Romanos 2 Capítulo Anterior | Próximo Capítulo 1 Uno pudiera pensar que este capítulo por sí mismo podría infundir suficiente duda como para silenciar a aquellos que andan diciendo que no hay pecado y que no hay ley para los que creen en Jesús. Este capítulo señala claramente que el hombre debe arrepentirse; que si él comete algún acto impío, o desobedece la verdad, o desobedece la justicia, ese hombre debe sufrir aflicción, angustia, la ira de Dios, y la indignación de Dios; y que todos los hombres son juzgados por sus obras; y que Dios no muestra parcialidad hacia ningún hombre. Esto describe al Dios verdadero, justo y santo de juicios justos e imparciales — no el Dios del cristianismo que supuestamente muestra parcialidad, excusando a los pecadores privilegiados que creen en Jesús, mientras condena a todos los otros. De la Palabra del Señor en el interior: "¿Estás de acuerdo con cualquiera que en su arrogancia haya declarado que Dios excusa el mal en los creyentes? No es justo, pero a ellos no les importa. Por su despliegue evidente de pecado, los cristianos causan que mi nombre sea blasfemado entre la gente. Este pueblo ya no me representa; ellos han causado gran indignación." Los capítulos y versículos siguientes de Romanos que la cristiandad usa para su supuesto cristianismo, no están en conflicto con los versículos en este capítulo; pero la interpretación del cristianismo de estos versículos está completamente en conflicto con este capítulo. Todas las escrituras son compatibles, y si usted tiene que ignorar algunos versículos para creer en otros versículos selectos, entonces su creencia es errónea. Pero si el cristianismo admitiera que no pueden resolver todos los conflictos entre los versículos de la Biblia, entonces ellos estarían admitiendo que son guías ciegos, que llevan a sus miles de millones de seguidores hacia el hoyo. Estos versículos malinterpretados de Romanos son explicados, (vea el comentario y notas de cada versículo que es cuestionado), acerca de cómo son compatibles con este versículo. Pero primero lea este capítulo cuidadosamente; es la simple postura de Pablo, que define el pecado y sus consecuencias para todos los hombres, antes de discutir algunos temas complejos de la salvación, el pecado, la fe, y la ley. Pablo estaba escribriéndole a cristianos muy maduros que ya habían sido liberados del pecado, cuyos corazones habían sido circuncidados, y que estaban esperando la unión final con Cristo, para que ellos fueran para siempre perfeccionados y santificados, protegidos de caer otra vez en el pecado. Cristianos que leen el capítulo siguiente, oigan, hagan caso, abran su corazón a la verdad; no sean como aquellos que describe Ezequiel: He aquí que para ellos tú eres como una hermosa canción de alguien que tiene una voz agradable y que toca bien su instrumento, porque ellos oyen tus palabras, pero no las ponen por obra [obedecen]. Eze 33:32 1 Por lo tanto, no tienes excusa, oh hombre, no importa quién seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo, pues tú que juzgas haces lo mismo.1 2 Pero sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que practican tales cosas. 3 Oh hombre que juzgas a los que practican tales cosas y haces lo mismo, ¿supones que escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su bondad, paciencia y magnanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? [¡Pongan atención! Jesús dijo dos veces: ¡Arrepiéntanse o perezcan! Lucas 13:3,13:5. El alejarse del mal es básico para buscar a Dios; el pecado es transgresión de la ley justa de Dios en el corazón de cada hombre: ama a tu prójimo como a ti mismo; no robar, no cometer adulterio, (y toda inmoralidad sexual); no mentir; no codiciar; no matar; y honra a tu padre y tu madre; hacer por otros lo que quisiéramos que hicieran por nosotros. Si usted espera, vela, y lo oye, la gracia le enseña qué negar, cómo vivir una vida piadosa, y después quita aún el deseo de pecar de su corazón. Para leer los muchos versículos de la Biblia que hablan acerca del arrepentimiento haga clic aquí.] 5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, acumulas sobre ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios. [¡Ponga atención! Cada hombre tiene un día de visitación del Espíritu de Dios, que suavemente le ruega que cambie sus caminos. El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: Las palabras que he hablado [a él] le juzgará en el día final. Juan 12:48. El castigo por no arrepentirse es la ira de Dios. Pero si usted hace caso y obedece sus palabras, él derrama más palabras y Espíritu sobre usted. Hechos 5:32, Prov 1:23,33.] 6 Él recompensará a cada uno conforme a sus obras: [Cada hombre es cada hombre, incluyendo aquellos que creen en Jesús; cada hombre es juzgado de acuerdo a sus palabras y sus obras, ya sean buenas o malas. Mat 16:27,12:36-37, Rom 2:6,14-16, Jer 17:10, 2 Cor 5:10, Pro 24:12, Apoc 2:23,20:13. No hay pases libres para escaparse de los juicios justos, equitativos, justos, perfectos, puros, y rectos de Dios. De la Palabra del Señor en el interior: "Sin obediencia no tienes nada; lo siento, no hay comodines en el campamento. Ningún hombre es promovido o excusado cuando repite el pecado." La esperanza nos motiva para exponernos a nosotros mismos a los mandatos de Dios; somos salvos por medio de la fe, la cual es creer en lo que oímos; la evidencia de fe es obediencia a lo que se oye; la evidencia de obediencia es tener obras como se nos ordena; somos juzgados, no por la fe, sino por obras o acciones.] 7 él le dará la vida eterna a los que por su perseverancia en las buenas obras2 buscan gloria, honra e incorrupción; [Recuerde este versículo. Para poder proteger su supuesto cristianismo, la cristiandad deliberadamente ignora este versículo; ellos ignoran la distinción entre obras de la ley y las buenas obras. Las obras de la ley no cuentan para nada. Las obras de la ley son las ofrendas de granos, las ofrendas de corderos, las ofrendas de bueyes, los lavamientos, no comer ciertos alimentos, la circuncisión, los diezmos, los sábados, la celebración de los días, festivales, etc.; estas son las obras muertas de la ley, que la mente carnal y la voluntad del hombre deciden cuándo se deben hacer. Las buenas obras son obras de amor hacia Dios y otros hombres, comenzando con el arrepentimiento del mal, lo cual es amor a la verdad.] 8 pero para aquellos que son egoístamente ambiciosos [egoístas], y no obedecen la verdad, sino que obedecen la injusticia; ellos reciben indignación e ira; [¡Tome nota otra vez! No obedecer la verdad es pecar. Obedecer la injusticia es pecar. Al obedecer la verdad su alma es purificada. 1 Ped 1:22 . Todavía hay pecado. Todavía hay obediencia que lleva a la justicia. Rom 6:16. Todavía está la ira de Dios que viene sobre el desobediente; esta ira ocurre no sólo en la próxima vida, sino también esa una maldición continua en esta vida porque aquellos que pecan permanecen en el estado maldecido y caído de Adán, y que no son reunidos con Dios y con la luz de la vida de Dios, que todavía están apartados por comer del árbol de la vida — el cual, cuando el pecado ha sido crucificado en el hombre, llega a disfrutar otra vez. La indignación y la ira son la furia de Dios que viene sobre los pecadores, especialmente los pecadores que piensan que Jesús es su excusa para continuar pecando. De la Palabra del Señor en el interior:
9 aflicción y angustia sobre cada persona que hace lo malo [que peca], de los judíos primero y también de los gentiles; [¡Tome nota otra vez! Todavía existe el mal. El pecado todavía existe. La ley define el pecado y el mal, de manera que todavía hay ley. Todo hombre tiene la ley moral escrita en su corazón, por medio de la cual Dios juzgará a todos los hombres de la misma manera, Rom 2:6 más arriba, Rom 2:8-16 más abajo; Dios no muestra parcialidad hacia ningún hombre. Rom 2:11 más abajo. Todo hombre que continúa pecando recibirá furia indignación, ira, angustia, y aflicción de Dios; todo hombre incluye aquellos que creen en Jesús. ¡Todo hombre será juzgado por sus obras, (vea el versículo 6 más arriba), ya sean malas o buenas! Jesús no es su pase libre para salir del infierno. Despierten, ustedes que se llaman a sí mismos cristianos; ustedes han sido totalmente engañados por lobos voraces vestidos de ovejas, acerca de quienes nos advirtió tanto Jesús como Pablo.] 10 pero gloria, honra y paz son para todo aquel que obra el bien,3 al judío primero y también al gentil. [Para poder proteger su supuesto cristianismo, la cristiandad ignora deliberadamente este versículo y muchos otros; ellos ignoran la distinción entre obras de la ley y buenas obras, vigorizadas y motivadas por la fe obediente; esas obras son esenciales. Las obras de la ley no cuentan para nada. Las obras de la ley son las ofrendas de granos, las ofrendas de corderos, las ofrendas de bueyes, los lavamientos, no comer ciertas comidas, la circuncisión, los diezmos, los sábados, las celebraciones de días, festivales, etc.; estas son las obras muertas de la ley, que la mente carnal y la voluntad del hombre deciden cuándo se deben hacer. Las buenas obras son obras de amante obediencia a lo que Dios le ordena a usted que haga. La primera obra que se le ordenará hacer son obras de arrepentimiento; cuando acabe, sus obras mostrarán la justicia y el amor de Dios al mundo.] 11 Pues no hay distinción de personas delante de Dios. 12 Así que todos [los no judíos] los que pecan* sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos [los judíos] los que pecan teniendo la ley, por la ley serán juzgados. [Pablo nos está diciendo que debemos llegar a estar libres de pecado antes de morir, o pereceremos; llegar a ser libres de pecado es el evangelio de Jesucristo — vayan a todas las naciones y prediquen del arrepentimiento con la liberación de la esclavitud (remisión) de pecados. Pablo le está escribiendo a cristianos muy maduros en Roma. Pablo le está diciendo a los cristianos que si ellos pecan, perecerán. Todos los que pecan (continúan pecando), perecerán - todos significa todos, aún aquellos que creen en Jesús. La única manera en que usted puede escapar de las consecuencias del pecado es al seguir los mandamientos morales de la ley, negándose a sí mismo, y tomando la cruz para seguir a Jesús cada día. Si usted hace eso, no perecerá; más bien tendrá la vida de Dios que no tiene comienzo o final, y usted llegará a ser libre de pecado para entrar en el reino de Dios para estar en unión con Dios, mientras estamos en la tierra y después para siempre. * En el original griego de este versículo, la palabra "pecado" tenía el tiempo griego aorista, (un tiempo variable), y fue traducido incorrectamente como "los que han pecado," excepto en la Nueva Versión Internacional. Si todos los que han pecado perecen, entonces todo perecen, lo cual no es así, ya que aquellos que llegan a ser libres de pecado mientras todavía están en la tierra, entran en el reino para recibir la vida eterna en unión con Dios como hijo de Dios, lo cual es las buenas nuevas que Jesucristo vino a predicar.] 13 Porque no son los oidores de la ley los que son justificados delante de Dios, sino que los hacedores de la ley [los obedientes] serán justificados. [Pablo nos está diciendo a todos que si no somos obedientes a la ley, no seremos aceptables ante Dios; aún los gentiles (no judíos), sin la ley de Moisés, serán juzgados por su obediencia a la ley moral escrita en los corazones y las conciencias de todos los hombres. Ellos serán juzgados por el registro que está en sus conciencias de los pensamientos, los cuales los acusan o los excusan.] 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley practican [obedecen] por instinto las cosas contenidas en la ley, estos hombres que no tienen la ley, son ley para sí mismos. 15 Ellos muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, mientras que su conciencia también da testimonio; mientras que sus pensamientos los acusan o los excusan.4 [Esta ley está escrita en el corazón de cada hombre. Nos hace sentirnos mal cuando mentimos, robamos o mostramos falta de respeto a nuestros padres. Esta ley incluye las leyes morales externas: no robar, no mentir, no codiciar, no asesinar, no cometer adulterio, (y toda inmoralidad sexual), honrar a su padre y a su madre, todo lo que queráis que los hombres hagan por vosotros, así también haced por ellos, etc. Todo hombre será juzgado de acuerdo a esta ley; ningún hombre será exento de esta ley por ninguna razón, y nunca ha sido anulada ni cancelada. La ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive, Rom 7:1; la ley es nuestro tutor hasta que hemos crucificado nuestra naturaleza pecaminosa en la cruz interna de la negación propia. Las leyes morales de la ley interna exceden las leyes morales externas (Mosaicas) porque, como Jesús dijo, él vino a cumplir la ley; y entonces Él nos dijo cómo debía ser fortalecida, lo cual la ley interna refleja. La ley interna fortalecida puede ser entendida como habiendo sido violada cada vez que usted exhibe un fruto de la carne, los cuales incluyen: inmoralidad sexual, impureza, codicia, indecencia, tonterías, bromas groseras, obscenidad, adulterio, desenfreno, hechicería, odio, peleas, celos, iras, ambición egoísta, divisiones, envidias, homicidios, borracheras, fiestas, malos pensamientos, fornicaciones, iniquidad, engaño, blasfemia, orgullo, enojo, jactancia, lisonja, falta de modestia, inmoralidad, e insensatez. Cualquiera de estas cosas descalifica a cualquier hombre del cielo. De la Palabra del Señor en el interior: "La ley está en el corazón de cada hombre, y debe ser obedecida; la ley suprema — nunca ha sido cancelada. Haz tu mejor esfuerzo para seguir los mandamientos morales de la Biblia. No puedes ignorar los mandamientos morales y ser cristiano. Tú debes tener una devoción por la ley que está en el corazón de cada hombre; tú debes oír; y debes obedecer. Ponte en guardia todo el tiempo para asegurarte que tus palabras no reflejen los frutos de la carne."] 16 Todo esto ocurre en el día cuando Dios juzgará los secretos de los corazones de los hombres por medio de Cristo Jesús. 17 He aquí, tú tienes nombre de ser judío, te apoyas en la ley y te glorías en Dios. 18 Tú conoces su voluntad y apruebas lo que más vale, porque estás instruido en la ley. 19 Tú estás persuadido de que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20 instructor de los que no saben, maestro de niños, teniendo en la ley la completa expresión del conocimiento y de la verdad. 21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 22 Tú que hablas contra el adulterio, ¿cometes adulterio? Tú que abominas a los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23 Tú que te jactas en la ley, ¿deshonras a Dios con la infracción de la ley? 24 Porque como está escrito: El nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre las naciones. 25 Porque la circuncisión aprovecha en verdad, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión ha llegado a ser incircuncisión. 26 De manera que, si el incircunciso cumple los justos preceptos de la ley, ¿su incircuncisión no será considerada como circuncisión? 27 El que físicamente es incircunciso pero guarda completamente la ley, te juzgará a ti, que con la letra y con la circuncisión eres transgresor de la ley. 28 Porque no es judío el que lo es en lo visible, ni es la circuncisión la visible en la carne; 29 sino más bien, es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, por el espíritu5 y no por la letra. La alabanza del tal no proviene de los hombres, sino de Dios. [El Espíritu circuncida su corazón, cortando los pecados a medida que usted espera a Dios para recibir su gracia que tanto culpa de pecado como después quita el pecado, purificando a un pueblo peculiar, ferviente para buenas obras. Leer acerca del pecado en la Biblia no quita el deseo de pecar de su corazón; sólo el Espíritu hace eso.] Capítulo Anterior | Próximo Capítulo |
1 No juzguéis, para que no seáis juzgados. Esto no significa que usted no puede distinguir entre el buen comportamiento y el malo; esto no significa que usted no puede distinguir entre las doctrinas erróneas y las correctas. Esto significa que usted no debe criticar a otras personas porque su crítica es un juicio sobre esa otra persona. Esto no significa que usted no puede escribir o hablar acerca de algo que en general está equivocado, que es una mentira, un error, o un pecado; sólo significa que usted no debe criticar a otras persona. Cuando usted tiene una medida suficiente del Espíritu de Dios dentro de usted, usted puede ser inspirado con palabras de Dios para juzgar a alguien en particular; pero no sería usted el que está juzgando, sería Dios. Así como Jesús mismo no juzgó:
La razón por la cual usted no puede criticar a otros es porque cada hombre tiene un montón de problemas, y sólo el Señor sabe qué problemas tratar y en qué orden. Usted puede ver algún problema obvio, pero no puede ver los muchos otros que no son aparentes; y es posible que haya otros problemas que tengan que ser atendidos y de los cuales haya que arrepentirse primero, antes de que se pueda lidiar con los problemas que se pueden ver. Sólo el Señor sabe en qué orden deben ser atendidos los problemas en cada hombre, y sólo el Señor puede darle a la persona la fortaleza para llegar a ser diferentes. De modo que a menos que usted sea inspirado por el Espíritu de Dios en cuanto a exactamente qué decir y cuándo, y a menos que el Espíritu de Dios esté a su lado para impartirle fortaleza a esa persona, cualquier crítica es totalmente inefectiva. Cuando usted critica a otros, usted sólo está endureciendo sus corazones para que no oigan los verdaderos juicios de Dios, y por lo tanto usted es condenado en proporción a los problemas que usted cause. De la Palabra del Señor en el interior: "Nunca hables con críticas acerca de ningún individuo u organización, no importa cuánto merezcan ser criticados."
Cuando juzgas a los demás, juzgas la ley; cuando juzgas la ley, te has juzgado a ti mismo como el juez; cuando te conviertes en juez, has robado el papel y el derecho de Dios. Así es como te juzgaste a ti mismo. Si mueres sin haber entrado en el reino mientras estás en la tierra, en la siguiente vida cada juicio que hiciste al criticar a alguien o al causar daño a alguien se repite contigo sintiendo el dolor emocional y/o físico que hiciste que alguien sintiera; su juicio de todos es completamente sentido por usted en cada detalle. Por lo tanto, te juzgaste a ti mismo.
En especial usted no debe juzgar a alguien que esté fuera de la iglesia; de acuerdo con Pablo: Tú, ¿quién eres que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie o cae; pero será afirmado, porque poderoso es el Señor para afirmarle. Rom 14:4. Pero con respecto a aquellos que están dentro de la iglesia, usted debe ser cuidadoso en no asociarse con aquellos que exhiben impiedad continuamente: Pero ahora os escribo que no os asociéis con ninguno que, llamándose hermano [cristianos], sea fornicario, avaro, idólatra [cuya alma está dedicada a cualquier cosa que usurpa el lugar de Dios], calumniador, borracho o estafador. 1 Cor 5:11. Y el Señor nos dice cómo tratar con alguien dentro de la iglesia que esté pecando: ellos deben ser advertidos por una persona, después advertidos por dos o tres, después censurados por todo el cuerpo de creyentes — y si no se arrepienten de su error, deben ser expulsados y evitados, Mat 18:15-17.
2 De modo que Pablo nos dice que la perseverancia paciente en las buenas obras es necesaria. El mal entendimiento de las cartas de Pablo es la fuente del evangelio falso de la salvación instantánea, por "gracia." Por supuesto que somos salvos por gracia, eventualmente — pero no instantáneamente al decir alguna oración estándar o mojarse en el bautismo. Usted debe crucificar su naturaleza egoísta en la cruz interna de la negación propia, como Pablo hizo, para obtener salvación. Las obras sin fe no cuentan para nada. Usted no puede ser justificado sin fe en Cristo, quien ilumina a todos los hombres en el mundo. La fe sin obras no cuenta para nada. Usted no puede decir "yo creo" y vivir en su naturaleza pecaminosa sin obediencia. Las obras de amor vigorizadas por la fe, son estimadas y requeridas por Dios. Pedro advirtió que la gente malentendía las cartas de Pablo 2000 años atrás y que las tergiversaban, lo cual los llevaba a su propia destrucción, y les dijo que no fueran descarriados por el error de los impíos, 2 Pedro 3:15-18. El error de los impíos es presumir la salvación en vez de experimentar ellos mismos el ser liberados del pecado; el error cometido por aquellos que tergiversan las cartas de Pablo es excusar la impiedad por medio de una supuesta gracia que les da licencia para continuar pecando sin penalidad hasta la muerte. De la Palabra del Señor en el interior: "Abraham voluntariamente se expuso a sí mismo a los mandatos de Dios." Así también nosotros debemos esperar a Dios, velar, y escuchar en silencio los mandatos que Él nos da. La esperanza nos motiva a exponernos a los mandamientos de Dios; somos salvos por medio de la fe, la cual es creer lo que oímos; la evidencia de fe es obediencia a lo que se oye; la evidencia de obediencia es tener obras como se nos ordena; somos juzgados, no por la fe, sino por obras o acciones.
El error de los impíos es presumir la salvación en vez de experimentar ellos mismos el ser liberados del pecado; el error cometido por aquellos que tergiversan las cartas de Pablo es excusar la impiedad por medio de una supuesta gracia que les da licencia para continuar pecando sin penalidad hasta la muerte. De la Palabra del Señor en el interior: "Abraham voluntariamente se expuso a sí mismo a los mandatos de Dios." Así también nosotros debemos esperar a Dios, velar, y escuchar en silencio los mandatos que Él nos da.
3 Pero la gloria, el honra y la paz, son para todo aquel que obra el bien. Las obras son necesarias; obre haciendo el bien. ¿Cuántas obras? Tantas como el Espíritu de Dios le mande a hacer. ¿Cómo se reciben los mandamientos del Espíritu de Dios? Al escuchar silenciosamente, en humildad, paciencia, esperando al Señor para que le enseñe y le mande — y después creyendo que es él, y obedeciendo. De la Palabra del Señor en el interior: "Abraham voluntariamente se expuso a sí mismo a los mandatos de Dios." Así también nosotros debemos esperar a Dios, velar, y escuchar en silencio los mandatos que Él nos da, y entonces debemos actuar de acuerdo a ellos; esa es la fe operacional.
4 Porque cuando los gentiles que no tienen ley practican [obedecen] por instinto el contenido de la ley, estos hombres que no tienen la ley, son ley para sí mismos. Ellos muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, mientras que su conciencia concuerda en su testimonio; y sus razonamientos se acusan o se excusan unos a otros. Esta ley está escrita en el corazón de cada hombre. Nos hace sentirnos mal cuando mentimos o robamos. Esta ley incluye las leyes morales externas: hazle a otros como tú quieras que ellos hagan contigo, no robar, no mentir, no codiciar, no matar, no cometer adulterio, (y toda la inmoralidad sexual), honra a tus padres, y ama a tu prójimo como a ti mismo. Todo hombre será juzgado de acuerdo a su ley; ningún hombre es excusado de esta ley, y ella nunca sido anulada o cancelada. Hermanos (hablo con los que conocen la ley), ¿ignoráis que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive? Rom 7:1. Todos los pecadores que no tengan la ley perecerán. Cristianos, despierten; el pecado y el cielo se excluyen el uno al otro. Aún aquellos que están fuera de la ley serán juzgados por la ley moral en sus corazones, que los convence cuando mienten, roban, odian, engañan, etc. La obediencia a la ley moral es un requisito para recibir la guía del Espíritu Santo, que sólo es dado a aquellos que son obedientes. Hechos 5:32.
Pablo no se está refiriendo a las obras de la ley, como los sacrificios animales, como el diezmo, como los festivales, como no trabajar el sábado — esas cosas no cuentan, son obras de la carne. Pablo se refiere al código moral de la ley: hacer por otros lo que quisiéramos que hicieran por nosotros, amar a su prójimo, amar a Dios, no robar, no mentir, no codiciar, no cometer adulterio, (y toda inmoralidad sexual), etc. — estas cosas deben ser obedecidas para tener alguna esperanza de progreso espiritual. ¡Note! La ley moral no es las obras de la ley de las que habla Pablo: No es por obras, para que nadie se gloríe.
Jesús dijo: "No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir. De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido." Mateo 5:17-18. en el versículo que viene inmediatamente después Él nos da un ejemplo de cómo Él está fortaleciendo la ley para que sea cumplida, incluso excedida:
Claramente Jesús ha definido una ley mucho más fuerte; claramente Él insiste que nosotros excedamos la justicia de observar la ley de Moisés.
A pesar de que la sangre de Cristo hizo a la ley mosaica obsoleta, la ley interna en el corazón de todo hombre todavía está viva, nunca cancelada (y esta ley interna incluye el centro moral de la ley mosaica); y para ser liberado de la ley, que tiene dominio sobre él hasta su muerte, usted debe morir a la ley por medio de la ley descrita por Pablo en Rom 7:1,4-6,9. Usted se debe someter a Dios, condenando el pecado en su carne, con los mandatos que usted oye cuando lo espera a Él; y esos mandatos están establecidos como leyes en su corazón, los cuales usted debe obedecer y continuar obedeciendo hasta que usted esté crucificado, liberado de todo pecado.
De la Palabra del Señor en el interior:
Un discípulo crucificado produce el fruto del espíritu, el cual cumple la ley a medida que camina en el amor. El cielo y la tierra pasarán a medida que el discípulo está totalmente controlado por el Espíritu de Cristo y es trasladado al reino de los cielos en su interior. La Ley fue aplicada al hombre caído, quien perdió la vida y la guía de Dios por la caída de Adán en el jardín del Edén; ninguna ley se aplica al hombre que ha sido restaurado a la imagen espiritual de Dios.
Jorge Fox escribió del fin de la ley de Moisés:
Cristo no vino a quebrantar la ley; el apóstol dijo que la ley era buena en su lugar, y él la estableció; sin embargo el apóstol dice que el sábado era una sombra, pero el cuerpo era Cristo, y él los lleva a la ley en el corazón, en la mente, y allí él la estableció. Cristo no vino a quebrantar ni una jota ni una tilde de ella, sino (tome nota) a cumplirla; y él dijo: "ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido."... las ofrendas son cambiadas; la ley también es cambiada, y la ofrenda, Cristo Jesús, después de haber venido, la ley vino a estar adentro, y la circuncisión adentro; y Cristo, el reposo, es el Señor del sábado, y el reposo para el pueblo de Dios. Aquel que sostiene los sábados y las ofrendas, sostiene la circuncisión y las obras, y así mantiene alejada a la gente del cuerpo y la cabeza, en las señales y las sombras, y así en las obras de la ley, las cuales la ley ordena...Cristo es el fin de la ley para todo el que cree, en cada jota y tilde, e impresión de ella; y las señales y las sombras que fueron sostenidas por la ley, de la cual Cristo es el fin; sin embargo la vida de la ley, el poder, permanece, aunque las sombras y cosas externas que cambian, terminan, el cuerpo es lo que las hace terminar a todas.
La vida y poder de la ley permanece porque la ley sobreviviente llegó a ser la ley interna que está en el corazón de todo hombre.
El hacer tu voluntad, oh Dios mío, me ha agradado;
y tu ley está en medio de mi corazón. Salmos 40:8
William Dewsbury explica, además, la ley sobre el corazón:
Por lo tanto, cada uno que desee conocer el único y verdadero Dios y a Jesucristo a quien él ha enviado, lleven sus mentes hacia el interior, y examinen sus corazones, busquen y prueben sus caminos con la luz de Cristo Jesús que los ha iluminado a todos ustedes, que les muestra lo que es pecado en sus corazones, y que el orgullo y la codicia, el mentir y el jurar, la disimulación y el fraude, las conversaciones vanas y ociosas, las bromas necias y la incredulidad, son pecados. Ustedes saben en sus propias conciencias que estas cosas son pecados, por la ley justa de Dios en el corazón, que los reprende por ellos en secreto.
La ley en el corazón de todo hombre incluye el centro moral de la Ley Mosaica: no robar, no mentir, no codiciar, no asesinar, no cometer adulterio, (y toda inmoralidad sexual), honrar a su padre y a su madre, amar a su prójimo como a sí mismo, hacer por otros lo que quisiéramos que hicieran por nosotros, etc. Las leyes morales de la ley interna exceden las leyes morales externas (Mosaicas) porque, como Jesús dijo, él vino a cumplir la ley; y entonces Él nos dijo cómo debía ser fortalecida, lo cual la ley interna refleja. La ley interna fortalecida puede ser entendida como habiendo sido violada cada vez que usted exhibe un fruto de la carne, los cuales incluyen: inmoralidad sexual, impureza, codicia, indecencia, tonterías, bromas groseras, obscenidad, adulterio, desenfreno, hechicería, odio, peleas, celos, iras, ambición egoísta, divisiones, envidias, homicidios, borracheras, fiestas, malos pensamientos, fornicaciones, iniquidad, engaño, blasfemia, orgullo, enojo, jactancia, lisonja, falta de modestia, inmoralidad, e insensatez. Cualquiera de estas cosas descalifica a cualquier hombre del cielo. Un hombre inocente de todos los frutos de la carne recién mencionados está en pleno cumplimiento de los requisitos rígidos de la salvación enunciados en las escrituras: debemos ser justos como Él es justo, 1 Juan 3:7. Debemos ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, Mat 5:48. Debemos ser misericordiosos como Él es misericordioso, Lucas 6:36. Debemos llegar a ser puros como Él es puro, 1 Juan 3:2-3. Antes bien, así como aquel que os ha llamado es santo, también sed santos vosotros en todo aspecto de vuestra manera de vivir, 1 Ped 1:15. Para que andemos como él anduvo, 1 Juan 2:6; y así como él es, así seamos nosotros en este mundo, 1 Juan 4:17.
De la Palabra del Señor en el interior:
Para ser liberado de la ley, usted se debe someter a Dios, condenando el pecado en su carne, con los mandatos adaptados a las circunstancias de su vida que usted oye cuando lo espera a Él; y esos mandatos están establecidos como leyes adicionales en su corazón, en el cual están todas las leyes usted debe obedecer y continuar obedeciendo hasta que usted haya sido completamente crucificado, para entonces caminar en amor y libertad bajo ninguna ley.
Mientras esperas en Dios, los mandatos que requieren tu arrepentimiento que escuchas del Espíritu son nuevas leyes del nuevo pacto, escritas en tu corazón:
Las palabras que nos habla son espíritu y vida, impartiéndonos la vida de Dios a medida que sus palabras habladas se injertan en nuestro corazón, Juan 6:63, Santiago 1:21. Estas palabras son enseñanzas y mandatos; esos mandatos que requieren nuestro arrepentimiento se convierten en leyes que él pone en nuestra mente y las escribe en nuestro corazón. Cada ley que recibe se agrega a la ley interna en tu corazón. De la Palabra del Señor en el interior: "Cuando hayas escuchado las palabras muertas en la Biblia y las recuerdes, presta atención a lo que se dice; siempre obediente a Sus mandatos. Debes obedecer todas las leyes que el Espíritu establece". Cuando obedeces los mandatos de arrepentirte, por gracia Él entonces quita de su corazón incluso el deseo por ese pecado. Este proceso es repetido, primero con tus acciones, luego con tus palabras, y luego con tus pensamientos; hasta que usted hayas crucificado tu mente carnal y tu naturaleza pecaminosa — este es como se mueres a la ley a través de la ley.
Jesús llama a la puerta del corazón de cada hombre; él ruega silenciosa y anónimamente para que nosotros nos apartemos de los caminos impíos y egoístas. Si no guardamos [practicamos, obedecemos] sus palabras, cuando morimos (el último día), recordaremos sus palabras con las que nos rogaba que nos apartáramos del mal, y aquellas palabras nos juzgarán.
Margaret Fox respondió con fuerza a los ministros y maestros de la corrupción en su tiempo, quienes enseñaron que toda la ley de Dios fue cancelada y reemplazada con sólo creer en Jesús.
Ustedes, quienes están en sus aprensiones de Dios, están en el mundo sin Dios. Ustedes están vivos sin la ley, y no han llegado a conocer la ley todavía, y están muertos en pecados y transgresiones. Ustedes, que viven en los placeres, están muertos en vida. Ustedes viven para el pecado y por lo tanto están libres de la justicia. La ley que es santa, justa, y buena, los cortará en pedazos. Ustedes no han llegado a conocer la ley, ni lo que es lícito, a través de lo cual todos pasan antes de que lleguen a conocer la libertad de los hijos de Dios — y esta ley derriba todas sus aprensiones de Dios. Oh, ustedes blasfemos, ¿dicen ustedes que no hay tales cosas lícitas e ilícitas, piadosas e impías? ¿Destruirían ustedes las escrituras e invalidarían la ley justa de Dios que se apodera del transgresor? ¿Pisotearán la sangre del nuevo pacto y la contarán como algo profano? Oh, el día de la venganza viene sobre ustedes. El Señor Dios está vestido con venganza en contra de ustedes y todos los que son como ustedes. Ustedes que se sientan en la mesa de los demonios son dejados fuera de la libertad de los hijos de Dios y no conocen la condición por la que Pablo ha pasado. Cuando ustedes sepan eso, será muerte y destrucción para ustedes. Ustedes testificarán esto eternamente, antes de que lleguen a conocer al Dios viviente.
5 Aquí Pablo nos dice que debemos experimentar la circuncisión del corazón, llevada a cabo por el Espíritu Santo, no al leer acerca de Jesús y sus mandatos, sino al permanecer en el espíritu para recibir su gracia que produce cambio. Esto se hace al escuchar silenciosamente, oír, y obedecer las enseñanzas que son oídas dentro de su corazón. Porque si vivís conforme a la carne, habéis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las prácticas de la carne, viviréis. Rom 8:13. Además, haced morir lo terrenal en vuestros miembros: fornicación, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Col 3:5. Además, con misericordia y verdad se expía la falta, y con el temor de Jehovah uno se aparta del mal. Prov 16:6. Y limpiaos de la vieja levadura, para que seáis una nueva masa. 1 Cor 5:7. Usted debe ir a él. Usted debe esperarlo — escuchar en silencio, con la humildad de un pecador con la necesidad de su poder que produce cambio — la gracia. Busque, escuche, obedezca...busque, escuche, obedezca....busque, escuche, obedezca. Usted debe perseverar hasta el fin, cuando Cristo traiga la salvación.
Isaac Penington habla de experimentar la circuncisión de su corazón en su documento titulado La santa verdad defendida:
"Porque nosotros somos la circuncisión: los que servimos a Dios en espíritu, que nos gloriamos en Cristo Jesús y que no confiamos en la carne." Es una cosa preciosa poder ver este versículo cumplido en el corazón; para experimentar eso allí, que circuncida internamente, que corta el prepucio del corazón, que se pone encima de él y lo tapa, hasta que es cortado por la venida interna de la vida y el poder del Señor Cristo Jesús revelado en el interior. Entonces cuando esto está hecho, yo puedo decir verdadera y sensiblemente; soy judío en lo interior. ¿Cómo así? ¿Cómo se puede probar esto? Bueno, porque estoy circuncidado en el interior. He sentido eso adentro que circuncida el corazón, y he llevado el dolor interior y su corte, y soy circuncidado por aquello. Eso que estaba entre mí y el Señor es cortado, el velo ha sido quitado, mi naturaleza dura de cerviz y rebelde hacia Dios es quitada, el muro de separación es quebrantado interiormente, y ahora estoy en verdadera unidad del Espíritu y comunión con mi Dios, aún con el Padre, y el Hijo, y ese Espíritu Santo único por el cual ellos son uno.
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