que predicamos.1 [Esto hace referencia a Deut 30:14, que dice: Ciertamente muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la obedezcas. Los apóstoles predicaron que el Señor habla palabras desde el interior de tu corazón, para ser oídas, creídas, y después obedecidas en fe; por eso es llamada la palabra de fe. Los apóstoles predicaron que la fe viene por el oír la palabra en su corazón, Rom 10:17. Aquel que va a Él comes para escuchar la palabras que Él habla (desde el interior de su corazón), y después las obedece, edifica su fe sobre la roca sólida. Lucas 6:47. Usted viene a Él al sentarse en humilde silencio, esperando en Él, a medida que usted oye las palabras que Él habla y vela esperando sus revelaciones.]

 9 Desde si confiesas esto: las palabras pronunciadas en la boca tuya pertenecen a Jesús, y tú crees en el corazón tuyo que el Padre lo ha resucitado de entre los muertos; se le salvará. [El contexto de este versículo es creer en la palabra que está en su corazón y cuando recibe la orden, hablar obedientemente la palabra en su boca, la cual es la palabra de fe que los Apóstoles predicaron (vea el versículo 8). Y de acuerdo al versículo 17 a continuación, esa es la fe verdadera, oír la palabra de Dios (Cristo) en su corazón, y sus creencias resultan en su obediencia a lo que usted ha oído. Confesar que Jesús es su Señor, (si a usted se le ordena confesar ante los hombres, Lucas 12:8), es hablar lo que a usted se le dice que diga;* porque para que él sea su Señor, usted debe estar completamente controlado por las palabras habladas por Jesús que usted oye desde el interior de su corazón; y cuando usted estaba muerto en sus pecados, vio a Jesús elevado en su corazón para que sea su Señor gobernante y Rey, para controlar completamente sus pensamientos, palabras, y acciones. Sin embargo, a menos que Jesús de verdad lo gobierne, y él le ordene que usted diga "Jesús es Señor", decir eso no tiene valor, como muchas escrituras lo prueban (haga clic para ver).

* como Pablo confesó: "ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí". Gálatas 2:20

Para ser salvado del infierno cuando muera, usted debe experimentar la salvación mientras todavía vive en la tierra, lo cual significa ser liberado, limpiado, purificado de todos los pecados, aún del deseo de pecar. Sin embargo, muchos de los millones de guías ciegos en el cristianismo, ellos mismos todavía pecando y por lo tanto, esclavos del pecado, tomando este versículo completamente fuera de contexto, enseñan que si usted dice a voz alta "Jesús es Señor" y cree que él resucitó de los muertos en Jerusalén, entonces usted será salvo del infierno. De la Palabra del Señor en el interior: "Ellos piensan que son salvos al hacer ruido acerca de que son salvos. Hay millones de predicadores que son guías ciegos. Estas personas están lejos de mí, viviendo en pecado y enseñándoles a otros la inevitabilidad del pecado hasta la muerte. Ellos quieren ser hijos; ellos reconocen el versículo 'el que ha nacido de Dios no tiene pecado,' pero continúan despreocupadamente". Con la creencia inicial, usted obviamente no es salvo, (salvo significa ser liberado de todos los pecados); pero si usted persiste en la fe obediente hasta el fin, esforzándose al máximo, usted será liberado de todos los pecados, lavado, limpiado, purificado, perfeccionado, y santificado y hecho santo por el poder de Dios obrando poderosamente en usted.]

 10 Porque con el corazón el hombre cree para justicia, y con la boca el hombre hace confesión para salvación.2 [Su creencia de que usted oye al hijo hablarle en su corazón, y obedecer lo que él le manda, resulta en la salvación acompañada de la justicia. La obediencia lleva a la justicia, Rom 6:16; creemos en lo que el Espíritu de Cristo nos dice en nuestros corazones a medida que aguardamos la esperanza de justicia, Gál 5:5. La salvación es ser liberado de todos los pecados, haber sido purificado por la gracia de Dios que separa al hombre del pecado. Confesar la salvación es confesar que usted ha sido liberado de todo pecado y ha testificado que Jesús ha resucitado en su corazón, trayéndole la salvación, la cual es vida eterna en Dios; como Pablo confesó: Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Gál 2:20. Jesús no quiere el testimonio de hombres cuyos corazones todavía están llenos de maldad, como lo somos todos, hasta que somos limpiados por Él.

Como dijo Juan: Hijitos, nadie os engañe. El que practica justicia es justo, como él es justo. 1 Juan 3:7; Jesús sólo habló, juzgó, e hizo lo que Dios le había ordenado hacer; para practicar la justicia nosotros también debemos poder sólo hablar lo que le oímos que nos ordena a decir y sólo hacer lo que Dios nos ordena hacer. Esta habilidad sólo viene después que hemos crucificado nuestro espíritu egoísta y el pecado ha sido destruido por el Espíritu al llevar la cruz interna de la negación propia; entonces nosotros estamos caminando el mismo camino que Él caminó y estamos en el mundo como Él estaba con perfección, pureza, y santidad. Pedro nos advirtió acerca de cuan fácilmente las cartas de Pablo eran torcidas por los impíos (aquellos que todavía estaban pecando): en sus cartas hay algunas cosas difíciles de entender, que los indoctos e inconstantes tuercen, como lo hacen también con las otras Escrituras, para su propia destrucción. Así que vosotros, oh amados, sabiendo esto de antemano, guardaos; no sea que, siendo desviados por el engaño de los malvados. 2 Ped 3:17-18. Los impíos lo tratan de convencer que el pecado es pasado por alto y excusado si usted cree en Jesús. Pero los justos alegan con usted que el pecado no es aceptable: Pablo dijo: Despertad a la justicia, y no pequéis más, porque algunos tienen ignorancia de Dios. Para vergüenza vuestra lo digo. 1 Cor 15:34. Creer en Jesús, es creer lo que él le ordena que haga; esa creencia resulta en obediencia lo cual lleva a la justicia y la salvación.]

 11 Porque la Escritura dice: Todo aquel que cree en él no será avergonzado.

 12 Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos es rico para con todos los que le invocan.

 13 Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.3 [El contexto de lo que Pablo está diciendo con este versículo es que no sólo los judíos pueden ser salvos, sino que los griegos, aún la gente de otras naciones puede ser salva. El cristianismo toma este versículo fuera de contexto, para crear una salvación falsa. El versículo original está en Joel 2:29-32: "antes que venga el día de Jehovah, grande y temible. Y sucederá que cualquiera que invoque el nombre de Jehovah será salvo, porque en el monte Sion y en Jerusalén estarán los libertados, como ha dicho Jehovah; y entre los sobrevivientes estarán aquellos que Jehovah ha llamado." Invocar el nombre del Señor y ser salvo sólo se aplica al remanente en el día de Jehová. Por lo tanto is usted desea ser contado en el remanente para obtener salvación en la tierra y entrar en el reino con la vida eterna de Dios, primero usted necesita hacer mucho, mucho más que invocar el nombre del Señor. Usted primero necesita hacer morir las obras pecaminosas del cuerpo en usted por medio del Espíritu porque el Señor incluso nos dio tres versículos detallados que muestran que aquellos que lo invocan en el día del juicio, después de haber muerto mientras todavía pecaban, son echados fuera (al infierno). Mat 7:21-23, Lucas 13:25-27, Mat 25:11-12.]

 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

 15 ¿Y cómo predicarán sin que sean enviados?4 Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de las cosas buenas!

 16 Pero no todos obedecieron el evangelio, porque Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?

 17 Por esto, la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios.5 [La fe viene por la revelación: Cristo, la palabra en su corazón, hablándole desde el interior de su corazón; Rom 10:8. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63. La fe es una serie de revelaciones. No asuma que una revelación de parte de Dios es la evidencia de que usted es salvo; más bien es el llamado de él para que usted lo busque con todo su corazón y su alma, como la primera prioridad de su vida. El cristianismo enseña incorrectamente que la fe viene por la creencia en el mensaje de la Biblia; si es así, entonces ¿cómo tuvieron fe Enoc, Noé, Job, Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, etc., cuando las escrituras todavía no se habían escrito? De la Palabra del Señor en el interior: "Una vez más, mi palabra está en tu corazón y tu boca, la cual está allí para obedecer. La fe es oír la Palabra de Dios y obedecer. Sólo aquellos que quieren ser limpios pueden oír. Sólo me alcanzan aquellos que tienen un corazón penitente. El Espíritu da la vida con cada palabra que es oída. Escucha y vive."]

 18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! Por toda la tierra ha salido la voz de ellos; y hasta los confines del mundo, sus palabras.6

 19 Pero pregunto: ¿Acaso no comprendió Israel? Moisés fue el primero en decir: Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es mío; con una nación sin entendimiento os provocaré a enojo.

 20 También Isaías se atreve a decir: Fui hallado entre los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí.

 21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo desobediente y rebelde.


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Para ver el(los) versículo(s) mostrado(s) paralelamente en Nueva Intl, Reina Valera, y La Biblia de las Américas, haga click aquí.
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1 La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón [para que la obedezcas]; esta es, la palabra de fe, que nosotros predicamos. Mire a los versos que vienen justo antes de esta cita en Deuteronomio 30:10-14:

Cuando escuchas y haces caso a la voz de Jehovah tu Dios para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; y cuando te vuelves a Jehovah tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Deut 30:10

Porque este mandato que te mando hoy no está oculto de ti, ni está lejos. Deut 30:11
No está en el cielo, para que digas: '¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?' Deut 30:12
Tampoco está al otro lado del mar, para que digas: '¿Quién cruzará el mar por nosotros y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?' Deut 30:13
Ciertamente muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la obedezcas. Deut 30:14

Pablo enfatizó los versos anteriores, al escribir en Romanos : Más bien, ¿qué dice? "La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón [para que la puedas oír y obedecer]; esta es la palabra de fe que predicamos." Rom 10:6-8.

La palabra de Dios es el nombre de Cristo. Pablo dice en Rom 10:17 que él predica la palabra, que está dentro de su corazón y en su boca. "Esta es la palabra de fe que predicamos:" fe que las palabras que usted oye desde el interior de su corazón, las enseñanzas, los consejos, y los mandamientos para usted vienen del Espíritu de Dios — y por lo tanto usted los obedece y practica lo que ha oído.

Y cuando usted oye al Señor hablándole, enseñándole, animándole, corrigiéndole — entonces su fe comienza a crecer de manera exponencial. Juan confirma la palabra de Dios en un hombre: "Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros," 1 Juan 2:14. ¿Cómo se supone que usted debe oír a Cristo hablándole?—al exponerse a sí mismo a sus mandatos hablados. ¿Cómo se expone usted a sus mandatos hablados?—cuando persistente y pacientemente se sienta en humilde silencio a medida que usted le espera a Él al escuchar sus palabras y velar esperando las visiones de su palabra.

¡Tome nota del ENORME ERROR! En Deuteronomio 30:10, a los judíos se les dijo que para poder guardar sus mandamientos y estatutos escritos en este libro de la ley, ellos debían escuchar y hacer caso a la voz del Señor; y el Señor les dijo lo mismo en muchos otros versículos (haga clic aquí para ver varios), siendo los siguientes los más detallados:

Y sucederá que si escuchas diligentemente la voz de Jehovah tu Dios, procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, también Jehovah tu Dios te enaltecerá sobre todas las naciones de la tierra. Cuando obedezcas la voz de Jehovah tu Dios, vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán. Deu 28:1-2

Haga clic para ver las bendiciones por escuchar y hacer caso a la voz del Señor.

Pero si no escuchas la voz de Jehovah tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy; todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán. Deu 28:15

Haga clic aquí para ver las maldiciones que vienen por no escuchar y hacer caso a la voz del Señor.

Y hay muchas otras escrituras que indican la sanción por no escuchar y obedecer la voz del Señor, (haga clic para verlas).

Estudiar el libro (la biblia) no es suficiente; usted debe escuchar y hacer caso a la voz del Señor. Aunque los judíos oyeron a su sacerdote leer las escrituras cada sábado, no era suficiente para que su palabra fuera implantada en sus corazones; ellos realmente no entendían las escrituras, las cuales ellos estudiaban tan diligentemente con la esperanza de encontrar vida eterna; y ya que el Señor no estaba enseñándoles el verdadero significado de las escrituras, ellos entonces persiguieron a Jesús y sus apóstoles — todo porque los judíos habían sólo estudiado las escrituras en vez de hacer todo lo posible para escuchar y hacer caso a la voz del Señor. Por lo tanto la gran mayoría de los judíos necesitaban que su corazón maligno fuera circuncidado por el Espíritu para que ellos pudieran amar al Señor con todo su corazón, alma y fuerza; para que ellos pudieran amar a su prójimo como a si mismos; de modo que ellos pudieran ver su forma y oír su voz; y para que ellos no murieran mientras estaban todavía pecando. Esas habilidades no vienen por la voluntad del hombre que está tratando; esas habilidades sólo vienen de Dios que circuncida su corazón, lo cual viene como resultado de que usted escucha y hace caso la voz del Señor de manera persistente y paciente — entonces el amor de Dios es perfeccionado en su corazón.

Hoy en día el cristianismo está cometiendo exactamente el mismo enorme error, estudiando las escrituras en vez de lo que el Nuevo Testamento también declara claramente que es la prioridad número uno y lo único que es necesario:

Y Él nos dijo cómo buscarle, la única cosa que necesitamos hacer:

Jesús también dijo:

"Ciertamente él ama a los pueblos; todos tus santos están en tus manos. Ellos sesentarse a tus pies y cada uno recibe tus palabras." Deut 33:3

De la Palabra del Señor en el interior:

Esas palabras que le oímos hablarnos a nosotros están implantadas en nuestro corazón, Santiago 1:21;
y esas palabras que le oímos hablarnos a nosotros son Espíritu y nos imparten la vida de Dios, Juan 6:63;
y esta vida de Dios es Cristo, Juan 1:5, 14:6, de modo que Cristo es formado dentro de usted. Gál 4:19

Hasta que finalmente Cristo está completamente formado e incluso ha resucitado dentro de usted. 2 Cor 4:14,Col 2:12,3:1,Efe 2:5-6
Entonces usted ve a Cristo, la gloria de Dios, aparecer en su corazón y lo ve trayéndole su salvación y vida eterna.

El movimiento pentecostal "palabra de fe" tuerce radicalmente la palabra de fe en su corazón para que sea la Biblia. Ellos predican que si uno cree en la Biblia (lo que ellos llaman la Palabra de Dios), y la confiesa, entonces el creyente recibe lo que confesó; ellos lo llaman "estando en la palabra de fe," y la usan para predicar su evangelio de prosperidad financiera, que es nada más que codicia. El mismo liderazgo del movimiento de la "palabra de fe" conduce servicios en los que se ven borracheras, fiestas, alaridos, gritos, necedad, personas que se derrumban, moviéndose a tirones y jalones, y risa descontrolada — todas las cuales son evidencias de los frutos de la carne y son lo opuesto al dominio propio, la paz, y la amabilidad, los cuales son frutos del Espíritu Santo. Con respecto a los falsos profetas, Jesús nos dijo: "por sus frutos los conoceréis;" no se deje engañar.

2 Desde si confiesas esto: las palabras pronunciadas en la boca tuya pertenecen a Jesús, y tú crees en el corazón tuyo que el Padre lo ha resucitado de entre los muertos; se le salvará. Porque con el corazón el hombre cree para justicia, y con la boca el hombre hace confesión para salvación. El verdadero significado de Rom 10:9-10 ha sido torcido para probar la supuesta salvación del cristianismo, para convertirse en la mayoría de las biblias: " que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo". Los guías ciegos del cristianismo han mal interpretado completamente este versículo, enseñándole que si usted dice en voz alta "Jesús es Señor" y cree que él resucitó de los muertos en Jerusalén, entonces usted será salvo del infierno; de la Palabra del Señor en el interior: "Ellos piensan que son salvos al hacer ruido acerca de ser salvos." Esto es como creer que unas pocas palabras mágicas pronunciadas por usted cancelan completamente las muchas advertencias de excepciones, requisitos, y condiciones para calificar de la salvación, que se encuentran en la Biblia.

El contexto de este versículo es creer en la palabra que está en su corazón y cuando recibe la orden, hablar obedientemente la palabra en su boca, la cual es la palabra de fe que los Apóstoles predicaron (vea el versículo 8). Y de acuerdo al versículo 17 a continuación, esa es la fe verdadera, oír la palabra de Dios (Cristo) en su corazón, y sus creencias resultan en su obediencia a lo que usted ha oído. Confesar que Jesús es su Señor, (si a usted se le ordena confesar ante los hombres, Lucas 12:8), es hablar lo que a usted se le dice que diga;* porque para que él sea su Señor, usted debe estar completamente controlado por las palabras habladas por Jesús que usted oye desde el interior de su corazón; y cuando usted estaba muerto en sus pecados, vio a Jesús elevado en su corazón para que sea su Señor gobernante y Rey, para controlar completamente sus pensamientos, palabras, y acciones. Sin embargo, a menos que Jesús de verdad lo gobierne, y él le ordene que usted diga "Jesús es Señor", decir eso no tiene valor, como muchas escrituras lo prueban (haga clic para ver).

* como Pablo confesó: "ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí". Gálatas 2:20

Para ser salvado del infierno cuando muera, usted debe experimentar la salvación mientras todavía vive en la tierra, lo cual significa ser liberado, limpiado, purificado de todos los pecados, aún del deseo de pecar. Sin embargo, muchos de los millones de guías ciegos en el cristianismo, ellos mismos todavía pecando y por lo tanto, esclavos del pecado, tomando este versículo completamente fuera de contexto, enseñan que si usted dice a voz alta "Jesús es Señor" y cree que él resucitó de los muertos en Jerusalén, entonces usted será salvo del infierno. Sin embargo, hay varias escrituras que prueban que Jesús rechazará a aquellos que lo llaman Señor porque no lo obedecieron y todavía pecaron:

"¿Por qué me llamáis: 'Señor, Señor', y no hacéis lo que digo? Lucas 6:46

Después que el dueño de casa se levante y cierre la puerta, vosotros, afuera, comenzaréis a llamar a la puerta diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Pero respondiendo él os dirá: "No os conozco de dónde sois." Lucas 12:35

"No todo el que me dice 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino [sólo] el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Muchos me dirán en aquel día: '¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?'
Entonces yo les declararé: 'Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de inquidad [pecado, infracción de la ley o de maldad]!' Mateo 7:21-23

Después vinieron también las otras vírgenes diciendo: "¡Señor, señor, ábrenos!"
Pero él respondiendo dijo: "De cierto os digo que no os conozco." Mateo 25:11-12

De la Palabra del Señor en el interior:

Con la creencia inicial, usted obviamente no es salvo, (salvo significa ser liberado de todos los pecados); pero si usted persiste en la fe obediente hasta el fin, esforzándose al máximo, usted será salvo.

Pablo también enseña que creer y ser salvo no ocurre simultáneamente en sus cartas a los creyentes en las iglesias.

Pedro repite el mismo mensaje, que salvación no es sólo creer o tener fe, sino que la salvación es el fin de la caminata obediente de la fe, y requiere crecimiento :

A menos que el Señor controle verdaderamente sus palabras y acciones, él no es su Señor. A menos que usted le obedezca, él no es su Señor.
Si Jesús es su Señor, entonces usted le obedece; usted busca su guía, usted busca sus enseñanzas, usted busca sus mandatos para usted,
usted va a él, usted le oye, y entonces usted le obedece fielmente.
Escuchad y obedeced mi voz; y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
Andad en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien. Jer 3:23

Aún Adolfo Hitler dijo que Jesús era su Señor y Salvador, pero esa seguridad no le ayudó para nada.

Decir las palabras "Jesús es Señor" no es una indicación de que usted está controlado por el Espíritu Santo, o de su salvación.
Jesús dijo: “Bien profetizó Isaías acerca de vosotros, hipócritas, como está escrito:
Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mí. Marcos 7:6.

¿Por qué me llamáis: 'Señor, Señor', y no hacéis lo que digo? Lucas 6:46-49.
Después vinieron también las otras vírgenes diciendo: "¡Señor, señor, ábrenos!" Pero él respondiendo dijo: "De cierto os digo que no os conozco." Mat 25:11-12.
No todo el que me dice 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino [sólo] el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mat 7:21-23
.

De la Palabra del Señor en mi corazón: "Todos están esperando que Jesús sea su excusa. Ellos son un pueblo testarudo; sus corazones se han enfriado. Ellos piensan que pueden ser salvos al hacer ruido acerca de ser salvo. Ellos son un pueblo que no tiene idea, y son infructíferos."

3 Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo. Pero Jesús dijo: No todo el que me dice 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino [sólo] el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mat 7:21-23. De modo que un llamado casual del nombre del Señor no hace absolutamente nada bueno. De la Palabra del Señor en el interior: "Invoquen al Señor con un corazón puro. Ora sólo de la manera que se te dice." A menos que usted pueda oír lo que el Señor desea que usted ore, siéntese y espere en humilde silencio, con la esperanza de eventualmente llegar a ser justo: capaz de orar, alabar, adorar, hablar, y actuar perfectamente de acuerdo la voluntad de Dios, lo cual trae placer, honor y gloria a Dios.

Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz con los que de corazón puro invocan al Señor. 2 Tim 2:22. ¡Tome nota! dice los de corazón puro; sin un corazón puro usted es como aquellos que Jesús describió como hipócritas: ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros diciendo: 'Este pueblo se acerca a mí con su boca, y me honra con sus labios; pero su corazón está lejos de mí.' Isa 29:13, Mat 15:7-8. Ser salvo significa ser liberado de todos los pecados y estar en un estado sin pecado.

Él [Jesús] llegó a ser el Autor y Fuente de la eterna salvación para todos aquellos que le oyen y le obedecen. Heb 5:9. Piénselo: los judíos mataron a los profetas pensando que le estaban haciendo un favor a Dios; ellos llamaban el nombre del Señor regularmente, pero mataron a sus profetas. Joel 2:32 dice lo mismo, y los fariseos mataron a Jesús; pero ellos llamaban el nombre del Señor todos los días, muchas veces. Jesús incluso nos dijo que esas personas religiosas matarían a sus verdaderos discípulos: y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate pensará que rinde servicio a Dios. Juan 16:2; y así los bautistas, presbiterianos, episcopales, y congregacionalistas mataron a 869 cuáqueros en el siglo 17, incluyendo el ahorcamiento de tres hombres y una mujer en Boston. Los sacerdotes católicos romanos y sus órdenes mataron a 9,000,000 de almas en la inquisición de la Edad Media. Todos estos asesinos de aquellos que tenían una opinión religiosa diferente iban regularmente a los servicios de adoración, oraban, fueron bautizados, tomaban la "comunión," ayunaban, y leían sus Biblia - obviamente llamaban el nombre del Señor muchas veces al día. ¡NO! Ellos no eran salvos, lo que significa ser liberado de todos los pecados y estar en un estado sin pecado.

Este versículo se refiere a Joel 2:28-32, y sólo se aplica al remanente que ha persistido hasta el fin de llevar su cruz interna de la negación propia hacia la pureza, lo cual resulta en la venida del Señor en sus corazones para el juicio final y en que Jesús trae la salvación. Todos pasan por el fuego en ese grande y terrible día del Señor. El sol se habrá oscurecido por la luz brillante de su venida, pero entonces usted es sumergido en el fuego; en el último segundo, antes que usted sea consumido completamente por el fuego, en temor y esperanza usted llama el nombre del Señor, y él lo arranca del fuego. Dése cuenta y esté consciente que la luz brillante que aparece en usted no lo perjudica, es el comienzo de su entrada hacia el reino, que comienza con la luz que expone y juzga el mal que permanece en usted. Nosotros debemos abordar este juicio con confianza y audacia — sin caer sobre nuestro rostro llorando y rogando por perdón — ni Él quiere que nosotros retrocedamos con temor. Debemos mantenernos en expectación confiada y gozosa — incluso mientras contemplamos su presencia aterradora e imponente. Y a medida que somos rodeados de fuego, en vez de correr, le llamamos a Él para que nos salve; y así Él salva al remanente a quien él ha estado purificando y limpiando, preparándolo para esto, su venida. De la Palabra del Señor en el interior: "Yo devoraré a aquellos que no siguen, y arrebataré a los justos del fuego."

Este es el Día del Señor, y aún para los justos que han estado esperando, con esperanza y expectativa de salvación, este día comienza sin gozo ni paz. El brillo de la luz expone todo el mal que aún permanece en usted, el cual es tristeza y dolor; pero esa tristeza puede ser controlada si usted se enfoca en la luz que le está mostrando los pecados que permanecen en usted, sin preocuparse acerca de lo que podría perder; y aún más importante, nunca pierda de vista que este día terminará en gran gozo, paz, salvación, ver al Señor, oír su voz por primera vez, y entrar en el reino. Si usted encuentra que su mente se está ahogando en tristeza, vuelva a la realidad de que este día es para su éxito, y vuelva a estar en quietud. Uno de los primeros cuáqueros, Francis Howgill, quien habitó en el reino, fue testigo (por su propia experiencia) de los justos cuando conocieron por primera vez el terror del Día del Señor en sí mismos:

"Aquellos que no han visto todavía este día de la venganza del Señor en sí mismos, nunca han visto el día de la salvación. El profeta clamó: '¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste'? Y muchos han sido testigos oculares del día terrible del Señor, que ha aparecido en ellos, en el cual toda la paz ha sido escondida de sus ojos: y todos los que alguna vez llegaron a ver el día de gozo y felicidad, primero conocieron el terror y el día terrible del Señor en sí mismos. Por lo tanto el apóstol dijo: 'Conociendo el temor del Señor, persuadimos a los hombres'".

William Dewsbury, otro de los primeros cuáqueros que habitó en el reino, también dejó un testimonio del terror en el Día del Señor:

"Yo morí y fui bautizado, y fui como un niño pequeño bajo sus amonestaciones celestiales; tan pronto como mi alma fue llevada a esto, en mi humillación, ¡Oh! entonces, el temible juicio fue quitado, y el libro de la vida fue abierto ante mí, y el Señor me habló tranquilamente: 'con amor eterno te he amado'; y me hice cristiano por medio del día de venganza, y de un ardor como en un horno; y la arrogancia y el orgullo de hombre en mí fue derribado".

Sepa que usted morirá en este proceso y se regocijará en la culminación de todos sus esfuerzos para llegar a este momento. Debido a que odiamos nuestra vida, no tenemos temor de perder nuestra vida; porque cuando perdemos nuestra vida, salvamos nuestra vida, la nueva vida, la vida eterna de Dios. Alégrese porque el Señor va a eliminar completamente esa mente y espíritu que moran en el mal; espere que eso sea el fin completo de su antiguo ser. Su cuerpo muere en este bautismo de la muerte, pero el creyente es levantado (resucitado) con Cristo y trasladados al reino de Dios. Aunque resucitados con Cristo para vivir en los cielos, ellos todavía caminan en la tierra, juntos en unión con el Señor, como nueva criatura.

La siguiente cita es de La Necesidad de Una Vida y Conducta Santas de Esteban Crisp, quien era uno de los primeros cuáqueros y quien moraba en el reino, y este documento nos da más conocimiento de primera mano del bautismo de fuego y la resurrección del creyente con Cristo:

"No se puede llegar a obtener este bautismo, sino por medio de sumergirse en lo que los destruye, lo que los mata. Pero hay cambio tal para salvar la vida de uno, hay tantos retorcimientos y entretejimientos de las personas para salvar sus vidas, que al fin se pierden. Pero nadie puede encontrar la vida que es eterna, sino los que están dispuestos a ser entregados a los muertos, y sometidos a este bautismo - es decir, por el Espíritu Santo y el fuego. Sólo los tales vienen a la vida; vienen a la resurrección. Para nunca se supo que alguno de ellos murió esta muerte, sino que resucitaron; porque es imposible que la muerte detenga a los que son enterrados en este bautismo,* así como fue imposible detener a Cristo, cuando estuvo en la tumba. El mismo poder que resucitó a Cristo nuestro Señor de entre los muertos, el mismo poder es que nos despierta, mientras permanecemos en estos cuerpos mortales, después de haber soportado esta muerte y crucifixión."

(*Tu resurrección es muy rápida, y tu entierro no está en este mundo físico.)

Mensajes de la Palabra del Señor en el interior que se aplica a este día son los siguientes:

A medida que somos rodeados con el fuego de su presencia, clamaremos con esperanza — gritaremos "Sálvame, Señor Jesús," con confianza y gozo.

Todos los otros serán tomados completamente por sorpresa en su aterradora venida después de su muerte. Él es tan puro y santo que ellos sabrán instantáneamente que son completamente impíos. Él hará que ellos tengan pánico y pierdan la razón — sólo temor salvaje e incontrolable. Vea la descripción de Howgill de lo que le sucede a aquellos que todavía están pecando cuando mueren.

4 ¿Y cómo predicarán sin que sean enviados? Los que son enviados a predicar son los pies de Cristo. Para predicar hay que ser especialmente enviado por el Espíritu de Dios, a predicar a un pueblo concreto en un momento determinado, y predicar sólo con palabras que han oído del Espíritu cuando hablen. Jesús nos dijo: "Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies". Mat 9:38. Ser entrenado por un Instituto Bíblico o seminario y luego enviado por la organización de una secta, no es para ser enviado por Dios. Primer el hombre debe aprender todas las cosas por el Espíritu de Dios, debe ser entrenado a la perfección por el Espíritu Santo, especialmente dotado con la vocación de predicador, especialmente enviado por el Espíritu de Dios, y después ser proveído con las palabras para hablar por el Espíritu de Dios; de lo contrario el hombre no es un ministro de Cristo, sino un ministro de Satanás. Profetizar es edificar, exhortar, y consolar. 1 Cor 14:3.... ‘Yo no enviaba a aquellos profetas, pero ellos corrían [a ustedes]. Yo no les hablaba, pero ellos profetizaban. Si hubieran estado en mi consejo secreto, entonces habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras. Jeremías 23:21-22.... Entonces Jehovah me dijo: --Mentira profetizan los profetas en mi nombre. Yo no los he enviado, ni les he mandado ni les he hablado.1 Os profetizan visión mentirosa, adivinación vana y el engaño de sus propios corazones. Jer 14:14.

5 La fe viene por el oír, y oír la palabra de Dios. Este es un versículo crucial para entender lo que es la fe. La palabra (Verbo) de Dios es el nombre de Cristo, Juan 1:1, Apoc 19:13-16; y Pablo nos acaba de decir en Rom 10:8 que él predica la palabra de fe que está en su corazón. De modo que la fe es oír la palabra de Dios desde el interior de su corazón, y reconocerlas como el Espíritu de Dios hablándole a usted, o Cristo hablándole a usted; y creerlo lo suficiente como para obedecer. Por lo tanto el creer es: creer [confiar, depender, obedecer], en la palabra, Cristo, oída en su corazón. Bienaventurados los que oyen a palabra de Dios y la guardan [la practican, obedecen]. La cristiandad quisiera que usted creyera que oír a alguien leer las palabras de la Biblia es oír la palabra de Dios, y si usted las cree, usted es un "creyente." Pero ésto sólo resulta en una creencia en un libro y una fe en las palabras de un libro. Sin embargo Pablo nos ha dicho que la fe viene por el oír la palabra, la cual se encuentra en nuestro corazón; de modo que para tener una fe real, usted debe oír a Cristo desde el interior de su corazón y creer que aquel a quien usted oye es el Hijo de Dios; y creer lo suficiente como para obedecer completamente.

Hay dos clases de fe, y ambas tienen a Cristo como su objeto:

  1. estar de acuerdo con la historia en la Biblia que Jesús era el Hijo de Dios, nacido de una virgen, resucitó de los muertos, subió al cielo, etc.; esa es fe bíblica externa,

  2. oír la Palabra de Dios, la cual está en su corazón para que usted la obedezca esta es la palabra de fe que los apóstoles predicaron. Oír y obedecer a Jesús hablarle a usted desde el interior de su corazón es fe operacional, fe interna, fe que le es dada a usted por Jesús mismo. Con obediencia persistente a los mandatos que oímos de Dios dentro de nuestro corazón, esta fe en el interior justifica, purifica, redime, hace recto, santifica, y salva; para darle paz, gozo, y justicia en unión y comunión con Cristo y el Padre — esto es ver y escuchar a su amado, viviendo una vida santa que le agrada a Él.

El cristianismo enseña incorrectamente que la fe viene por la creencia en el mensaje de la Biblia; si es así, entonces ¿cómo tuvieron fe Enoc, Noé, Job, Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, etc., cuando las escrituras todavía no se habían escrito? Si alguien le dice que "la fe viene al oír los versículos de la Biblia (la palabra de Dios de acuerdo con ellos)," ¿no han ellos cortado a Cristo de ser el autor y consumador de la fe, al hacer la Biblia su fuente de fe en vez de la voz viviente que habla del cielo, Cristo el Dios viviente? Si la gente insiste que los versículos de la Biblia son la "palabra de Dios", ¿no han ellos reemplazado a Cristo con la Biblia — haciendo la Biblia su regla, su juez, su fuente de discernimiento, su autoridad — no han hecho de la Biblia su Dios? Piénselo, aunque sea una triste conclusión a la que llegar. En vez de tener a Cristo como la Luz y Palabra viviente dentro de ellos para que sea su maestro, guía, autoridad, regla y Dios; su fe está en la Biblia, como James Parnell, el mártir cristiano de 18 años de edad.

Pablo declara claramente que debemos ser enseñados al oír a Jesús hablándonos:

no os conduzcáis más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes,
teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón.
Una vez perdida toda sensibilidad [remordimiento de conciencia], se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda clase de impurezas.
Pero vosotros no habéis aprendido así a Cristo;
si en verdad le habéis oído y habéis sido enseñados en él, así como la verdad está en Jesús. Efe 4:17-21
.

Bueno y recto es Jehovah; por eso él enseñará a los pecadores el camino.
Encaminará a los humildes en la justicia y enseñará a los humildes su camino. Sal 25:8-9


Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos. Sal 32:8

Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad ... y os hará saber las cosas que han de venir. Juan 16:13-14

Pero el Consolador, quien es el Espíritu Santo, y a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas. Juan 14:26

Entonces no un libro acerca de Jesús, sino Jesús mismo, quien es la fuente y el autor de su fe: la fe verdadera, de la cual Jesús es el autor y consumador de nuestra fe, Heb 12:2. Por medio de la obediencia a la palabra, es decir Jesús, usted obtiene fe: porque Jesús llegó a ser Autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. Heb 5:9.

La mayoría de las Biblias en inglés traducen este versículo "palabra de Cristo" en vez de "palabra de Dios"; haga clic aquí para ver. Esto también muestra que el original griego (haga clic aquí para el comentario en inglés) podría haberse traducido correctamente de la siguiente manera:

Consecuentemente la fe viene por el oír, y lo que se oye viene por la palabra predicada de Cristo (y Cristo es el que habla).

Vea las notas en esta página web en inglés, que dicen: 1) la palabra hablada es mucho más probable, 2) los escribas de los primeros manuscritos eran mucho más propensos a cambiar la traducción de Cristo a Dios, y 3) podría fácilmente haber sido traducido de manera correcta como: Cristo es el que habla.

Ahora, debe saber que los eruditos* de la religión organizada (hombres estudiados, no Cristo) y los monjes católicos romanos eran los que hacían las traducciones y copiaban los manuscritos, y ninguno de ellos tenía idea de lo que era la verdadera esperanza o las promesas de Cristo, vea Juan 14 y Juan 17; por lo tanto, el prejuicio de su entrenamiento religioso y las creencias preconcebidas de su orden se reflejaban en las palabras que escogían. Pero debido a que "la palabra de Dios" es el nombre de Cristo, y debido a que Pablo dijo que él predicó la palabra de fe en sus corazones, es claro que Pablo estaba explicando la Palabra, Cristo, oída en su corazón. Aún la Biblia se refiere a las las escrituras como escrituras y a Jesús como la palabra de Dios. A pesar de los sutiles errores en las traducciones bíblicas, recuerde que los primeros cuáqueros sólo tenían la versión King James de 300 años atrás; ésta fue suficiente para que miles de ellos alcanzaran la pureza, la unión con Dios, y entraran en el reino de los cielos mientras estaban vivos en la tierra.

* En los siglos 16 y 17, los eruditos religiosos que tenían conocimiento del griego, hebreo y latín, eran conocidos como "divinos" porque supuestamente tenían las lenguas celestiales. Jorge Fox ridiculizó esto, diciendo que "si saber los tres idiomas lo hace a uno divino, entonces Pilato era divino porque puso un letrero en la cruz de Jesús, escrito en los tres idiomas, que decía: JESÚS DE NAZARET, REY DE LOS JUDÍOS."

La palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros, enseñándoos y amonestándoos los unos a los otros en toda sabiduría con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando con gracia a Dios en vuestros corazones. Col 3:16.

Sólo esto quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber oído con fe? Gál 3:2

El que os suministra el Espíritu y obra maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír [lo que se le dice] con fe? Gál 3:5.

De la Palabra del Señor en el interior: "La fe es una serie revelaciones." Usted se sienta y espera a Dios, escuchando, velando, y después obedeciendo. Las palabras habladas por Él imparten la vida de Dios en su corazón, Juan 6:63. Usted crece en la fe con cada revelación que recibe. Por la gracia de sus revelaciones Jesús se convierte en el autor de fe, y finalmente perfecciona su fe, hasta que usted alcanza la salvación, (libertad del pecado), y después la unión con Dios y con Cristo. Usted debe seguir oyendo y obedeciendo hasta que su naturaleza pecaminosa haya sido crucificada en la cruz interna de la negación propia, para entonces recibir la fe como parte del fruto del Espíritu, que lo libera de la ley y lo justifica. Usted debe contender por la fe, crecer en la fe, edificar su fe, aumentar en fe, perfeccionar lo que falte en su fe, pelear la buena batalla de la fe, hasta llegar a la victoria, cuando su fe sea consumada por el consumador; la fe es un proceso y una caminata, cuyo fin es ver a Cristo trayéndole la salvación, para darle la vida eterna.

Por la gracia de su revelaciones Jesús se convierte en el autor de su fe, aumenta su fe, y finalmente perfecciona su fe, hasta que usted alcanza la salvación, (libertad del pecado), y después la unión con Cristo y con Dios. Cuando usted está en unión con Dios y con Cristo, usted ya no camina por vista; más bien camina en la fe, oyendo del Espíritu cada una de las palabras que debe hablar, y el Espíritu le muestra cada cosa que debe hacer, y es vigorizado por el Espíritu — por lo tanto usted está haciendo la obra de Dios, cumpliendo el propósito con el cual él lo creó. Este caminar en la fe es caminar en la luz, el amor, y la vida; caminando en la ley real de amor; sobrepasando la ley porque usted está bajo completo control del dador de la ley; ya no camina en la carne restringida, sino camina como parte del cuerpo de Cristo, completamente bajo en control de la cabeza de la única iglesia, Jesucristo.

6 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! Por toda la tierra ha salido la voz de ellos; y hasta los confines del mundo, sus palabras.
Pablo se refiere a Salmos 19:

Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día comunica su mensaje al otro día, y una noche a la otra declara sabiduría.
No es un lenguaje de palabras, ni se escucha su voz;
pero por toda la tierra salió su voz y hasta el extremo del mundo sus palabras. Sal 19:1-4

Pablo está hablando de las palabras del Espíritu del Señor oídas por toda la tierra, hasta los confines del mundo; esta no es una predicación de los apóstoles. El continente americano no había sido descubierto durante el tiempo de Pablo y los apóstoles, por lo tanto ellos no podían ir por toda la tierra. Hay lugares remotos en la tierra que los misioneros todavía no han penetrado. Además, mire lo que dice el versículo 16 de este capítulo: Pero no todos obedecieron el evangelio, porque Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje? Rom 10:16. Isaías estaba hablando acerca de la gente que no obedecía el evangelio varios años antes de Cristo. Aún a Abraham le fue predicado el evangelio: Y la Escritura, habiendo previsto que por la fe Dios había de justificar a los gentiles, predicó de antemano el evangelio a Abraham, diciendo: "En ti serán benditas todas las naciones." Gál 3:8.

Col 1:23 dice que todos los hombres, en todo el mundo, han tenido (verbo pasado) el evangelio predicado a ellos: "por cuanto permanecéis fundados y firmes en la fe, sin ser removidos de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual ha sido predicado en toda la creación debajo del cielo. De este evangelio yo, Pablo, llegué a ser ministro." Col 1:23. Ahora, si el evangelio, (el cual es un misterio), fue predicado a todos los hombres, como este versículo declara abiertamente: el evangelio, que ustedes han oído, y que ha sido predicado a toda criatura debajo del cielo, entonces la mayoría de la predicación debe haber sido realizada por el Espíritu de Cristo mismo. El evangelio es un misterio.

Jorge Fox expande el concepto del evangelio predicado universalmente, al rehusar la doctrina falsa de la predestinación:

aquel que ilumina a cada hombre que viene al mundo, ilumina a estos [las naciones de Esaú y de Ismael, y los egipcios y Babilonia] como también a otros; y su gracia que ha sido manifestada a todos los hombres, ha sido manifestada a éstos de la misma manera que a los otros; y si ellos no creyeron en ella ni la recibieron, ella sería un testigo en contra de ellos, y ellos serían dignos de juicio y condenación; de otra manera ¿cómo juzgará Dios al mundo en justicia, de acuerdo al evangelio, que es el poder de Dios, si el evangelio no es predicado, ni está en cada criatura bajo el cielo; y si Cristo no ha probado la muerte por cada hombre que estaba muertos en el viejo Adán, para que ellos pudieran creer y acercarse a Dios? Pero la luz del evangelio, que ilumina a cada hombre que viene al mundo, y la gracia de Dios en el evangelio, que trae salvación, se ha manifestado en todos; y Dios ha derramado su espíritu sobre toda carne en su nuevo pacto, para que toda carne pueda ver la salvación de Dios.

................. (y más adelante en el mismo documento)

Porque Ismael y Esaú tenían el pacto de la circuncisión, en la carne, como se dijo antes, un tipo del nuevo pacto y circuncisión en el espíritu. Y el evangelio les fue predicado, y fue predicado a toda criatura bajo el cielo.

Y Caín tuvo su día de visitación; porque el Señor le dijo que si hacía lo bueno sería enaltecido; y si no lo hacía, el pecado estaría a la puerta:’ de modo que hubo una promesa de Dios a Caín, si él la hubiera creído y recibido; por lo tanto su destrucción a causa de sí mismo. Y así fue en el mundo antiguo, por afligir el buen espíritu de Dios, y no recibir la predicación de Noé el justo, quien fue un predicador de justicia; y por lo tanto, su destrucción y condenación vinieron sobre sí mismos, por alejarse del espíritu de Dios en sí mismos, y no considerar a Noé, este predicador justo.

....................................... y en este documento: A todos los que dicen ser cristianos:

Porque ‘Cristo ha iluminado a todos,’ para que puedan ver, y derramó su espíritu sobre todos, para que puedan entender y obedecer. El apóstol dice: ‘él ha probado la muerte por todos, y es una propiciación por los pecados de todo el mundo; y el evangelio, que es el poder de Dios, es predicado a toda criatura bajo el cielo;’ de modo que nadie tiene excusa, y Dios es justo y recto en su manera de juzgar al mundo, porque todos han tenido una visitación de la luz, la gracia, el espíritu y el evangelio de Dios.

Y así, el evangelio fue predicado también en el hombre, cuando el Espíritu de Dios visita al hombre, en el día de su visitación, que todos los hombres tienen. Esta es más evidencia que la fe viene por el oír a Cristo, la palabra de Dios, que le habla desde el interior de su corazón. Como dijo Jesús: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo. Apoc 3:20. Dios es justo. Dios es recto. Él quiere tocar de la misma manera en el corazón de cada hombre. Él visita a cada hombre. Él razona con todo hombre. Cada hombre tiene su oportunidad. El día de visitación puede venir de un predicador verdadero, con palabras habladas o escritas que son proporcionadas por el Espíritu de Dios, o directamente en el corazón del hombre de parte del Espíritu de Cristo. En el juicio, cada hombre recordará su día de visitación.

El evangelio eterno, el misterio, es explicado por el gran cuáquero, Isaac Penington:

"'Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Adorad al que hizo los cielos y la tierra,' Apoc 14:7.

usted, sin lugar a dudas, ha encontrado el evangelio, el evangelio eterno."

El misterio que había estado oculto desde los siglos y generaciones, pero que ahora ha sido revelado a sus santos. Col 1:26. Y lo cierto es que el cristianismo de hoy en día, (que no tiene ningún santo), no tiene idea de lo que es el evangelio. Ni siquiera están conscientes de que el evangelio es un misterio. Ellos piensan que es "Jesús salva" o los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Tenga ánimo: No hay nada encubierto, excepto por lo que debe ser revelado. Mat 10:26, Lucas 12:2. Busque y siga buscando, con todo su corazón y toda su alma, y usted encontrará. Usted oirá el evangelio que le es predicado a usted por Cristo dentro de su corazón. El evangelio es el ministerio del Espíritu para liberarlo completamente del pecado, a medida que usted se arrepiente de sus viejos caminos de egoísmo en la cruz interna de la negación propia; para ser lavado, limpiado, y purificado; para entonces ser trasladado al reino de Cristo; y después vivir en unión con Cristo y con Dios, en la tierra y para siempre.

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