Frecuentemente hemos oído que en esta vida tenemos libre albedrío. Que todos tienen la opción de hacer sus propias decisiones, y que Dios no viola nuestro libre albedrío, que él no puede interferir. Que Dios no quiere que tomemos las decisiones equivocadas que hieren a nuestro prójimo o a nosotros mismos, pero que con el libre albedrío, las decisiones equivocadas no se pueden evitar. Muy bien, eso tiene sentido. Pero, aparte del valor inherente de la libertad, ¿por qué todos tenemos que operar bajo el libre albedrío? Mientras oramos desesperadamente al Señor para que haga algo y despierte a los millones de personas que no tienen ni la menor idea de lo que se espera de ellos, yo le oí a él decir: "Yo podría detener las acciones de dos tercios de la población del mundo, cualquier momento que yo quiera". Lo que me dejó pensando: ¿por qué no lo hace? Fue unos años atrás cuando entendí. Este es el jardín del Señor. Él está cultivando hijos de Dios, para deberes que incluyen juzgar a los ángeles. Los hijos que se desarrollan en la tierra son las "primicias". Las primicias son aquellos que encuentran una unión total con Dios mientras están en la tierra en esta vida; hombres y mujeres que llegan a ser hijos de Dios. Realmente no sabemos qué otra cosa un Hijo de Dios va estar haciendo después que él o ella deje este planeta, pero sabemos que van a llegar a ser Reyes y Sacerdotes; por lo tanto estarán en la santa presencia de Dios constantemente. Y sabemos que Dios quiere hijos que hayan sido probados completamente; hijos que se hayan cansado de comer la comida de los puercos que el mundo ofrece; hijos que han conocido la amargura de la lujuria, el egoísmo, el orgullo, y la "falsa libertad," para no ser tentados con ellos nunca más; hijos que probablemente están llenos de poder, que si fuera abusado, traería gran dolor a muchos, tal vez millones; y son hijos que han llegado a ser la personificación de Dios mismo, el AMOR. Las escrituras nos dicen que el propósito de esta vida es encontrar a Dios. Cuando lo encontremos, todos seremos como él; su santa y pura luz quemará cualquier cosa que sea profana, dejando sólo el amor. Entonces, debido a que el propósito de esta vida es encontrar a Dios, y esto resulta en amor, entonces el propósito de esta vida es crear amor. El amor crea amor. El amor ama el amor. Hay una definición del amor que proviene de la religión oriental que me gusta y dice lo siguiente: "dar con absolutamente ninguna expectativa de recibir algo a cambio." Pablo nos da una maravillosa definición del Amor in 1 Corintios 13:4-8: De los Refranes de William Penn:
El amor es una acción voluntaria. Una vez que se escoge el amor, buscando su propia fuente y destino, Antes de que existiera la tierra y el hombre sobre la tierra, hubo una rebelión en el cielo dirigida por Satanás, quien se llevó a millones de ángeles con él. Los ángeles habían sido creados como seres perfectos, pero ellos cayeron ante la tentación engañosa presentada por Satanás; ellos nunca antes habían experimentado la amargura del mal, por lo tanto fueron engañados. Mi esposa tuvo una visión acerca de lo que sucedió después. Jesús estaba de pie en frente de Satanás. Jesús extendió su mano, llena de polvo, y dijo: "¿Ves este polvo Satanás? Yo voy a hacer que este polvo sea más grande que ti, y no hay nada que puedas hacer para detenerme". El polvo somos nosotros; Él formó al hombre del polvo de la tierra. Debido a que el mundo entero está bajo la impiedad, el hombre está sujeto al mal cuando nace en la tierra. Dios nos llama a todos; los que responden a su llamado son atraídos al Señor, cuyo propósito es crear un hijo de Dios. Para llegar a ser un hijo de Dios, el hombre debe primero aprender acerca del mal en sí mismo. En la tierra en esta vida, aprender acerca del mal es esperar en silencio al Señor para que el Señor pueda escudriñar el corazón del hombre y exponer por medio de su luz el pecado que está en su interior; a menos que al hombre se le muestre la profundidad del pecado en su propio corazón, él no tiene idea de su propia depravación; ni puede el hombre comprender las cosas de Dios, hasta que se le muestre con la revelación de Dios. Así como el hombre aprende sobre el mal en sí mismo, retrocede por la repugnancia que siente por lo que se ha convertido, y huye hacia lo que es bueno; él es atraído a lo que es bueno, es atraído a Dios. El Espíritu Santo reprende al hombre, convence al hombre de la justicia de Cristo, y juzga al hombre; y el pecado es quitado del corazón de este hombre por el Espíritu de Gracia, un pecado a la vez, si él se arrepiente con dolor por su condición que ha sido expuesta. El compromiso del hombre con la piedad también es probado severamente durante la tribulación. Aquellos que se arrepienten de su mal y soportan la prueba llegan a ser hijos de Dios para disfrutar paz, gozo inefable, y justicia. Ellos saben que el acto egoísta más pequeño de parte de ellos resulta en su regreso a la vida alejada de la paz y el gozo de Dios, y esa es una misera infernal que no tienen ningún deseo de repetir. Por lo tanto un hijo de Dios es creado para ser una vasija confiable que está inmune a cualquier tentación, santificado y perfeccionado para siempre. Los hijos irreprochables que le obedecen en amor son entonces dotados con grandeza, poder, y gloria que es incorruptible. El mundo que existe para producir santos cumple su propósito, y la sabiduría es justificada por sus hijos, Lucas 7:35. Aquellos que no se dejan esta tierra siendo sabios, habiendo aprendido a odiar apasionadamente el mal mientras están en la tierra, incluyendo el mal en sí mismos, lo aprenderán de la manera más difícil — en la próxima vida con mucho menos recompensa; pero todos ellos serán enseñados por Dios. Todos serán enseñados por Dios, y todos serán salados con fuego. La muerte par el fuego del espíritu impío en cada uno es necesaria para que todos puedan vivir juntos en paz, amor, bondad y mansedumbre; todos deben ser limpiados del mal en sus corazones. Esto ocurre en la tierra para los pocos que son voluntariamente crucificados en la cruz interna con gran recompensa. Para la gran mayoría de la humanidad, esta limpieza ocurre involuntariamente en la próxima vida. Todos los hombres aprenden a odiar el mal, ser atraídos a la bondad, y a amar la bondad, que es Dios. Todos los hombres están entonces sujetos a la dirección de Dios, siendo que Jesús es el verdadero Señor de todos los hombres. Nuestra vida en la tierra es una "escuela del mal" donde aprendemos voluntariamente a odiar el mal en esta vida; o en la próxima vida experimentaremos todas las heridas y los daños que hemos causado por nuestras acciones y palabras impías, sintiendo repulsión por nuestro pasado y llegando a estar completamente comprometidos a nunca repetir esos errores. Aprendemos por nuestros errores cometidos en la tierra. Cuando una planta delicada de amor de las primicias ha madurado, entonces los ángeles cantan, y junto con Cristo, vienen y la cosechan, porque en realidad es preciosa. Tan preciosa, tan valiosa, tan importante para el avance de la creación, que toda la creación (toda la naturaleza) espera con ansiedad esas plantas delicadas de amor, que son los hijos de Dios, para que sean revelados. Todo encaja, ¿no es así? Sólo unas pocas plantas de amor entre medio de muchas otras. Cuando una planta madura, entonces es cosechada, no miles de años después; y las plantas de amor son muy pocas, (el camino angosto y estrecho que pocos encuentran). Estos hijos adoptados de Dios, que han crecido en el jardín de la tierra, son la clave para la expansión de la creación. Ellos son el eje del futuro, un futuro en el cual el crecimiento del Reino de Cristo y su gobierno es sin fin — infinito — para siempre. Isaías 9:7. Ellos serán los reyes en la expansión infinita del Reino del Cielo y su gobierno; (pero los reyes en el cielo son siervos como Cristo, no gobernantes como nosotros los conocemos en la tierra). Ya que esta expansión de su gobierno continúa para siempre, ¿qué le dice esto acerca del rol de la tierra en el futuro? Recuerde, él dijo que "podría detener las acciones de dos terceras partes de la gente en cualquier momento que él quisiera." El precio del amor creciente es la ausencia total de fuerza e intimidación de parte de Dios; esta ausencia total de control de Dios resulta en sufrimiento, enfermedades, guerras, hambre, etc. Todas las personas en el planeta pueden escoger entre el bien y el mal, y así aprenden; la libertad de escoger el mal existe para que el amor pueda ser creado y pueda crecer en libertad total, que es el suelo necesario para el crecimiento. De la Palabra del Señor en el interior: Cada hombre y cada mujer tienen su día de visitación en el cual el Espíritu de Dios razona anónimamente con ellos para modificar sus caminos. La gran mayoría de los hombres no comprenden que este razonamiento anónimo viene de Dios; y por lo tanto si no aman la verdad de lo que se les ha mostrado por medio de la luz de Dios dentro de cada hombre, ellos rechazan la verdad, mientras aman sus caminos impíos, y en efecto odian la verdad, lo cual es odiar a Cristo, quien es la verdad. Los pocos que se sienten convencidos cuando se les muestra sus malos caminos, quienes reconocen la verdad de lo que se les ha dicho, y quienes por consiguiente deciden cambiar su vida — debido a su amor por la verdad, esos pocos hombres y mujeres son entonces escogidos por Dios para darles una experiencia espiritual que les da una probada de la bondad de Dios, que es dada para motivarlos a buscar a Aquel quien ha sido escondido para ser revelado. Si tenemos en cuenta el consejo del Espíritu o la Luz dentro de nosotros, obtenemos más consejo. Si ignoramos el consejo, Dios nos ignora hasta que decidimos buscar su consejo y dirección. Basándose en su conocimiento de los que nunca renunciarán hasta que se produzca la unión, Dios escoge a aquellos para que sean sus primicias — él los atrae a sí mismo, pero en una manera que es sin temor ni obligación — para que ellos puedan escoger buscarle a Él por amor. El Padre no trata de asustarnos para que lo busquemos, más bien nos atrae con amor; de la Palabra del Señor en el interior: "la gente no puede venir en temor — ellos deben venir en amor". Con el amor el Padre nos atrae a sí mismo y crea un hambre de más en nosotros; sólo el amor por Dios y la verdad pueden motivar a un hombre a negarse a sí mismo y perder la vida en obediencia. (Las predicaciones del fuego del infierno y de la condenación, las cuales traen de asustar a la gente para que se una a las sectas, son una abominación y no produce salvación.) Buscar a Dios y encontrarlo, (verlo en el interior), es el propósito principal de la vida. [Dios] De uno solo ha hecho toda raza de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra. Él ha determinado de antemano el orden de los tiempos y los límites de su habitación, para que busquen a Dios, si de alguna manera, palpasen y le hallasen. Aunque, a la verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros; porque "en él vivimos, nos movemos y somos", un Dios y Padre de todos, quien es sobre todos, a través de todos, y en todos. Aquellos escogidos por Dios son protegidos por Él para estar seguro de que ellos terminen su curso; como está escrito: "Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que le aman, esto es, a los que son llamados conforme a su propósito." Entonces, ¿cómo se ama a Dios? Amar a Dios es esperar a Él como la máxima prioridad en nuestra vida y obedecer las palabras habladas que escuchamos de Él que nos ordena: esperamos a Él escuche Sus palabras que nos enseñan, nos condenan, nos alientan, nos cambian y nos guían — que es a amar a Dios que protege a aquellos que esperan a Él. Hace varios años, mi esposa y yo experimentamos esa protección contra la muerte. Estábamos caminando a casa, cruzando una calle. De repente, un coche en una señal de parada cercana, aceleró a toda velocidad, girando a la izquierda y corriendo hacia nosotros. Vimos el peligro y corrimos para salir del camino del coche. Yo estaba por delante de mi esposa, y en la última fracción de segundo salté hacia adelante tan lejos como pude; y el coche se detuvo de repente. Mis piernas y caderas estaban en contacto con el guardabarros delantero izquierdo del coche, y la pierna izquierda de mi esposa estaba en contacto con el parachoques delantero del coche. El conductor del coche estaba tan borracho que apenas podía hablar. Más tarde, el Señor me dijo: "Tuve que apresurarme en la calle para salvarlos a ustedes dos". Por la intervención que salva vidas del Señor, estamos eternamente agradecidos y confiamos en su protección, siempre y cuando sigamos esperando en Él como nuestra máxima prioridad; cómo pasamos nuestro tiempo libre muestra nuestra prioridad. Pero él sólo proporciona protección a aquellos que lo buscan como la máxima prioridad en sus vidas, esperando en él y obedeciéndolo; de la Palabra del Señor en el interior: “Toda la otra gente, que está destinada* a la reconciliación después de esta vida, viven sin protección"; y por lo tanto están sujetos a una muerte accidental, a enfermedades, guerra, etc. Una vez, cuando estaba meditando acerca de la voluntad de Dios para la gente de este mundo, comencé a pensar acerca de los seis millones de judíos que fueron asesinados por los nazi, preguntándome cómo esto había sido posible. Escuché que Él me dijo: "no te atrevas a atribuirme el holocausto a mí". También siento gran tristeza cuando un predicador le dice a alguien de su congregación (que está viviendo en la esperanza falsa) que ha perdido trágicamente a un hijo: "es la voluntad de Dios; él lo quería en su hogar con él." No es la voluntad de Dios que sucedan esas tragedias. Las tragedias son el resultado del libre albedrío del mundo y no es la voluntad de Dios que sucedan. Toda la vida es valiosa para Él, y las tragedias lo ponen triste a Él también — pero son el precio del libre albedrío del hombre, que es necesario para que crezca el amor.
El sufrimiento colectivo de la humanidad a través de la historia es un precio muy alto — un precio colosal — un precio sin medida. Debe ser compensado con esta cosa que él está creando, que está infinitamente más allá de la imaginación de cualquier persona en cuanto a su responsabilidad, autoridad, y poder. Estas plantas de amor deben ser hermanos de Cristo, quien tiene la plenitud de Dios dentro de él; ¿entonces tienen ellos también la plenitud de Dios dentro de ellos? Debe ser algo así, de otra manera el precio que se ha pagado por el libre albedrío del hombre es demasiado para ser compensado. No me malentienda. Yo me estremezco de miedo con sólo pensar que se me pueda dar sólo una fracción de tal autoridad — yo solamente menciono la posibilidad para tratar de ayudarle a entender el horrible, pero necesario precio del "libre albedrío." (Yo sirvo a Dios por una razón, y sólo una: escucharle decir un día "bien, buen siervo fiel". Yo vivo para esta esperanza.) El mundo existe para producir los santos; el mundo es sólo el canal de nacimiento para la vida eterna por venir. La vida, como está relatada en el Antiguo Testamento, antes que Jesús abriera la oportunidad del Reino para cualquiera que tuviera fe en su nombre, fue usada para crear una alegoría indeleble de la experiencia individual de la purificación — como referencia, comprensión, advertencia y ánimo. En vez de la pureza de un individuo, era la pureza de un pueblo escogido; habían castigos para los que no obedecieran, y se les dijo que destruyeran cualquier otra raza que hubiera en su territorio. Los reyes que Josué destruyó representaban una alegoría de los elementos de nuestros propios espíritus reinantes que tienen que ser destruidos. Como individuos, nosotros somos disciplinados, corregidos, y reprendidos por Dios en el proceso de nuestra purificación, Heb 12:6-8; pero todo esto es para nuestro beneficio, para que nos podamos deshacer de nuestras naturalezas pecaminosas y participar en la naturaleza divina.
La alegoría continúa. El Antiguo Testamento es una alegoría del nuevo pacto. El libro de Hebreos menciona varias, pero hay muchas, muchas más. Cualquiera sea la pérdida que la gente experimentó para crear una alegoría indeleble será compensado por un Dios que es perfectamente justo.
De modo que todo el sufrimiento y dolor sobre la tierra será olvidado y corregido. Y si usted siente el llamado de Dios para buscarlo, (y lo sigue buscando, hasta que esté en sus brazos); entonces tal vez usted valorará aún más el sufrimiento sobre el planeta, el cual existe para que usted busque a aquel quien lo escogió, libre de cualquier intimidación; y para crecer hasta llegar a ser como Cristo, perfeccionado, maduro y resucitado. El darnos cuenta de esto debería ser una experiencia humillante; por cierto no una de la que pudiéramos enorgullecer, sino un motivo para llevar la cruz pacientemente para producir el fruto del Espíritu, trayendo de esa manera gozo y gloria a Cristo y al Padre, llegando a ser la corona gloriosa de la creación — el amor. Si vosotros producís mucho fruto, mi Padre es honrado y glorificado, El propósito de este sitio es enseñar cómo vivir |